martes 17 septiembre 2019, 12:35

El partido clave de Sarina Wiegman

  • Sarina Wiegman, candidata al Premio The Best al Entrenador de Fútbol Femenino

  • Guió a su país hasta la final en apenas su segunda participación mundialista

  • Elogios pese a su derrota en la final

Normalmente, cuando se habla del partido clave de un entrenador o de una entrenadora, se mencionan las victorias. Y Sarina Wiegman ha cosechado muchas, como el 3-0 contra Inglaterra en las semifinales de la Eurocopa Femenina de 2017 o la final de aquel mismo torneo contra Dinamarca.

Si nos fijamos en la pasada Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019, destacan principalmente los triunfos sobre Canadá en la fase de grupos (2-1), sobre Italia en cuartos o sobre Suecia en semifinales. Victorias en las que, además, su selección dejó el arco a cero (0-2 y 1-0, respectivamente).

Pese a todo, las miradas se centran en una derrota. Porque el partido más importante y decisivo en la carrera de Wiegman hasta la fecha ha sido, sin duda, la final de la Copa Mundial Femenina contra la selección más laureada del planeta. Sí, perdió el encuentro, pero Wiegman volvió a preparar a las suyas casi a la perfección.

El esquema táctico

Después de recuperarse a tiempo de una lesión en el pie, Lieke Martens entró en el once titular en detrimento de Merel van Dongen, mientras que Anouk Dekker empezó el partido en el eje de la zaga y Dominique Bloodworth ocupó el carril izquierdo.

Si bien Wiegman continuó apostando por un 4-2-3-1, en esta ocasión se decantó más que nunca por jugar al contragolpe. Además, ordenó que su equipo defendiera con un claro 4-4-2 y con las líneas muy juntas. En algunos tramos del choque, el combinado neerlandés adelantó bastante la presión y, como obligó a que Estados Unidos jugara balones largos, Dekker y Stefanie van der Gragt sacaron a relucir su poderío aéreo.

Vivianne Miedema jugó por detrás de Lineth Beerensteyn, la única punta del equipo, si bien ambas se movieron en una zona de la cancha más retrasada de lo habitual. El objetivo era generar ocasiones con contraataques rápidos.

El resultado

Para entender bien el fantástico rendimiento del equipo de Wiegman en esta final cabe recordar que Estados Unidos había tardado un máximo de doce minutos en adelantarse en el marcador en todos sus partidos anteriores en el torneo.

Precisamente doce minutos resistió Tailandia, que acabó perdiendo 13-0 —la derrota más abultada en la historia del certamen—, mientras que las defensoras del título abrieron la lata a los cinco minutos contra Francia y a los diez contra Inglaterra.

La selección neerlandesa, puro sacrificio en defensa y muy bien plantada sobre el césped, consiguió llegar al descanso con el arco a cero frente a un combinado estadounidense que acabó el torneo con una cifra récord de 26 goles a favor.

Por supuesto, también fue determinante que Sari van Veenendaal —distinguida al término del partido con el Guante de Oro adidas a la mejor arquera de la cita mundialista— volviera a demostrar sus cualidades.

Como era previsible, las acciones más peligrosas del conjunto de Wiegman llegaron al contragolpe y, de haber tomado mejor alguna que otra decisión, incluso podría haberse ido a los vestuarios con ventaja. La seleccionadora había confeccionado una estrategia que a punto estuvo de salir como deseaba. ¿Qué habría pasado si Estados Unidos se hubiera visto por detrás en el marcador por primera vez en el torneo?

Hizo falta un penal para batir por primera vez a Van Veenendaal en la final. Países Bajos aguantó algo más de una hora, pero no pudo hacer nada para evitar el tanto de Megan Rapinoe desde los once metros.

Apenas unos minutos después, Rose Lavelle puso el 2-0, y la valerosa ofensiva final de las neerlandesas fue en vano. No había duda de que las estadounidenses eran unas dignas campeonas del mundo.

No obstante, el hecho de que Wiegman consiguiera que la mejor selección del torneo pareciera falta de ideas en algunos tramos del partido, da buena muestra de la relevancia que tuvo su pizarra en este duelo.

La reacción

"Son una selección de clase mundial y nos han planteado un partido complicadísimo". Jill Ellis

"Nos habría gustado ganar esta final, pero no pudimos hacerlo. El rival fue mejor. Somos la segunda mejor selección del planeta y eso me hace sentir muy orgullosa. Además, vamos a participar por primera vez en unos Juegos Olímpicos. Esta selección tiene un gran potencial. Nuestra media de edad no llega a 26 años, por lo que muchas futbolistas aún pueden progresar". Sarina Wiegman