jueves 22 agosto 2019, 07:50

Gerhardsson, de música y métodos

  • Candidata al The Best al Entrenador de Fútbol Femenino de la FIFA

  • Su equipo fue tercero en Francia 2019

  • Gerhardsson nos revela los cuatro aspectos clave de su juego

“Es complicado esto de los premios a los entrenadores”, suspira Peter Gerhardsson.

El hombre que llevó a Suecia al bronce en la Copa Mundial Femenina de la FIFA de este año es uno de los diez técnicos candidatos al Premio The Best al Entrenador de Fútbol Femenino de la FIFA. Sin embargo, para él lo más importante es que, por su cargo en la selección nacional, también tiene derecho a voto.

“Siempre pienso: ‘¿Cómo juzgo?’", explica. "Con los jugadores, los ves sobre el campo y sabes si son buenos. Pero con los entrenadores, no he visto a ninguno en las sesiones de entrenamiento, ni en los vestuarios o en las reuniones hablando con la plantilla. Solo veo lo que sus equipos han conseguido. Y sé que esta vez estoy nominado únicamente porque mi equipo ha logrado buenos resultados”.

No le falta razón. Por eso, FIFA.com quiere aportar algo de luz sobre los métodos de este candidato y le hemos preguntado directamente a él sobre sus planteamientos tácticos, sus dinámicas de trabajo y fórmulas para la motivación. Y él nos revela cuatro aspectos fundamentales de su identidad como entrenador.

1. Calma

“No creo que abroncar a la gente ayude a sacar el máximo partido de nadie. Si en una oficina alguien se dedicara a chillar por cualquier cosa, ¿conseguiría que se trabajara mejor? Entonces, ¿por qué pensamos que este tipo de actitudes va a funcionar con los futbolistas? En mi opinión, el trabajo de entrenador consiste en transmitir claridad y calma, y en conseguir que los jugadores comprendan qué aspectos harán que el equipo rinda mejor".

"Abroncar a los futbolistas era habitual en el pasado, especialmente en el deporte masculino, pero esas viejas formas, como el “secador de pelo” de Alex Ferguson, han pasado de moda. En mi opinión, si estás tan enfadado con tus jugadores que no puedes hablar tranquilamente con ellos en el descanso, lo mejor es que ni siquiera entres en el vestuario. Deja que ellos mismos se arreglen entre ellos”.

2. Flexibilidad

“Me gusta que mi equipo tenga una estructura, pero también creo que hay que dejar margen para la creatividad. Estoy convencido de que un entrenador tiene que confiar en sus jugadores y darles libertad para crear e improvisar. Me gustan los futbolistas que toman sus propias decisiones sobre el terreno de juego. Cuando yo era jugador, me gustaba trabajar para entrenadores que me otorgaban esa responsabilidad".

"Además, creo que es más interesante tener jugadores capaces de adaptar el juego de diferentes modos. Como entrenador valoro enormemente la flexibilidad. Ya no es suficiente la manera en la que solía jugar, sobre todo, Suecia: un 4-4-2 con todo el mundo jugando siempre de la misma forma. La estructura es importante, pero demasiada estructura mata la creatividad”.

g8ij5bhvh1clucm9qmve.jpg

3. Hablar personalmente con las jugadoras

“Uno de los grandes retos a los que se enfrenta un seleccionador nacional, especialmente en un Mundial, es el hecho de que tienes 23 jugadoras y todas ellas quieren jugar, pero solo hay 11 plazas en el equipo. Además, en Francia sufrimos muy pocas lesiones. Por lo tanto, hay que ir con pies de plomo y arreglártelas para tenerlas a todas contentas y motivadas".

"Las jugadoras son seres humanos, y debes hablar con ellas y reconocer sus necesidades como personas. Si quieren hablar conmigo o con mi cuerpo técnico, por ejemplo para preguntar por qué no juegan tanto como querrían, siempre estamos ahí para ellas, siempre dispuestos a explicárselo todo”.

4. Música

“La música es fundamental en mi vida y en mi forma de trabajar. Uno de sus efectos más importantes es que me ayuda a relajarme, porque los entrenadores de fútbol tenemos un montón de jugadores y de personal esperando que los dirijas, y esto a veces estresa muchísimo. Por eso debo cuidarme, y la música me sirve para conseguirlo".

"Además, he descubierto que me ayuda también a ser creativo: cuando escucho música, trabajo mejor, pienso mejor y tengo mejores ideas para los entrenamientos y los partidos. Me pasaba también de niño cuando iba al colegio. ¡Mi madre nunca consiguió entenderlo!

“Antes de enfrentarnos a otros equipos en el Mundial, escuchaba la música de cada uno de sus países. Por ejemplo, a Neil Young y a Golden Earring, de los que ya era fan, cuando jugamos contra Canadá y los Países Bajos; y a Rammstein cuando nos tocó Alemania, aunque no me gustó demasiado. ¡Tailandia fue lo más complicado! Siempre he notado que esto me ayuda a pensar y a preparar los partidos, me relaja y me pone de muy buen humor”.