lunes 17 septiembre 2018, 07:16

Kahn: "Un buen portero tiene que mantener a su equipo a flote"

  • El ex aquero alemán fue subcampeón del mundo en 2002

  • Junto con Neuer ha sido el único portero finalista a mejor jugador del mundo

  • Nos confiesa además su momento de mayor debilidad

Ejerció durante 21 años como guardameta profesional, y ganó prácticamente todos los títulos posibles. Fue campeón de Europa, campeón de Liga y Copa de Alemania, ganó la Liga de Campeones de la UEFA, la Copa Mundial de Clubes...

Además, sus numerosos premios individuales —fue nombrado mejor arquero del año en 1999, 2001 y 2002, así como mejor arquero europeo en 1999, 2000, 2001 y 2002— dan buena prueba de cuál llegó a ser su dimensión a nivel global.

El único gran título que se le resistió fue el de la Copa Mundial de la FIFA. En la final de 2002, la selección alemana de Kahn cayó 0-2 contra Brasil. La derrota supuso una profunda decepción para el ambicioso portero, y ni siquiera el hecho de haber sido nombrado mejor jugador y mejor arquero del torneo le sirvió de consolación.

Oliver Kahn, actualmente empresario y comentarista en televisión, es junto con Manuel Neuer el único guardameta que se ha colado entre los tres finalistas al mejor jugador del mundo de la FIFA.

En esta entrevista, Kahn nos cuenta cómo vivía las situaciones bajo presión y nos revela quiénes son sus favoritos para los Premios The Best FIFA Football Awards, que se entregarán el lunes 24 de septiembre.

Señor Kahn, ¿quién es, a su juicio, el mejor arquero del planeta en la actualidad?

Keylor Navas contribuyó en gran medida al triunfo del Real Madrid en la última edición de la Liga de Campeones. Eso sí, el Mundial tendrá mucho peso este año. Thibaut Courtois se mostró muy constante, mientras que Hugo Lloris se proclamó campeón del mundo y también hizo un gran trabajo. Pero a mí se me quedó grabada en la memoria la actuación de Kasper Schmeichel. En el partido contra Croacia detuvo una pena máxima en los últimos instantes del encuentro, y atajó otras dos en la posterior tanda de penales. Fue uno de esos partidos en los que el portero es el verdadero protagonista.

¿Y quién se llevará el premio al mejor jugador de la FIFA?

Cristiano Ronaldo volvió a estar sensacional en la Liga de Campeones. A Messi le faltó un título importante esta temporada. En el Mundial tampoco estuvo a su mejor nivel y no pudo dejar su impronta. Los croatas fueron la sorpresa del Mundial. Luka Modric ganó la Liga de Campeones y estuvo espléndido, tanto en su juego como físicamente, a lo largo de todo el Mundial. Para mí, él es el favorito este año.

¿Qué cualidades debe reunir un arquero para llegar a ser el mejor del mundo?

Ha de tener la capacidad de mantener a su equipo a flote en los momentos decisivos con paradas y reacciones de mérito. Para mí, esa sigue siendo la función principal de un arquero, algo que se está pasando un poco por alto en los últimos años. Ahora se pone el foco en las cualidades técnicas de los porteros. ¿Es bueno con el balón en los pies? ¿Se integra en el juego del equipo? Eso es importante, sí, pero no puede estar por encima de lo principal, que es parar.

¿Qué es más difícil, llegar a ser el mejor o mantenerse en la cima?

Llegar a ser el mejor del mundo implica hacer muchos sacrificios, pero yo los hice con gusto. Era un gran reto y, al mismo tiempo, un gran estímulo. De todas formas, mantenerse al máximo nivel es mucho más difícil, porque las exigencias —tanto las externas como las propias— se vuelven cada vez mayores. Llega un momento en el que rendir a un nivel intermedio no te contenta.

¿Ser nombrado tres veces mejor arquero del planeta fue una ventaja o una carga?

Para mí fue una ventaja. Mi carrera se ha distinguido por el hecho de que siempre he necesitado nuevos retos para mantener al máximo mi motivación. Ir a jugar un partido con el objetivo de hacer justicia al calificativo de "mejor portero del mundo" era lo que me espoleaba.

¿Nunca le supuso una carga?

Los deportistas siempre tienen una lucha interna. Por supuesto, hubo fases de debilidad en las que habría preferido esconderme o, directamente, no salir a jugar. En esos momentos, el calificativo de "mejor portero del mundo" sí puede pesar un poco.

¿Cuándo le ocurrió eso?

La derrota en la final de la Liga de Campeones de 1999 fue un golpe durísimo, porque se nos escapó el título en el descuento. Tuve que aprender a digerirlo, era mi primera gran derrota deportiva. Me costó mucho volver a empezar de cero. También me viene a la cabeza la competencia con Jens Lehmann en el Mundial de 2006, porque todo el mundo analizaba con lupa mis movimientos.

¿Superar episodios de este tipo es lo que marca la diferencia entre un portero muy bueno y el mejor?

Cuando eres arquero, es importante aceptar la responsabilidad, aceptar el hecho de que puedes pasar de héroe a villano. Tienes que digerir los errores y salir reforzado de las derrotas. El arte del portero radica en transformar la tensión en energía positiva.

Quedó segundo en la votación al Jugador Mundial de la FIFA del año 2002. ¿Qué significa para usted ese logro?

En aquel entonces no me di cuenta de la dimensión que tenía, porque en el fútbol profesional todo pasa muy rápidamente y no tienes tiempo de tomarte un respiro. Pero, cuando colgué los guantes, reflexioné tranquilamente sobre mi carrera. A nivel personal, fue muy especial ser nombrado mejor jugador de una Copa Mundial y quedar segundo en la elección al mejor jugador del año, en la que, por lo general, los arqueros parten con muy pocas opciones. Normalmente, ser segundo es una catástrofe para cualquier jugador del FC Bayern de Múnich, pero aquel segundo puesto me supo a gloria [ríe].

Siempre quiso ser el mejor a lo largo de toda su carrera, ¿cómo de difícil le resultó volver a la vida "normal"?

Es el mayor reto al que se enfrentan los deportistas profesionales. Es como estar en una habitación con mucha luz y que, de repente, alguien la apague. Tu primera sensación es de estar completamente a oscuras. Ese momento en el que desaparece aquello que ha marcado toda tu vida te deja cierto vacío interior. Yo encontré un nuevo rumbo relativamente rápido, volví a empezar a estudiar y, hoy por hoy, me definiría como un empresario del fútbol.

¿Sigue queriendo ser el mejor?

En estos momentos, me centro en que las cosas me vayan bien como empresario y ofrecer un producto de primera calidad. Ya no tengo esa presión de tener que ser constantemente el mejor en algo. Ahora lo que me importa es trabajar con personas, formar un equipo motivado y trabajar con ese equipo para conseguir unos objetivos determinados. Ejercer de mentor en todo ese proceso me divierte, me motiva y me da energía.