viernes 24 agosto 2018, 17:00

Las adaptaciones de Vadão

  • ​Destaca como técnico de la selección femenina de Brasil

  • Es uno de los candidatos al The Best en fútbol femenino

  • "Fue algo sorprendente", confiesa a FIFA.com

Oswaldo Alvarez, más conocido como Vadão, ni siquiera sabía que ese día se anunciaban los nombres de los candidatos a The Best. Pero aquel 24 de julio vio que tenía un mensaje de su hija en el teléfono.

No se trataba de una pregunta sobre sus planes para el día ni un vídeo simpático con las peripecias de un animal: decía que su padre, que atraviesa su segunda etapa al frente de la selección femenina brasileña, figuraba entre los diez mejores del mundo en su profesión.

“Me llegó muy temprano. Fue algo sorprendente, lo confieso”, cuenta a FIFA.com. “No había pasado ni un año de mi regreso”.

Esa sorpresa por verse entre los candidatos no obedece a ninguna falsa modestia. Lo cierto es que Vadão, de 62 años, se situó de nuevo al frente del equipo en septiembre de 2017. Y presenta un balance de once victorias, un empate y dos títulos en sus doce primeros partidos.

Su primer compromiso fue un torneo amistoso en China, en el que empató con el conjunto local. Luego vino la campaña triunfal de la Copa América, prueba clasificatoria además para la Copa Mundial Femenina de la FIFA y el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino.

Una adaptación rápida Con todo, es justo reconocer que Vadão ya está acostumbrado a las adaptaciones rápidas. En el fútbol brasileño, siempre ha sido considerado un técnico capaz de encontrar soluciones quizás no fáciles, pero sí prácticas.

De este modo ha construido su extenso currículo, que lo ha llevado por grandes clubes, como Corinthians y São Paulo. Se dio a conocer al mismo tiempo a través de sus apuestas por los jóvenes, como cuando decidió confiar en un entonces desconocido Kaká, que ganó con él a los 18 años su primer título como profesional, en las filas del São Paulo.

Y ya recordaremos lo rápido que se adaptó al fútbol femenino, algo que no resultaba precisamente fácil, a pesar de su amplia experiencia. Ahora ha sido incluido por segunda vez entre los candidatos al mejor técnico de fútbol femenino. La primera fue en 2016, y entonces terminó sexto, tras alcanzar las semifinales de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

“En esta transición, tampoco lo imaginaba [el éxito]. Quería una nueva motivación, hacer algo diferente en mi carrera y trabajar en el fútbol femenino. Sin contar, obviamente, con el sueño que supone dirigir a una selección brasileña”, explica.

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Hora de hacer balance ¿Y qué adaptaciones tuvo que hacer Vadão en su primera etapa con el equipo? La primera fue confeccionar una Seleção fija. “En aquel momento solo había dos jugadoras fuera del país, Marta y Bia”, recuerda.

Una vez reunida la flor y nata de la disciplina brasileña, llegó el momento de afrontar lo que consideraba prioritario. “El gran problema, bajo mi punto de vista, era el aspecto físico, el trabajo de fuerza”, dice. “Y han mejorado. Ahora todas compiten fuera de Brasil, después de conseguir una condición física muy superior a la que tenían antes”.

Y podemos añadir que de nada sirven las instrucciones si no hay quien quiera escucharlas. “Tienen la determinación de aprender, de ejecutar. Es una gran satisfacción trabajar con ellas”, afirma.

Para el estratega, ha llegado el momento de ampliar ese trabajo y añadir al repertorio de la Seleção variaciones tácticas. La técnica nunca le ha preocupado, porque siempre ha estado ahí.

Y al final, la adaptación alcanza a todos. “Yo ya había jugado la Copa Libertadores, y varias competiciones, aunque nunca un Mundial ni unos Juegos Olímpicos, a pesar de estudiarlos mucho. Pero una cosa es estudiar los torneos y otra jugarlos”, explica el entrenador semifinalista de Río 2016. “Es la dificultad práctica”, señala.

En este caso, no necesita recibir ningún mensaje por teléfono. Las adaptaciones y los ajustes son más complejos, y Vadão lo sabe. Reconocimientos aparte, es hora de seguir hacia delante y ponerlos en práctica. Ese es su trabajo, y no dejará de hacerlo.