Megan Rapinoe dejó una impronta incuestionable en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™. Es posible que ninguna otra jugadora demostrase más entereza en un torneo repleto de partidos de altísima intensidad que esta extrema de 34 años, ahora finalista al Premio The Best a la Jugadora de la FIFA.

El armario de trofeos de la atacante, pieza fundamental de su equipo, ya estaba lleno hasta los bordes, y se llevó de tierras francesas la Bota de Oro adidas, el Balón de Oro adidas y, por supuesto, el trofeo del Mundial. ¿Y cómo olvidar la celebración que dejó para la historia? Aquella imagen, con los pies juntos y los brazos estirados, personificó el carácter del que hizo gala su selección.

FIFA.com recuerda tres momentos que sirvieron para consolidar el puesto de Rapinoe junto a Lucy Bronze y su compañera Alex Morgan como finalista del Premio The Best a la Jugadora de la FIFA.

¿Cuál fue la recompensa de Estados Unidos por adjudicarse su liguilla en Francia? Un duelo de octavos de final con España, rival en clara trayectoria ascendente. 'Pinoe' inauguró el casillero a los siete minutos desde los once metros, al transformar un penal cometido sobre Tobin Heath en el lado derecho del área grande.

Sin embargo, las campeonas cedieron esa ventaja dos minutos más tarde, por un fallo al combinar en su retaguardia. Jenni Hermoso no desaprovecharía la ocasión para igualar, y a partir de entonces la Roja puso en serios apuros a su adversario.

Cuando Rose Lavelle forzó otra pena máxima mientras se desplazaba por la frontal del área en el minuto 75, Rapinoe volvió a asumir la responsabilidad de lanzarla. Y lo hizo de forma casi idéntica a la anterior, mediante un tiro raso y ajustado al poste izquierdo. Esa diana situó a las norteamericanas en cuartos de final, donde les esperaba el país organizador.

Tras su flamante doblete de penal en Reims, Rapinoe deslumbró anotando dos tantos más en París frente a otro peso pesado, la selección francesa.

“En este Mundial, en los grandes momentos, [Megan] fue incluso más allá, y probablemente eso sea una de las cosas más difíciles de lograr”, declaró a FIFA.com su compañera Mallory Pugh. “Fue una verdadera profesional, y en esos momentos se echó el equipo a cuestas”.

Rapinoe ejecutó un lanzamiento de falta en el minuto 5 enviando un balón escurridizo que se coló por debajo de la defensa francesa y terminó alojándose en el fondo de las mallas sin que nadie pudiese interceptarlo, dando así a las suyas una ventaja inicial que se revelaría valiosísima.

En el 65, dobló su renta particular y la de su equipo al culminar una internada en diagonal rematando un balón cruzado de Heath. Ese tiro milimétrico permitió a Estados Unidos mantener a Francia a raya en el marcador lo suficiente como para imponerse en el choque de titanes del certamen.

Las Oranjeleeuwinnen obligaron a Estados Unidos a emplearse hasta el límite en Lyon, y fueron el primer equipo que impidió que las campeonas marcasen en el primer periodo. Había llegado pues el momento de que Rapinoe volviese a tomar el mando, esta vez en el escenario más importante que pueda imaginarse: una final mundialista.

En la segunda parte se produjo un nuevo penal a favor de Estados Unidos, sobre Alex Morgan, y la fiabilidad de Rapinoe la señalaba como lanzadora obvia. Dejó clavada a Sari van Veenendaal, Guante de Oro adidas del torneo, y dio a las defensoras del título una ventaja que las neerlandesas ya no remontarían.

“Hemos tenido partidos dificilísimos y recibido mucha atención y presión mediática”, señaló Rapinoe después del partido. “Así que creo que un factor muy importante de este gran éxito que hemos tenido es que las jugadoras más veteranas cargamos con ese peso y dimos ejemplo para las más jóvenes”.

Rapinoe desplegó un juego imperioso en Francia, que sin duda contribuyó a presentar sus credenciales a un nuevo premio en los The Best FIFA Football Awards, el lunes 23 de septiembre en Milán.