Marta es la ganadora del premio The Best a la jugadora de la FIFA 2018. La brasileña, de 32 años, se impuso a las también nominadas Ada Hegerberg y Dzsenifer Marozsán y se alzó con la distinción individual más prestigiosa del fútbol femenino.

El sexto galardón de la FIFA para Marta pone el broche de oro a una carrera profesional que dura ya más de 18 años. FIFA.com habló con ella instantes después de recibir el premio en el escenario del Royal Festival Hall de Londres.

Estoy muy feliz. Ha sido una noche increíble y, al mismo tiempo, me doy cuenta que trae una gran responsabilidad y es la de siempre buscar y alcanzar tu máximo. Así que sí, estoy muy feliz.

Puedes estar seguro que hay un lugar especial en mi casa para todos los premios que he ganado. ¡Incluso para la primera medalla que gané cuando era una niña que iba al colegio! Tengo que armar una esquina muy especial para este trofeo.

Es un momento mágico en tu vida. ¿Qué deportista no querría estar en este panteón y competir por un premio que tiene el prestigio de este? A veces hay determinados momentos en los que fracasas en el intento de expresar el tamaño de tu felicidad. Hoy creo que fui capaz de contener las lágrimas un poco y hacerlo.

Ada y Dzsenifer son dos futbolistas excelentes. Tienen mucha calidad y han hecho un gran trabajo en su club. Juegan juntas, y creo que eso les ha permitido crecer a nivel individual. Están aquí porque se han esforzado mucho y merecen estar aquí. Me siento muy orgullosa de haber competido con ellas por este premio.

Yo diría que un poco de las tres. No entreno más que otras jugadoras, pero, siempre que voy a entrenar, mi objetivo es ser la mejor. Quiero ser la mejor chutando, quiero correr más que nadie, cabecear el balón mejor que nadie, llegar a cada pelota antes que nadie... Quiero que la gente me mire y piense: ‘¿Cómo es posible que siga teniendo esas ganas después de tanto tiempo en el fútbol y de haber ganado tantas cosas?’ Sé que, al proyectar esta actitud e intentar lograr todas esas cosas, cada día encontraré algo nuevo que aprender.

Cuando llegue ese día, cuando ya no sienta la emoción que siento ahora ni esas ganas de estar aquí cada año, nominada entre las mejores y compitiendo por un premio que representa el máximo nivel, si ya no siento ese deseo ni me pongo nerviosa antes de venir a estas entrevistas en la gala ni me emociono durante la ceremonia, será porque habrá llegado el momento de parar y dejar que el fútbol pase a un segundo plano en mi vida. Pero, si sigo sintiendo esto año tras año, es porque de verdad me gusta. Es mi vida desde que tengo seis años.

Empiezo a pensar cada vez más en ello. Cuando entreno con la selección, cuando jugamos amistosos... La Copa Mundial, el entusiasmo, el deseo de conseguir algo más, los recuerdos de ediciones anteriores… Pero, por encima de todo, prevalece ese sentimiento de felicidad que surge al saber que tenemos una oportunidad más de jugar un Mundial.

¡A mí también me gustaría ver algo especial! Antes de nada, espero llegar motivada, sintiéndome bien y centrada mentalmente. Porque, cuando una está bien preparada psicológicamente, las cosas fluyen de una manera más natural. Pero, sí, ¡quiero ver algo especial en Francia!