Wendie Renard está nominada al premio The Best a la Jugadora de la FIFA
El año pasado formó parte del primer FIFA/FIFPro World 11 femenino
En 2020 volvió a ganar el triplete liga/Copa/Liga de Campeones
Catorce títulos de campeona de Francia, nueve Copas de Francia y siete Ligas de Campeones Femeninas de la UEFA. ¿Hay en el mundo alguna jugadora que pueda vanagloriarse de tener un palmarés tan abultado como el de Wendie Renard?. Capitana del Olympique de Lyon desde hace varias temporadas, es la líder de un equipo que está marcando la historia del fútbol femenino. Con su club lo ha ganado todo. Solo le falta un trofeo individual: el de Jugadora del Año de la FIFA.
Nominada de nuevo, la martiniquesa espera poder añadir su nombre al de las ilustres vencedoras y agregar otra línea más a su historial personal y al de su club de toda la vida. FIFA.com habló con la internacional francesa (122 convocatorias, 25 goles).
Wendie, está usted nominada al premio The Best a la Jugadora de la FIFA 2020. ¿Qué siente al aspirar a un galardón individual después de haber ganado tantos trofeos colectivos?
Siempre es un honor estar nominada a este tipo de premios. No soy la única lionesa en esta situación. Eso demuestra que colectivamente hemos realizado una temporada extraordinaria. Claro que en una temporada hay altibajos, pero el objetivo es conquistar el máximo de títulos. Este tipo de trofeo, aunque sea individual, es gratificante. Es un plus. Estar nominada es ya de por sí un honor. ¿Qué pasará?, ¡pronto lo sabremos!.
El Olympique de Lyon domina el fútbol europeo desde hace años de manera absoluta. Sin embargo, ninguna de sus jugadoras ha recibido aún este reconocimiento. ¿Cuál cree usted que es el motivo?
¡Es verdad!. En vista de los últimos años, ¡quizá tendría que haber habido ya una jugadora lionesa ganadora!. No ha sido así. Nosotras tenemos que seguir trabajando y ganando títulos juntas. Y los premios llegarán si seguimos rindiendo colectivamente y forzosamente, claro está, de manera individual. A mi modo de ver, no hay nada mejor que un galardón colectivo, principalmente por la alegría compartida.
Hace ya 10 años que el Olympique de Lyon gana casi todo. Y aunque el club es activo en el mercado de fichajes, algunas parecen intocables. Ese es su caso. Usted ha tomado parte en todas las victorias...
Es una historia que comenzó en 2004, cuando el presidente Jean-Michel Aulas decidió invertir y retomar la sección femenina, que era el FC Lyon. Año tras año, todas las jugadoras que han pasado por el club han contribuido a hacerlo llegar donde está hoy. A título personal, es una muestra de confianza. Quiere decir que sé que para permanecer a ese nivel, hay que trabajar. Es un club exigente, con un presidente que pone los medios pero que a su vez espera que estemos siempre en lo más alto. No podemos dormirnos en los laureles. Yo soy una persona exigente, dura. Y me doy a mí misma los medios para permanecer en lo más alto y alcanzar la excelencia.
Usted es la capitana desde hace varias temporadas. ¿Cómo logra transmitir esa cultura ganadora a las jóvenes y a las recién llegadas?
Eso pasa por el día a día, el trabajo, el comportamiento... Cuando desembarcas en un club, siempre sabes más o menos dónde te metes. Pero cada jugadora que llega tiene ganas de escribir su historia con este club. Parto de la base de que en la vida, si haces trampa, el tiro te sale por la culata. En mi opinión, no hay partidos fáciles. Somos nosotras quienes los hacemos fáciles. En cuanto a las jóvenes, hay que encarrilarlas mucho, respaldarlas e inculcarles el gusto por el trabajo. Que se den cuenta de que en la vida nada llega por casualidad. Que solo el trabajo compensa y que los reconocimientos llegarán, aunque no necesariamente enseguida. Hay que ser estricta y tener ansias de conquista. Esto no es la lotería, "hoy gano y mañana pierdo". No existe el "hoy juego a fondo y mañana juego tranquila".
Usted marca con regularidad. Lo hizo esta semana contra el Juventus. No es habitual ver a una defensa tan prolífica. ¿Cómo lo hace?
Tengo mucha humildad. Conozco mis habilidades, en especial en los lanzamientos de falta y saques de esquina. A comienzos de mi carrera me tomaba mi estatura [N. de la R.: 1,87m] como algo negativo. Me costaba aceptarla. Y con el paso de los años, trabajando con entrenadores y preparadores físicos, comprendí que tenía que convertirse en una ventaja para mí. Ahora sé que soy una pieza esencial en las jugadas a balón parado. También depende de la conexión con la compañera que los lanza. Si arranco en el momento adecuado, acaba en el fondo de la portería.
Una jugadora defensiva que gana un trofeo individual no es habitual, ¿sería una buena señal?
Efectivamente, en los últimos tiempos han sido principalmente las jugadoras ofensivas quienes han ganado. No digo que se olviden de los puestos defensivos, pero a menudo es el último gesto, el disparo bonito, el gol bonito los que reciben el premio. Pero antes de todo eso hay un trabajo que se hace y que merecería salir más a la luz. Podemos tomar como ejemplo a Virgil Van Dijk el año pasado. Hizo una temporada extraordinaria, excepto que delante estaban dos monstruos que son Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Pero no me corresponde a mí decir "voten por mí, por una defensa". Mi trabajo es rendir al máximo y después son los especialistas los que deciden. Y si los especialistas deciden que soy yo quien debe ganar ese trofeo, seré la más feliz por ello.