El reto del banquillo del Barcelona nunca es fácil. Y a Valverde se le puso más cuesta arriba si cabe, cuando nada más llegar tuvo que lidiar con la salida de una de las grandes estrellas del equipo: Neymar.

A pesar del terremoto para la institución y de la dolorosa derrota en la Supercopa de España ante el Real Madrid (por un global de 1-5) para arrancar la campaña, el entrenador recondujo la nave y la guió a la conquista del doblete, Liga y Copa, méritos que han impulsado su candidatura al Premio The Best al Entrenador de la FIFA de Fútbol Masculino 2018.

Figura discreta, entrenador concienzudo, personalidad conciliadora y serena, vocación ganadora… ¿Conoces a Ernesto Valverde?

“Pensaba dedicarme a la fotografía cuando me retirara como jugador, pero el fútbol te engancha”, comentó en alguna ocasión. Así que dejó la cámara para el tiempo libre y se enganchó con el balón.

Con su perfil bajo y conciliador, Valverde se ha reconfirmado en el FC Barcelona como un gran gestor de grupos. “Ahí radica gran parte del misterio de que un equipo funcione o no. Que el grupo vea que tú les vas a ayudar a ser mejores. En el mismo momento que entras en el vestuario ya te están examinando y valorando", decía a la Revista Panenka, en unas de las pocas entrevistas que ha concedido.

Además de superar los escollos del arranque, logró recomponer al equipo anímicamente tras el varapalo que supuso la eliminación del equipo en cuartos de final de la Liga de Campeones de la UEFA en un dramático partido de vuelta en Roma, para sentenciar los títulos nacionales.

También supo dosificar el talento de Andrés Iniesta en su última temporada como azulgrana, maximizando el rendimiento del centrocampista de 34 años.

Siempre ha mostrado su predilección por el fútbol de ataque, pero es muy flexible en cuanto la disposición táctica. Cambia el ángulo y el encuadre para que el resultado final funcione. No se aferra a un dibujo. Actúa según las condiciones lo requieran. Valverde aplica la mirada curiosa del buen fotógrafo al fútbol.