martes 28 agosto 2018, 11:30

Sarina Wiegman: Cinco pasos para convertirse en The Best

  • La DT repasa cinco etapas clave en su trayectoria

  • Ya ganó el premio The Best en 2017

  • Su selección ganó la Eurocopa y apunta a Francia 2019

Podría olvidarse fácilmente, dada la elegancia y solvencia con que se coronó campeona de Europa el año pasado, que la selección de Países Bajos es una recién llegada a la élite del fútbol femenino. Antes de ese magnífico triunfo en la Eurocopa Femenina, las holandesas sólo se habían clasificado históricamente para tres grandes campeonatos, y no habían sido candidatas al título en ninguno de ellos.

Las jugadoras estelares del equipo y su seleccionadora, Sarina Wiegman, han visto cómo su prestigio subía de una forma igual de meteórica tras su conquista de la Eurocopa. Aunque Wiegman era una excelente jugadora con más de 100 internacionalidades en su haber, así como una entrenadora respetada, fuera de su patria o del mundillo del fútbol femenino no se la conocía mucho.

Incluso ahora, no todos conocerán la historia completa de la ganadora del premio The Best al Entrenador de la FIFA de Fútbol Femenino 2017, que ha sido nominada para defender su trofeo este año.

Así pues, ¿quién es la genial estratega que se esconde tras la revolución de las Leeuwinnen (“Leonas”)? ¿Y qué experiencias la han forjado como entrenadora? FIFA.com conversó con la propia Wiegman para averiguarlo.

Dificultades iniciales

Al no haber equipos de chicas donde jugar, Wiegman tuvo que recurrir a ardides para poder jugar en equipos de chicos con su hermano mellizo e impulsar su pasión por el fútbol.

“Me cortaba el pelo muy corto, para no destacar. Aun así, no siempre funcionaba y había problemas simplemente para poder jugar un encuentro. Cuando veo cómo ha cambiado la situación por completo aquí en Países Bajos, me pongo muy contenta y me entusiasmo por ello. Es una sensación magnífica el haber formado parte de ese cambio. Ahora las chicas tienen muchísimas más oportunidades y facilidades para jugar al fútbol. Todavía podemos mejorarlo, por supuesto, y siempre queda trabajo por hacer para mejorar las perspectivas de futuro para las generaciones venideras. Pero cuando lo comparo con cuando yo empezaba, el cambio es increíble”.

Formación estadounidense

En 1989, con 19 años, Wiegman aceptó una oferta del ex seleccionador estadounidense Anson Dorrance para incorporarse al programa de fútbol femenino en la Universidad de Carolina del Norte, donde jugó con figuras en ciernes de la talla de Mia Hamm y Kristine Lilly.

“Eso me inspiró de veras. Era como un paraíso futbolístico. En Países Bajos, había estado en una situación –debido a mis estudios y al panorama futbolístico en aquel entonces– en la que jugar al fútbol a un buen nivel era literalmente imposible. No había perspectivas de futuro. Pero en cuanto llegué a Estados Unidos, vi un entorno totalmente diferente, donde las buenas jugadoras disponían de oportunidades para desarrollarse adecuadamente. Para mí fue inspirador ver las posibilidades que había allí, y mi sueño desde ese momento fue poder ver la misma situación en mi país”.

Desarrollo atrofiado

Wiegman regresó de Estados Unidos para encontrar que “nada había cambiado” en su patria y, al verse enfrentada a la resistencia y la indiferencia, se dedicó a la enseñanza.

“La docencia me ha ayudado a convertirme en la entrenadora que soy hoy, pero en aquel momento no había opciones viables porque no había manera de labrarse una carrera en el fútbol en Países Bajos. Pero cuando las cosas no son fáciles, tienes que ponerte a prueba y trabajar duro para encontrar soluciones. Todos los problemas que he experimentado me ayudan a aconsejar a mis jugadoras también cada vez que se topan con dificultades”.

Un riesgo que mereció la pena

En 2007, Wiegman dejó la seguridad de la enseñanza para convertirse en la entrenadora del ADO La Haya en la incipiente Eredivisie femenina.

“Decididamente fue un riesgo, pero, de todas formas, yo no diría que fue una decisión difícil, porque estaba luchando por mi sueño y mi pasión. Fue un riesgo que me alegré de tomar en ese sentido, y mi marido me apoyó de veras. Entonces teníamos ya dos hijos, así que había responsabilidades en las que pensar y discutir. Pero él dijo: ‘Éste es tu sueño. Tienes que ir en su busca’. ¡Y estoy muy contenta de haberlo hecho!”.

El gran salto de calidad

En 2017, Wiegman guió a la selección de Países Bajos hacia la conquista de la Eurocopa Femenina, un título logrado con distinción y celebrado con frenesí.

“Ese ha sido mi mayor logro, por supuesto, y el impacto que ha tenido ha sido sencillamente fantástico. Las cosas ya estaban empezando a cambiar en Países Bajos, y el que nosotras ganásemos la Eurocopa le dio a todo un gran empujón adicional. Sabemos lo importante que es mantener esa dinámica y, para nosotras, eso significa que clasificarse para el Mundial es esencial. Necesitamos seguir aprovechando el entusiasmo que generó la Eurocopa”.