En el fútbol, las voleas son uno de los remates más bonitos, pero más difíciles de ejecutar técnicamente. Se necesitan concentración máxima y mucha tranquilidad para no precipitarse con el disparo. Shirley Cruz lo hizo a la perfección: no perdió de vista el balón durante su trayectoria y colocó el cuerpo en el ángulo correcto para golpear el balón en el punto exacto. Si hubiera cambiado el ángulo del pie apenas un par de grados, la pelota podría haber acabado en la grada.

Sin embargo, en el triunfo por 6-1 de la selección femenina costarricense sobre Panamá del 28 de enero de 2020 —correspondiente al clasificatorio olímpico de la CONCACAF—, Cruz demostró que es una de las futbolistas con mejor técnica que hay. En el estadio Compass de Houston (Texas), su golazo de volea a la salida de un córner sirvió para poner el 3-1 en el marcador y desatar la euforia. De hecho, es un tanto que se ha repetido en infinidad de ocasiones.

"Hay muchas cosas que pueden pasar para que salga mal, como rematar con la parte incorrecta de la pierna o una desviación, pero creo que lo rematé con mucha convicción y fue un gol muy importante para nosotras. Creo que se trata de la experiencia que uno tiene, de no pensar demasiado en las cosas cuando llega la pelota. Tal vez cuando somos más jóvenes quieras controlar el balón antes de rematarlo, pero en este caso, aplicamos la táctica que el entrenador quería y el resultado final fue un muy buen gol. Fue una pelota perfecta, un remate perfecto y una jugada perfecta".

¿Conseguirá esta volea los votos suficientes como para ganar el Premio Puskás de la FIFA 2020?