Allá por 2009, el mundo del fútbol conoció un premio de nueva creación, que recompensaba la excelencia en un aspecto del fútbol que todos adoran: los goles.

Se trataba, cómo no, del Premio Puskás de la FIFA.

Los diez trofeos entregados desde entonces han consagrado en los libros de historia sendos momentos de magia que dejaron boquiabiertos y cautivaron a los hinchas de todo el globo.

Estas majestuosas acciones —desde lanzamientos de falta hasta acrobáticas voleas, pasando por dianas de una inventiva asombrosa y gran calidad individual— no han sido únicamente obra de los grandes nombres del deporte rey. El Premio Puskás ha demostrado que el mejor gol del planeta puede ser anotado en una Copa Mundial de la FIFA o ante muy pocas personas, y que cualquiera es capaz de lograrlo.

Proponemos un viaje en el tiempo para recordar a los anteriores ganadores de este prestigioso premio. ¡Y no olvidemos estar pendientes de la lista de este año para ayudar a elegir el 11º vencedor!

En uno de los clásicos de rivalidad local más enconada del mundo del fútbol, un Salah en el mejor momento de forma de su carrera exhibió toda su potencia, astucia e ingenio para firmar este gol ganador del Puskás.

Giroud llevó la inventiva un paso más allá al crear prácticamente de la nada un gol de fantasía que pasó a ser conocido como “el escorpión”.

El impactante golpe franco transformado por el malasio Subri pareció desafiar las leyes de la física, y puso su nombre en boca de los aficionados de todo el planeta.

De niño, uno siempre escucha que nunca debe apartar la vista del balón. Lira siguió esa consigna al pie de la letra, y la imparable volea resultante es el súmmum de la ejecución técnica.

En la mayor cita del fútbol mundial, Rodríguez contribuyó a cimentar su fama sacándose de la chistera una genial volea descendente que hizo vibrar al público en octavos de final de Brasil 2014.

Atrevido. Imparable. Asombroso. Estas tres palabras sirven para resumir muchos de los tantos del pasmoso repertorio de Ibrahimovic, aunque posiblemente este haya sido el más increíble.

La altura del centro, el ángulo de la volea y la suavidad del gol se fusionaron para convertir este disparo de Stoch en una obra de arte absolutamente exquisita.

Neymar todavía era entonces una promesa, aunque ya conocida por muchos hinchas, y dejó patente con una grácil internada zigzagueante que iba camino de convertirse en un fenómeno global. Este gol también hizo de él el ganador más joven de un Puskás, distinción que conserva a día de hoy.

En apenas un abrir y cerrar de ojos durante una jugada en la que, por un momento, pareció desperdiciarse un saque de esquina al enviarse el balón demasiado lejos, Altintop hizo un verdadero alarde de garra para enganchar una fortísima volea y materializar un tanto asombroso y de factura impecable.

Cristiano Ronaldo, único anotador cuyo nombre figura tanto en la primera como en la última lista de diez goles candidatos al Puskás, conectó un disparo desde una treintena de metros que fue adquiriendo altura hasta perforar la meta contraria, conjugando potencia y precisión de un modo perfecto.