Dos torneos consecutivos permitieron a Nigeria adelantar a Brasil y hacerse con el récord de trofeos de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™, cinco. En la edición de EAU 2013, los Aguiluchos Dorados registraron el asombroso promedio de 3,7 goles por partido rumbo a la conquista de su cuarto título, que luego revalidarían con 3,3 por encuentro en Chile 2015.

En el quinto aniversario de la final de este último certamen, disputada en Viña del Mar, nos fijamos en los logros posteriores de cinco integrantes de estas prodigiosas generaciones.

Formado en la Taye Academy, firmó cuatro dianas en el triunfo por 6-1 sobre México con el que se estrenó Nigeria, y volvió a ver puerta ante ese mismo rival en la final de EAU 2013, saldada mediante un 3-0. Terminó Chile 2015 con seis goles, la Bota de Plata adidas y el Balón de Oro adidas.

El desempeño de Iheanacho en la península arábiga hizo que varios grandes europeos pujasen por contratarlo. Quien lo consiguió fue el Manchester City, pero el ariete no dispondría de mucho tiempo de juego en el club, debido a la presencia de Sergio Agüero y Gabriel Jesus, que también brillaron en torneos de categorías inferiores de la FIFA, de modo que se incorporó al Leicester City en 2017. Iheanacho suma tres goles y dos asistencias esta temporada en la UEFA Europa League, en la que ha jugado dos partidos como titular.

El atacante, de 24 años, formó en el once inicial de Nigeria en sus dos últimos compromisos de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™ y acumula nueve goles en 27 internacionalidades en total.

Aunque no actuó por primera vez bajo los tres palos hasta los 12 años, con 14 ya fue suplente de Dele Alampasu en EAU 2013.

Uzoho se convirtió, con 18 años y 352 días, en el guardameta extranjero más joven de la historia en jugar en La Liga. Después de varias cesiones, actualmente defiende los colores del APOEL chipriota.

Oriundo de Nwangele y con una estatura de 196 cm, fue el arquero de Nigeria en sus tres partidos de Rusia 2018, donde mantuvo su puerta a cero ante Islandia y causó sensación frente a la Argentina de Lionel Messi.

Este polivalente centrocampista, nacido en la misma ciudad que Nwankwo Kanu, Owerri, fue Balón de Oro adidas en Chile 2015.

Nwakali fichó por el Arsenal en 2016, pero recaló el año pasado en el Huesca, con el que consiguió el ascenso a la primera división española. Representó a Nigeria en un partido amistoso frente al Atlético de Madrid en mayo de 2018, aunque, a pesar de marcar un gol espectacular, no fue incluido en la convocatoria de los suyos para el Mundial celebrado un mes más tarde.

Osimhen materializó diez goles en Chile 2015, y batió así el récord de nueve en una Copa Mundial Sub-17 de la FIFA que poseían conjuntamente Florent Sinama-Pongolle y Souleymane Coulibaly. El jugador del Ultimate Strikers Academy se convirtió asimismo en el primer campeón que marcaba en todos los partidos jugados por su país.

Su paso por el Wolfsburgo no resultaría exitoso, pero la temporada pasada compartió la cuarta posición de máximos anotadores de la Ligue 1 con Neymar, por detrás de Moussa Dembelé y de los dos principales artilleros, Kylian Mbappé y Wissam Ben Yedder.

Ahora tiene 21 años y hace poco llegó al Nápoles, con el que marcó su primer gol de un gran tiro ante el Atalanta.

El Nápoles pagó al Lille 70 millones de euros por el fichaje de Osimhen, quien se convirtió así en el futbolista africano más caro de la historia, al superar el monto abonado por el Manchester City al Leicester City por Riyad Mahrez.

Este deslumbrante extremo registró tres goles y tres asistencias y ganó el Balón de Bronce adidas en Chile 2015.

Chukwueze destaca por su velocidad y su astucia, cualidades que le han valido el apelativo de “el Robben nigeriano”. Plasmó de inmediato su calidad en el Villarreal, donde lleva dos temporadas, y marcó en el triunfo por 2-1 contra Sudáfrica que clasificó a las _Súper Águilas_para las semifinales de la Copa Africana de Naciones de la CAF del año pasado.

De niño, su familia le insistía para que no descuidase sus estudios por jugar al fútbol, pero él no hacía caso. ¿Y cuál fue la consecuencia? “¡Me quemaron las botas!”, confiesa. “Y también todo el material de entrenamiento, para que no pudiese jugar”.