Cuando en 2017 Jorge Sampaoli le ofreció hacerse cargo de la Sub-15 de Argentina, Pablo Aimar no era un improvisado en juveniles. No tenía experiencia en el banquillo tras su retiro como futbolista, pero se había dedicado a analizar el trabajo en las canteras del fútbol argentino.

“Me gusta mucho esta faceta de entrenador de jugadores jóvenes. Con Diego [Placente, su ayudante] no lo tomamos como algo pasajero. Lo vivimos como algo maravilloso”, confirma a FIFA.com Aimar, 39 años, apenas unas horas antes de participar de su quinto Mundial, su primero como entrenador.

Pese a que la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Brasil 2019 es un debut grande para él también, en todo momento se corre del centro de la escena. Los protagonistas de sus respuestas son siempre los jugadores.

“No es lo que vos enseñás. Armamos entrenamientos y los chicos van mejorándose unos a otros. Hasta ahora los resultados los han acompañado. Han ganado los Sudamericanos Sub-15 y Sub-17. Y ahora tienen la posibilidad de jugar al menos tres partidos en un torneo inigualable, lo máximo a lo que pueden aspirar”.

Aimar es el único DT en Brasil que jugó ya un Sub-17. “Lo vivo con la misma ilusión que cuando tenía 15 años y fui a Ecuador a mi primer Mundial. Y veo en los chicos lo mismo. Han cambiado los tiempos y la vida es un poco diferente ahora pero los jóvenes siguen teniendo mucha ilusión por vivir esto”.

Ilusión es una de sus palabras fetiches, tan recurrente como la aversión a hablar de resultados, candidaturas, presiones o que Argentina jamás ganó este torneo.

“No quiero que piensen que vienen a ganar la Copa, vienen a ganar experiencia. Todos venimos a eso. No tienen que tener esa presión, esa mochila. Los resultados en juveniles son que crezcan, que muchos de ellos lleguen a una eliminatoria mundialista con la selección mayor con 100 partidos internacionales jugados desde los 14 años”.

Sin embargo, sabe que los resultados son parte del proceso: "También se forman ganando".

Como en el Sudamericano, cuando Argentina, Uruguay y Brasil compartieron fase de grupos por primera vez en la historia, el grupo de la Albiceleste es complicado: España -el debut el lunes 28-, Camerún -campeón africano- y Tayikistán -revelación asiática-.

“España está muy bien desde hace mucho, con futbolistas técnicamente buenísimos. A estos chicos los veremos seguro en unos años en los mejores equipos de la Liga española y del mundo. Pero para el futuro [de los jugadores argentinos] es bueno medirse contra equipos muy buenos”.

Más allá de la experiencia, Argentina tiene con qué pensar en positivo: “Son un buen equipo, les gusta jugar con la pelota, tienen personalidad y les ha ido bien así. Son chicos que son protagonistas del partido”.