viernes 02 octubre 2015, 13:18

Efraín Juárez: "Éramos como hermanos"

Hay momentos que definen a una generación, que aparecen una y otra vez en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de vivirlos. Momentos en los que todos recuerdan el lugar exacto en que estaban cuando sucedieron. México vivió uno de ellos hace diez años y, desde entonces, su fútbol no ha vuelto a ser el mismo.

Fue un 2 de octubre como hoy cuando la “Generación Dorada” ganó la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Perú 2005. Lo logró ante Brasil, y con un inapelable 3-0 en la final. El país entero celebró con sus muchachos, y nombres como Carlos Vela, Giovani dos Santos, Héctor Moreno y Efraín Juárez quedaron para siempre marcados en el imaginario colectivo del país.

Diez años no son nada “Me acuerdo como si fuera ayer”, afirma a FIFA.com Juárez, con una mezcla de alegría y nostalgia.“He tenido muchas buenas en el futbol, he sido campeón en muchos lados, jugué un Mundial y en clubes extranjeros, pero ésa fue la experiencia más bonita que viví”, enfatiza el que fuera el lateral derecho de ese equipo en los seis partidos del Tri rumbo al título.

Para quien no lo vivió, es difícil explicar el impacto que tuvo el triunfo de esos muchachos en México. Miles los recibieron en su regreso a casa, y durante un día entero los jugadores desfilaron en un autobús abierto por las calles del Distrito Federal. Lisa y llanamente, marcó el inicio de una nueva era para el fútbol azteca.

Para buena parte de los protagonistas también representó un cambio radical, como recuerda Juárez. “A mí me fichó el Barcelona. No pude jugar por no ser comunitario, pero pasé un par de años en España, lo que me permitió ganar madurez. Después volví a México y muy pronto salí campeón con Pumas, participé de Sudáfrica 2010 y regresé a Europa. Son cosas que sin duda no hubieran ocurrido de no haber ganado ese torneo en Perú”, afirma el ex jugador de Celtic y Zaragoza.

Una familia de verdad México ganó el torneo con total autoridad. De hecho, antes de la goleada a Brasil, vapuleó Países Bajos en semifinales (4-0). Pero más allá de la calidad del equipo, para Juárez el secreto estaba en el corazón del plantel. “Soñábamos mucho. Suena raro, pero realmente todos los días nos imaginábamos cargando la copa. Y en parte ese sueño colectivo nos hizo formar una familia. Pasamos tantos meses juntos que nos conocíamos por completo. Éramos como hermanos, y teníamos una mentalidad a prueba de balas. Soñábamos pero también trabajábamos para conseguirlo”.

El éxito de esa sub-17 mexicana no fue, ni mucho menos, obra de la casualidad. En su preparación, no se dejaron cabos sueltos. El actual jugador del Monterrey revela los sacrificios que hicieron él y sus compañeros en busca del título.

“Pasamos cumpleaños, Navidad, el Día de la Madre concentrados. Hacíamos trabajos físicos extenuantes. Todo eso fue haciendo crecer al equipo. Y claro, estaba nuestro entrenador, Jesús Ramírez, que fue prácticamente una figura paterna. Como no teníamos a nuestra familia alrededor, muchas veces cuando alguno tenía un problema, acudíamos a Chucho. Era el único con quien te podías refugiar”.

Un antes y un después Así, de poco a poco, se fue formando ese grupo histórico que cambió la cara del futbol mexicano. Desde ese campeonato, las selecciones menores se han vuelto una potencia mundial. “Sería arrogante decir que marcó un antes o un después, aunque los resultados a desde entonces lo marcan. Hoy podemos festejar un oro olímpico, otro Mundial Sub-17, semifinales en Sub-20... Creo que los jóvenes después de nosotros se contagiaron de ese creer en nosotros mismos”.

¿Y entonces, por qué en la selección mayor México no ha podido dar el gran salto? Efraín, con 39 internacionalidades sobre su espalda, entre ellas 4 en Sudáfrica 2010, tiene una teoría y una predicción. “Hemos tenido un poco de mala fortuna. Nos ha faltado ese pasito, pero las circunstancias no nos han ayudado. Los penales en 1994, el gol de Maxi Rodríguez en 2006, el primer gol argentino en 2010… Pero creo que Rusia 2018 va a ser el torneo de México. Se juntarán tres excelentes generaciones, las dos campeonas Sub-17 y los campeones olímpicos. Cuidado con El Tri”.

Pero eso sería adelantarse demasiado. Por lo pronto, es hora de celebrar esos diez años de gloria. Y el lateral de aquel equipo lo hará con sus compañeros… a través de la tecnología. “Seguimos con mucho contacto, incluso tenemos un grupo en el teléfono formado por los jugadores y cuerpo técnico. No nos vemos tanto porque jugamos en distintos equipos, pero en el grupo hablamos casi todos los días”.

Eso sí, el hecho de que el festejo sea por mensajes y fotografías no resta para nada entusiasmo a la celebración. Así lo confirma Juárez al revelar el nombre de ese grupo ultra privado. “¡Campeones del Mundo, por supuesto!”