Debutar en Primera división con apenas 19 años puede dar vértigo. Pero los nervios desaparecen si recuerdas que has jugado partidos más importantes. “Te ayuda un montón. Te da esa confianza de saber que lo vas a hacer bien, que puedes con ello”. Y de partidos importantes Catalina Coll sabe un rato.

A los 15 vivió desde el banquillo cómo España conquistaba el bronce en el Mundial Sub-17 de 2016. A los 17, ya como portera titular, fue subcampeona mundial sub-20, y unos meses más tarde ganó el Mundial Sub-17 en Uruguay, el primero del fútbol femenino español. Entre medias, coleccionó varias medallas más en Europeos juveniles.

“Esta generación ha sido como muy boooom”. Se ríe. “Tenemos los pies muy en el suelo y no somos conscientes de todo lo que hemos hecho. Somos jóvenes, queremos ir con la selección absoluta y ganar todos los títulos posibles”. De momento, su compañera Eva Navarro ya sabe lo que es jugar con las mayores, y Cata va por el mismo camino.

Fichada por el Barcelona hace apenas un año, fue cedida al Sevilla con la idea de tener minutos en su estreno en la élite. La competencia se presumía dura, con otras dos internacionales, Sara Serrat y Noelia Ramos, para defender la meta sevillista. Pero Cata lo ha acabado jugando casi todo.

“Me gustan los retos y que haya competencia, porque si sabes que vas a jugar siempre te acomodas. No saberlo y exigirte cada día el 100% me ha enseñado mucho de cabeza. Saber esperar y ver que va a llegar tu momento y que cuando llegue hay que aprovecharlo”.

Para cuando la COVID obligó a parar la Liga, Cata ya había dejado unas cuantas paradas de mérito y la sensación de que lo mejor está por llegar.

"Lo que más destaco de este primer año es la exigencia de cada día. Antes estaba acostumbrada a entrenar 3 días por semana, porque la gente del equipo trabajaba. Cuando estás en un equipo profesional trabajas de esto y no tienes que buscarte un trabajo alternativo para poder sobrevivir y se nota un montón. También las instalaciones, que si entrenas por las mañanas tienes las tardes libres... Se agradece mucho".

Contenta con su experiencia en el Sevilla, de cara a la siguiente temporada lo primero es decidir su destino. “Es una contradicción, porque el corazón te pide una cosa, que es quedarme en el Barça, y la cabeza te dice que necesitas más minutos para coger experiencia. Y en el Barça está Paños, que es una de las mejores. Pero al final, la decisión que tome será la más correcta para mí”.

Lo que sí tiene claro Cata son las nuevas fechas del Mundial Sub-20, que debía jugarse en agosto, pero se ha aplazado por la pandemia y se disputará el año próximo en Costa Rica y Panamá, del 20 de enero al 6 de febrero. “Tenemos las fechas marcadas en rojo. Lo hablamos las compañeras: tenemos muchísimas ganas de jugarlo ya, porque además las que lo jugamos hace dos años y perdimos la final tenemos eso clavado”.

De aquel torneo le quedó el regusto amargo de perder la final (3-1 con Japón) después de haber brillado y atajarle un penal a la anfitriona Francia en semis. “Ganamos esa semifinal tan complicada, llegas con toda esa emoción a la final y van y te meten tres… y no gusta. Queremos quitarnos esa espina”.

También la del Europeo en el que lograron la clasificación mundialista. España partía como clara favorita al título, pero precisamente Francia rompió su sueño en semifinales. “No nos lo creíamos. Teníamos un equipazo y Francia nos dio fuerte, pero ese pinchazo nos sirve para ver que no nos podemos dormir y que la vida te da segundas oportunidades… Y ahora tenemos el Mundial Sub-20”.

En apenas unos meses, Cata y muchas de sus compañeras de selección pueden convertirse en bicampeonas mundiales. “Es que imagínate… Estamos con muchas ganas de que llegue enero para poder competir y decir ‘aquí está España’”.

La última vez que cruzaron el charco, volvieron a casa con la Copa.