lunes 28 noviembre 2016, 00:40

Eyquem, en cinco aspectos

Si estás siguiendo con atención la espléndida trayectoria de Francia en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Papúa Nueva Guinea 2016, tal vez te estarás preguntando quién es realmente Gilles Eyquem, el seleccionador francés que ha clasificado a su país para las semifinales tras un épico choque de cuartos de final contra Alemania (1-0).

Antes de la semifinal contra Japón, FIFA.com ha entrevistado en profundidad al técnico galo, quien nos ofrece algunas claves para conocerlo mejor. Este ex defensa con espíritu educativo le tomó rápidamente el gustillo al oficio de entrenador y, desde 2012, se siente plenamente realizado modelando a las jóvenes perlas del fútbol femenino francés, con las que ganó el Campeonato de Europa Femenino sub-19 de este año. Para concluir, Hawa Cissoko nos dirá todo lo bueno que piensa de su entrenador.

1 - Un jugador cumplidorYo era lo que se llama un jugador cumplidor. Un defensa central a la antigua usanza, duro en el marcaje al hombre, no muy técnico y un poco “borrico”… He conocido a jugadores mucho más dotados que yo que no gozaron de mi carrera. Yo nunca me lesioné, y mis diferentes entrenadores sabían que siempre podían contar conmigo. Tuve la suerte de jugar con grandes campeones como Marius Trésor, Alain Giresse o Gérard Soler cuando estaba en el Girondins de Burdeos, mi primer equipo. Finalmente me marché al Guingamp, en segunda división, porque era un apasionado de esto y necesitaba minutos de juego. Desempeñé la mayor parte de mi carrera en la división de plata. Luego acabé como entrenador-jugador en tercera división, antes de colgar las botas definitivamente en 1989.

2 - Trabajador socialCuando era entrenador del Agen, un club de mi región, me impliqué mucho en la inserción a través del fútbol. Poco a poco, me convertí en trabajador social, implicándome cada vez más en el día a día de los barrios difíciles ayudando a las familias en dificultades. Era algo puramente social, completamente al margen del fútbol, pero fue muy enriquecedor en el plano humano y me sirvió de mucho posteriormente en mi carrera de entrenador.

3 - Una familia de entrenadores…Aprendí mucho al lado de Aimé Jacquet. En el Burdeos, sabíamos que él estaba allí media hora antes del comienzo del entrenamiento, así que éramos también unos cuantos los que llegábamos con antelación para hablar con él. Era un grandísimo entrenador, muy cercano a los jugadores; dotado de una gran amabilidad y humildad. También tuve la suerte de ser el ayudante de Philippe Bergeroo, con quien ganamos el campeonato de Europa de 2004 con la famosa “generación de 1987”; la de los Karim Benzema, Samir Nasri, Hatem Ben Arfa… Philippe es también alguien muy humano que me enseñó muchas cosas en el plano táctico y sobre el enfoque psicológico con los jugadores.

4 - …y un entrenador muy ‘familiar’Con la plantilla y el cuerpo técnico, estamos como en familia. Soy un poco paternalista; el que da las orientaciones y también se hace oír cuando es necesario. Mis dos ayudantes, Sandrine Ringler y Sandrine Roux, son más maternales, y más próximas a las jugadoras en el plano afectivo. Quiero mucho a mis jugadoras, y lo que encuentro más difícil en mi trabajo es tener que elegir. Siempre es un suplicio para mí anunciar a una jugadora que no está convocada o que no va a jugar. Mi objetivo aquí es ante todo ayudarlas a crecer, más que ganar el Mundial, aunque las victorias siempre son enriquecedoras.

5 - Valores que transmitirInsisto mucho para que las chicas sean más pacientes y más astutas. Contra Alemania, veíamos que nos esperaban para sorprendernos a la contra y, pese a todo, continuamos yéndonos arriba, aunque íbamos ganando. Estuvimos a punto de pagarlo caro… Tengo la suerte de contar con chicas muy jugonas y muy dotadas, pero a veces demasiado amables. Intento hacerles comprender que el fútbol es como una partida de ajedrez, donde hay que mostrarse más astuto y más pícaro que el rival. Me encantaba ese aspecto cuando era jugador, y eso es lo que intento transmitirles.

La última palabra corresponde a Hawa Cissoko, defensa central de la selección de Francia Hace dos años que conozco a Gilles. De mi primera concentración con él, ¡me acuerdo de su acento y de sus malabarismos! A un entrenador capaz de hacer malabarismos, no puedes más que escucharlo. Fuera del campo, Gilles es alguien simpático; nos hace reír, sabe relativizar las cosas y ponerlas en perspectiva. Considera a todas las jugadoras por igual, tanto si juegas como si no juegas. Sobre el terreno de juego, te da confianza. A veces estresa y puede cabrearse un poco durante un partido, pero sigue siendo un buen entrenador. Personalmente, me ha ayudado mucho desde hace 2 años y, sobre todo, durante este campeonato. Cuando hice un partido menos bueno contra Ghana, me volvió a motivar y confió en mí. Muchos otros entrenadores me habrían dejado en el banquillo a continuación, pero Gilles no. Tras nuestra victoria contra Alemania, me dijo que sabía que podía hacerlo bien. Todo el equipo confía en él.