Michelle French, ex internacional con Estados Unidos y medallista de plata en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2000, goza de un historial impresionante. En su segunda Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA al frente de las Barras y Estrellas, French ostenta un balance en la categoría de sólo 1 derrota en 9 partidos. Y ahora, ante la inminente semifinal contra la RDP de Corea, las sub-20 estadounidenses están a sólo dos victorias de obtener un cuarto título mundial (récord en la competición).
FIFA.com ha hablado con la seleccionadora French sobre la forma exhibida por su equipo durante el certamen, su épica remontada contra México en cuartos de final, el reto que plantea la RDP de Corea y el peso de las expectativas.
¿Qué ofrece la RDP de Corea como rival? Es otro equipo totalmente diferente a los que nos hemos enfrentado. Las norcoreanas son muy buenas defensivamente, muy buenas por las bandas, letales a balón parado. Así que hay muchas parcelas que tenemos que reforzar defensivamente si queremos salir airosas. En ataque, queremos ser agresivas e incordiar a su estructura organizada. Sabemos el éxito que han tenido, y cuánto han mejorado como país. Basta con fijarse en el éxito de las sub-17, y el seleccionador norcoreano, Hwang Yongbong, lo ha trasladado al combinado sub-20, así que sabemos que será un encuentro realmente complicado.
¿Existe una cierta presión o expectativas derivadas de que Estados Unidos haya sido campeona tres veces? No lo creo en absoluto, porque este grupo no ha ganado nada. Esas selecciones eran equipos completamente distintos. Lo que se ha logrado con esta categoría de edad en el pasado es sumamente impresionante, pero aun así, este grupo de jugadoras quiere dejar su propio sello en el fútbol.
¿Está el equipo donde querría que estuviese después de cuatro partidos? Nos hemos enfrentado a varios retos diversos al haber jugado contra oponentes muy diferentes. Así que yo diría que algunos elementos de nuestro juego han evolucionado, pero sin duda, podemos ser mejores en determinadas parcelas. En el partido contra Francia, estuvimos un poco echadas atrás, y podríamos haber sido más agresivas. Hay cosas de cada encuentro que hemos intentado mejorar. En el partido contra México tuvimos momentos en que hicimos un fútbol realmente bueno, aunque hubo pocas transiciones de toma y daca al tener que defender el juego vertical de México.
Lo impresionante para mí, independientemente de nuestro rendimiento en el juego, es que, colectivamente, nunca dejamos de creer en que podríamos remontar y obtener el resultado deseado. Así que está siendo un proceso en el que hemos ido creciendo durante todo el campeonato, pero estoy contenta con la posición en la que estamos y hacia dónde nos dirigimos.
Se trata de un equipo relativamente joven. ¿La falta de experiencia está siendo un problema? Creo que influyó en los dos primeros partidos, porque muchas de las jugadoras, simplemente, no tenían experiencia mundialista. Muchas de ellas ni siquiera estaban en la lista del torneo clasificatorio. Ahora estamos en un punto en que tienen esa confianza, y la falta de experiencia mundialista ya no supone ningún problema.
¿Hasta qué punto constituye una prioridad desarrollar jugadoras frente a ganar trofeos? Nuestra responsabilidad con los combinados de categorías menores consiste en tener éxito en la escena mundial, así como en producir jugadoras que puedan competir por un puesto en la selección absoluta. Por tanto, en este ciclo, el cuerpo técnico se ha concentrado de veras en hacer todo lo posible para que, si algunas jugadoras de este grupo fuesen convocadas, estén listas para el nivel y las expectativas de la selección absoluta. Dentro de lo bien que podamos hacerlo dentro o fuera del campo, sabemos que esa es una parte importantísima de nuestro cometido.
El equipo supo reaccionar para imponerse a México y empatar contra Ghana. ¿Qué nos puede decir sobre el carácter y la resolución de esta plantilla? Ya dije que nuestro mejor fútbol está por llegar. El encuentro contra México tampoco fue la quintaesencia futbolística; se trató más de trabajo duro, determinación y la mentalidad típica de Estados Unidos. La decisión con la que jugó este grupo de jugadoras, desde la número 1 a la 21, y su fe en que remontaríamos y obtendríamos la victoria, fue una de las cosas más impresionantes que he vivido. Sintieron al 100% que podríamos remontar, y eso es algo que se ha integrado en nuestra cultura.