El planeta está librando una lucha encarnizada contra la COVID-19, a la que contribuyen dentro de sus posibilidades todo tipo de entidades y personas.

El ayuntamiento de Glasgow también pone su grano de arena, y hace poco publicó un vídeo de su equipo de servicios científicos esforzándose por ayudar a los trabajadores sanitarios de primera línea.

Esas imágenes —en las que se veía a una científica con gafas adaptando sus tareas de laboratorio para fabricar un producto tan necesario ahora como el desinfectante de manos— serían encomiables en cualquier circunstancia.

Sin embargo, los aficionados al fútbol más avezados enseguida se dieron cuenta de que no se trataba de una científica más. Era Jo Love, internacional escocesa en 191 ocasiones y participante en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ del año pasado.

El día que se publicó el vídeo, Love debía haber estado en Alemania con su club, el Glasgow City, preparándose para disputar una eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Campeones Femenina de la UEFA. Lo impidieron el destino y una pandemia mundial, de modo que la estrella de la selección escocesa se vio obligada a tratar de sacar el máximo provecho posible a una situación extraña y sin precedentes.

“No es para nada lo que esperaba estar haciendo”, admite en declaraciones a FIFA.com. “Pero todo el mundo se está adaptando a esta nueva situación y lo primordial es la salud de la gente, así que estoy encantada de contribuir en lo que pueda. Es una gota en el océano comparado con lo que está haciendo el personal del Servicio Nacional de Salud en primera línea, pero confío en que sirva aunque sea un poco”.

“Si tuviese la formación y las competencias adecuadas, me pondría en primera línea. Me considero una persona que intenta ayudar a los demás, con pandemia o sin ella, y en esta situación lo del desinfectante es algo que puedo hacer para echar una mano a la gente que más está haciendo”.

“En estos momentos estamos fabricando desinfectante sin parar, nos ocupamos desde el aspecto químico hasta cosas como pedir los envases o poner las etiquetas, nos hemos convertido en una pequeña fábrica. Es difícil trabajar con solo tres personas en laboratorio, sobre todo si a eso se le añade el distanciamiento social. Pero esperamos estar haciendo lo suficiente para ayudar un poco”.

Antes de la pandemia, el trabajo cotidiano de Love, de 34 años, estaba enfocado a la protección del consumidor y a evaluar la seguridad de productos que iban desde combustibles hasta cosméticos, pasando por juguetes infantiles. Y ha logrado compaginar esta carrera profesional con la de futbolista, convirtiéndose de paso en la jugadora de campo con más internacionalidades de la historia de Escocia, casi 200 desde su estreno, en 2002.

“Bueno, creo que he respondido bastante bien. Aunque no soy futbolista a tiempo completo, siempre he procurado guiarme por unas normas estrictas y entrenarme como una profesional. Ahora el único problema es la edad, ¡y contra eso no puedo hacer nada!”.

“En la situación actual, estoy convencida de que tener otro trabajo me pone las cosas más fáciles que a las demás chicas. Agradezco tener algo más en lo que centrarme”.

“El fútbol me encanta y me he dedicado a él, entre otras cosas, porque es un deporte de equipo, sí que me doy cuenta de que necesito tener compañeras para ponerme en marcha”, reconoce. “Normalmente se me da muy mal correr o entrenarme yo sola, aunque en estos momentos no queda más remedio”.

Eso es lo que piensa todo el mundo. Mientras tanto, es reconfortante saber que contamos con personas expertas e inventivas como Love que están volcándose en este esfuerzo histórico.