La pandemia de la COVID-19 ha causado importantes trastornos en el mundo del fútbol, y la FIFA ha actuado rápidamente para ayudar a abordar esos problemas con la adopción de su Plan de Apoyo COVID-19. Olli Rehn, que preside el Comité de Dirección del Plan de Apoyo de la FIFA COVID-19 y que ejerce de vicepresidente de la Comisión de Gobernanza de la FIFA, ha estado supervisando la aplicación del plan, puesto en marcha a beneficio de las 6 confederaciones y las 211 federaciones miembro de la FIFA.

Hoy, Rehn –que también es el gobernador del Banco de Finlandia, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y ex vicepresidente de la Comisión Europea– dio más detalles sobre el plan de apoyo, expuso cómo ya se está haciendo un buen uso de las subvenciones y préstamos, y confirmó que el plan está obteniendo el impacto positivo adecuado.

“En el pico de la pandemia, el fútbol se había detenido completamente en todas las federaciones miembro de la FIFA salvo cuatro. Tuvo unas consecuencias muy dramáticas. La FIFA empezó inmediatamente a recopilar datos de las federaciones miembro, las confederaciones y las demás partes interesadas, incluidos los clubes y jugadores [para evaluar el impacto sobre el fútbol mundial]”, declaró Rehn.

“El impacto estimado de la interrupción fue de unos 14.000 millones de dólares USD”, afirmó Rehn, y añadió que las previsiones de base en términos generales eran que aproximadamente un tercio de la economía del fútbol, por un valor aproximado de entre 40.000-45.000 millones de dólares USD al año, se había visto afectada por la crisis de la COVID-19 hasta la fecha, y que ese impacto todavía se estaba notando.

“La FIFA reaccionó rápidamente con la filosofía de ‘la salud es lo primero’ y, a mediados de marzo, el Presidente de la FIFA Gianni Infantino se reunió con el secretario general de la Organización Mundial de la Salud para hablar de cómo el fútbol podía ayudar a abordar [los problemas derivados de] esta pandemia”, añadió. “Nuestros debates internos empezaron poco después, sobre cómo crear unos fondos de apoyo COVID utilizando las reservas financieras de la FIFA para ayudar a las federaciones miembro, los clubes, los jugadores, el personal y las academias de jóvenes”.

“El trabajo que ha llevado a cabo la FIFA durante los últimos años para reformar sus estructuras de gobernanza y control de cuentas ha garantizado que la organización se encuentre en una sólida posición financiera y, por tanto, sea capaz de ejecutar este plan. Además de proporcionar la mejor ayuda financiera posible a las federaciones miembro y confederaciones a través del Comité de Dirección y la administración de la FIFA, la FIFA se ha comprometido a aplicar las normas más estrictas de cumplimiento y auditoría”, explicó Olli Rehn.

Dado que el Comité de Dirección del Plan de Apoyo de la FIFA COVID-19 está compuesto por tres miembros, con el presidente Rehn respaldado por el jamaicano Molly Rhone y el bahreiní Muhannad Hamad, el grupo ha conservado una dimensión global, y mantiene los niveles necesarios de transparencia y rendición de cuentas en relación a la gestión de los fondos.

“Cada federación miembro y cada confederación que reciban fondos de la FIFA serán auditadas. De hecho, serán auditadas dos veces: una por los auditores enviados por la FIFA con arreglo al sistema actual (de exámenes centralizados) y otra por sus propios auditores legales”, confirmó Rehn. “La puesta en marcha del plan de apoyo COVID-19 es un proceso continuo y, hasta la fecha, hemos recibido solicitudes de más de 150 federaciones miembro. El Comité de Dirección está trabajando codo con codo con la administración de la FIFA con el fin de supervisar la aplicación del plan de apoyo y ayudar a obtener el impacto social y económico adecuados para apoyar al fútbol”.

“Si nos fijamos en Tailandia, están empleando los fondos para reanudar su liga nacional, incluida la realización de pruebas de COVID-19 y el comienzo del uso del VAR (videoarbitraje)”, prosiguió Rehn. “México está utilizando los 1,5 millones de dólares de fondos de la FIFA para su liga femenina, mientras que Brasil está empleando la financiación para ayudar a adquirir pruebas de COVID-19 para su liga femenina. Y en Uruguay, el pago se utilizará para garantizar que se pueda volver a contratar a los empleados de la federación nacional a quienes se despidió, lo que permitirá que la federación pueda funcionar. Estos son algunos ejemplos y, a la larga, los beneficios se apreciarán a largo plazo, porque el plan de apoyo consiste en posibilitar que los clubes y federaciones miembro superen la actual crisis y trabajen con vistas al futuro”.