Yakubu Ayegbeni tuvo una distinguida carrera como futbolista, que lo condujo por todo el mundo. Dio sus primeros pasos en su Nigeria natal, y competiría también en Israel, Inglaterra, la RP China, Qatar y Turquía. Esta trayectoria lo convierte sin duda alguna en uno de los exjugadores más experimentados y cosmopolitas que haya dado África.

No obstante, hace poco regresó al continente primigenio para vivir una experiencia totalmente distinta. El paso del ciclón tropical Idai devastó Malaui, y miles de personas del país sufrieron las consecuencias de uno de los peores fenómenos de este tipo registrados que hayan golpeado a África y el hemisferio Sur.

FIFA.com entrevistó al antiguo delantero de la selección nigeriana después de su visita, de la mano de la Fundación FIFA y en el marco del Programa FIFA Legends, a los niños del centro comunitario de Nsanje (Malaui), que alberga a afectados por el desastre.

Visitamos el centro comunitario, en el que vive gente que tuvo que abandonar sus casas por culpa del desastre. Es tristísimo. Uno ve las carpas en las que duermen. Para estos chicos es duro, solo son niños. Pero ni ellos ni sus familias han perdido la sonrisa, ni siquiera en esta situación.

Para la comunidad resulta muy difícil, estaría muy bien que esta gente recibiese ayuda, y es estupendo que la Fundación FIFA haya ido a intentar echar una mano. Ha sido muy positivo contribuir a dibujar una sonrisa en las caras de estos niños, a hacerlos felices, a ayudarlos a ellos y a la comunidad.

Logramos que sonriesen, pero eso no es todo. La Fundación FIFA también está intentando construir una cancha para que estos niños hagan realidad sus sueños. La que tenían antes quedó destruida por el desastre, y también quieren jugar al fútbol, ir al terreno de juego y ayudar a esta comunidad a soñar con el futuro. Sería algo increíble para ellos, le daría algo positivo a la comunidad.

Les dije que debían tener fe en futuro, simplemente. Las cosas van a mejorar, deben creer en sus sueños. Llevará algo de tiempo, pero se mejorará. La Fundación también va a estar ahí para ayudarles.

Me alegró ver que los niños querían jugar al fútbol. Disfrutaron de los minutos que pasé jugando con ellos. Vimos a un grupo de jóvenes que tienen todo el futuro por delante, para convertirse en futbolistas profesionales o en cualquier cosa que deseen.

Ahí radica la belleza del fútbol. Hace feliz a la gente. En el caso de estos chicos, estuvieron encantados de jugar, y de compartir una experiencia conmigo, de que la Fundación FIFA estuviese ahí para darles kits y donar material para ayudarles a alcanzar sus sueños, es algo estupendo. Es fantástico ver que el fútbol les ha devuelto la sonrisa después de este desastre.

Me conmovió, por supuesto. Llevaban toda la vida luchando, y encontrarse ahora en esta situación, tener que dormir fuera, en sus pequeñas carpas… cuando llueve, ahí están. Sentí una emoción por dentro, pero no quería mostrársela a estos jóvenes. Quería animarlos y transmitirles que es simplemente una fase de sus vidas, que van a acabar superando.

Que la Fundación FIFA vaya y esté ahí les permite tener fe en que las cosas van a mejorar en el futuro.

Me trajo recuerdos de mi propia juventud. De niño, no tenía dinero para comprar botas de fútbol. Ahora sí, tengo la suerte de poder hacerlo. Yo tuve fe, mi sueño era triunfar en el fútbol. Hay que esforzarse para que los sueños se hagan realidad.

Y con estos niños es lo mismo. Sea cual sea su sueño, con esfuerzo y dedicación podrán superar esta adversidad. Estoy convencido, por lo que he visto. Estos chicos tienen futuro.

Parte de la visita inicial de la FIFA Foundation a Mozambique, Malaui y Zimbabwe fue inspreccionar las áreas más afectadas. Un plan puede ser ahora desarrollado para apoyar la reconstrucción de la infraestructura futbolística.