Esta es una de las semanas más importantes en la carrera de Andressa Alves.

Ya sabe lo que es jugar una Copa Mundial Femenina de la FIFA –y en apenas tres semanas repetirá experiencia en Francia– y tiene en su palmarés dos Copas América con Brasil, pero este sábado afronta un nuevo reto: jugar la final de la Liga de Campeones Femenina de la UEFA.

“Es un sueño. Entrenamos todos los días para esto, y llegar a una primera final con la camiseta del Barça es muy especial. Siento una felicidad muy grande”.

La delantera llegó al fútbol español en 2016 como parte de una decidida apuesta del Barça por su sección femenina. Una apuesta que está dando sus frutos. “Al final han hecho una inversión muy grande y llegar a una final de Champions también cuenta mucho para ellos. Significa que vale la pena apostar por el fútbol femenino, poner dinero y fichar jugadoras”, reflexiona.

El equipo de Reynald Pedros, ganador de las últimas 3 Champions, es probablemente el mejor del mundo, pero las azulgranas tienen motivos para el optimismo.

El Chelsea hizo sufrir al Lyon en semis (3-2 en el global final), y al mismo tiempo el Barça dio muestras de carácter cuando, pese a jugar con una mujer menos los últimos 20 minutos de su serie ante el Bayern de Múnich, supo aguantar el resultado para plantarse en la final.

Llegados a este punto, la confianza es total. “Tenemos claro lo que representa el Lyon en el fútbol femenino y sabemos que va a ser muy duro. Pero es una final, somos 11 contra 11 y hay que creer. Si hemos llegado a la final es porque también tenemos buen equipo. Tenemos que hacer nuestro fútbol y ojalá podamos hacer un gran partido”.

Si el Barça da la campanada este sábado, sería el primer título continental del fútbol femenino español en un año en el que se han visto estadios llenos y récords de audiencia televisiva.

“Las cosas han cambiado mucho. Han mejorado el nivel técnico y la visibilidad. Toda la gente que está viniendo a los partidos a su vez atrae a más gente a venir. Y no solo a un Atleti-Barça (60.739 espectadores en el Metropolitano), también los derbis en Valencia, País Vasco… La tele también pone los partidos y más gente puede verlos”.

Las cosas están cambiando. No solo en España. Y lo mejor está por llegar. “Ahora viene el Mundial. Creo que va a ser el más más difícil, el mejor técnicamente hablando y el que más apoyo tenga de la prensa. Y cuando termine el futbol femenino va a seguir creciendo y creciendo”.

Andressa sonríe, aunque reconoce que Brasil afronta el torneo con mucha presión. “Vivimos mucho el fútbol y la afición quiere que seas campeona. Vestir la camiseta de Brasil es muy grande y cualquier jugadora querría estar en nuestro sitio, así que tenemos que jugar no solo por nosotras, sino por el fútbol femenino brasileño, para la gente se sienta orgullosa, se invierta dinero y se incentive su crecimiento”.

La presión sobre Brasil es mayor si cabe por la mala racha que lleva:

“No vivimos un buen momento”, reconoce, “pero en dos partidos juegas bien y vuelve la confianza. Tenemos que tener calma, porque tenemos jugadoras muy experimentadas y que pueden hacer la diferencia. Hay que trabajar y llegar bien al Mundial”.