jueves 02 junio 2016, 07:49

Carpenter lidera la brigada del siglo XXI

Ellie Carpenter tiene un nombre bastante común pero no un talento ordinario. Imposible que lo sea cuando con apenas 16 años es internacional por Australia y, a pesar de haber nacido en el ocaso del siglo pasado, puede decirse sin temor al error que es la primera integrante de la selección absoluta australiana, sea femenina o masculina, que emerge del siglo XXI.

Carpenter lleva nueve meses viviendo una aventura apasionante. Incluso, según ella misma admite, su llegada al primer equipo del Western Sydney Wanderers, de la W-League, fue una sorpresa total. No digamos ya su inclusión en la convocatoria de la selección nacional. Cuando se publicó la lista, la entonces quinceañera quedó absolutamente atónita. La joven, además, podría convertirse en olímpica este mes de agosto.

No es de extrañar que Carpenter, a quien todavía le quedan dos años y medio de enseñanza secundaria, disfruta de una credibilidad inconmensurable en el patio del colegio. Y eso que se trata de una escuela, la Westfields Sports High, entre cuyos antiguos alumnos figuran numerosos jugadores y jugadoras de las selecciones nacionales del país, muy especialmente Harry Kewell.

Sin embargo, las cosas podrían haber sido muy distintas. Carpenter podría haber viajado a Río 2016 en calidad de velocista. La gran promesa del fútbol exhibió su talento en el atletismo cuando estudiaba en la escuela primaria, una época en la que se colgó varias medallas en las competiciones nacionales. Pero un buen día decidió calzarse las botas de fútbol y el destino la obligó a tomar otra decisión importantísima, que resultó crucial.

La gran oportunidad Carpenter se crió en una granja, a unos 400 kilómetros al oeste de Sídney. Cowra no ofrecía excesivas oportunidades formativas y, cuando Ellie contaba 11 años de edad, toda la familia Carpenter decidió con valentía trasladarse a la gran ciudad. “Aquella mudanza fue muy difícil, porque supuso un cambio realmente grande”, explica Carpenter a FIFA.com desde la concentración de las Matildas, donde el equipo está entrenándose para los dos últimos partidos en casa contra Nueva Zelanda, como parte de los preparativos para Río 2016. “Mis padres me han respaldado durante toda mi trayectoria y, por suerte, las cosas han salido bien”.

Carpenter debutó en el fútbol internacional en marzo, durante los clasificatorios de la AFC para el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino. La reacción de la joven al vestir los colores nacionales por primera vez fue casi de desconcierto. “Ni siquiera esperaba jugar en el Wanderers esta temporada. Me llevé una sorpresa descomunal, que me dejó completamente anonadada”, asegura Carpenter al recordar su convocatoria.

“Estaba en el colegio cuando vi mi nombre en un correo electrónico y pensé: ‘Esto no puede ser verdad, ¡se habrán equivocado!’. De camino a la concentración estaba muy nerviosa, pero las chicas me ayudaron mucho y algunas de ellas me acogieron bajo sus alas. Hace unos seis meses, cuando miraba a las compañeras y veía tantas estrellas, me parecía irreal”.

En principio, Carpenter viajaba con la selección como miembro del grupo de reservas. Pero de nuevo le sonrió la suerte. El mismo día que tenía previsto regresar a casa, la lesión de una compañera facilitó a la joven el ascenso al primer equipo. “Tenía los sentimientos alborotados, me iban de un extremo a otro”, confiesa Carpenter. “Me entraron los nervios antes del primer partido, pero una charla con Staj (Alen Stajcic, seleccionador de Australia) logró calmarme y reafirmarme. Estaba en el vestuario con las emociones a flor de piel, pero era una sensación muy buena”.

"Mis seguidores en Twitter se duplicaron entre el principio y el final del partido”, añade Carpenter entre risas. “Me resultó muy raro volver al cole después de aquello”.

Carpenter se desempeña de lateral, en parte debido a su pasado en el atletismo, y posee una velocidad endiablada, ¿pero podrá mantenerse a la altura de las grandes velocistas de un equipo famoso por su rapidez? “Quiero creer que puedo estar a la altura de compañeras como Lisa De Vanna o Caitlin Foord”, afirma Carpenter.

Está por ver que Carpenter consiga formar parte de la expedición a Río, pero lo que parece seguro es que le espera una larga y próspera carrera. “Siempre he soñado con ir a los Juegos Olímpicos, como todas las atletas. Sería increíble convertirme en olímpica. Algo así no podría quitármelo nadie jamás”.