miércoles 14 octubre 2020, 07:00

Dos españolas que rompen barreras en la medicina deportiva

  • La presencia de mujeres en el fútbol masculino sigue siendo escasa

  • Erica Hernández, en China, y ‘Mulán’, España, son dos de las 'excepciones'

  • Nos cuentan su experiencia y opinan sobre las barreras que quedan por romper

Cada vez que un jugador del Qingdao Huanghai FC chino se lesiona, Erica Hernández salta a la cancha para auxiliarle. La española es, junto a su marido Jordi Escura, la Jefa de los Servicios Médicos del equipo y la única mujer en el el staff de un club de la Superliga china.

En Valencia, Nuria Sánchez es otra excepción a la norma. ‘Mulán’ es la única readaptadora de lesiones en el fútbol masculino español, y trabaja a diario cuidando a las promesas del club che tras una exitosa carrera futbolística.

A las dos les une su pasión por el deporte y la salud, y las ganas de seguir aprendiendo. En su charla con FIFA.com nos cuentan su experiencia y opinan sobre la inmersión de las mujeres en el fútbol masculino. ¿Cuál es el siguiente paso para que casos como los suyos dejen de ser excepciones?

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Erica Hernández: del choque cultural a las terapias alternativas

  • Formación: Licenciada en INEF y fisioterapia; experiencia como docente universitaria

  • Posición: Jefa de los servicios médicos del Qingdao Huanghai FC desde 2016

  • El Dato: esta es la primera temporada del Qingdao en la primera división china.

Tras una primera experiencia en Tailandia, Erica y su marido Jordi aterrizaron en 2016 en China para hacerse cargo de los servicios médicos del Qingdao. Llevan años formando equipo. “Somos un pack”, cuenta divertida. “Las cosas que se le dan mejor a él son las que a mí más me cuestan y viceversa, así que al final cada uno hacemos lo que mejor se nos da y nos compenetramos perfectamente”.

Reconoce que China es un país que sigue sorprendiéndole. “Tienen formas de pensar muy distintas. Una de las cosas que me alucinó al principio es que pensaban que dedicarle más horas a un jugador no era bueno, porque ¡creen que el cuerpo tiene que trabajar solo!”.

La clave, asegura, es tener paciencia y dejar que el tiempo ponga las cosas es su lugar. También tener la mente abierta. “También tienen unas terapias que funcionan y que no son ni mejores ni peores que las nuestras. Siempre estoy abierta a aprender cosas nuevas. Si hay que poner ventosas, hacer acupuntura o aplicar hierbas, se hace”.

El choque cultural ha sido a todos los niveles, desde el idiomático al generado por las supersticiones. “A nuestro entrenador le dijeron que no era habitual que las mujeres viajasen con el equipo o se sentasen en el banquillo en los partidos porque daban mala suerte. Y yo preguntaba, ‘¿pero cómo que mala suerte? ¡Si nunca ha habido ninguna!’”, cuenta entre risas.

Anécdotas aparte, Erica está encantada con la experiencia, y también lo están sus jugadores. “Mi relación con ellos es perfecta. Si eres profesional, tienes buena formación y sabes desenvolverte en un vestuario, no hay problemas”.

¿Qué barrera queda por superar para que haya más Ericas en el fútbol masculino? “Las barreras son una mezcla entre comodidad, porque siempre se ha hecho así, y desconocimiento. Estoy convencida de que en los equipos en que yo he estado, como la experiencia conmigo ha sido positiva, otras chicas tendrán oportunidades también”.

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‘Mulan’: aplicar la propia experiencia a sus jugadores

  • Formación: Licenciada en INEF, 3 másters y un doctorado en Educación Física y perspectiva de género. Tiene el título de entrenadora.

  • Posición: readaptadora de lesiones en el Mestalla, filial del Valencia CF.

  • El dato: exjugadora profesional con experiencia en Valencia, Real Sociedad, Leeds o Villarreal.

‘Mulan’ siempre tuvo claro que no iba a poder vivir del fútbol, así que compatibilizó desde el principio deporte y estudios.“Mi día a día era: me levantaba, iba a la universidad por la mañana, una hora para comer, cogía el coche y me iba a hacer el curso de entrenador, terminaba a las 19h y de 20 a 22h entrenaba”.

De ahí que se ría cuando escucha a algunos de sus jugadores quejarse por tener algunas clases por la tarde. “Los veo y les digo ‘a ver, chavales, a mí sí que no me daba ni para tener pareja, ver a los amigos y mucho menos salir de fiesta’”.

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Los sacrificios han tenido su recompensa y a sus 30 años, tras una primera etapa en la cantera del Villarreal, disfruta ayudando a sus pupilos del Mestalla a recuperarse de lesiones. En ocasiones los jugadores pasan a ser casi de la familia. “Con lesiones largas como las de rodilla, que duran 6-8 meses, como yo les digo, comparten más tiempo conmigo que con la novia”, cuenta riendo.

Pasada la sorpresa inicial de tener una mujer en el staff, la relación es de confianza al 100%. "Si ven que trabajas bien, que te lo tomas en serio, que lo que les dices funciona y que luego van como aviones en el campo… te los metes en el bolsillo”. Además, su experiencia como jugadora le permite saber a la perfección lo que pasa por sus cabezas. “He tenido mil lesiones y al final tratas a los jugadores como a ti te gustaba que te tratasen”.

A Mulan le gustaría ver más mujeres en posiciones como la suya, y cree que el cambio pasa por una doble responsabilidad: “lo primero es que el club, como en este caso el Valencia, apueste por profesionales independientemente de que sean hombres o mujeres. Y luego, cuando te dan la oportunidad, ir a muerte”.