¿Cuán buena debe ser una futbolista de 16 años para compartir un aviso publicitario con Lionel Messi, Michael Jordan, Serena Williams y Usain Bolt? Pues tan buena como la colombiana Gisela Robledo…

“Apenas firmé el contrato con la marca me contaron la idea de la publicidad, pero nada se compara con verme ahí, al lado de semejantes estrellas”, dice a FIFA.com Robledo, una de las mayores promesas del fútbol femenino cafetero.

El aviso vio la luz en febrero, cuando la habilidosa mediocampista ofensiva ya estaba en Bogotá con la sub-20, preparándose para el Torneo Sudamericano de Argentina, cuya fase final se suspendería por culpa del coronavirus.

“Un día volví del entreno y tenía cientos de mensajes en el teléfono. ¡Todos lo habían visto y me felicitaban! Mis compañeras me cargaban: ‘¡Es brutal, tú en una publicidad con Messi!’. Ahí tomé la dimensión del impacto”, agrega, aclarando que solo puede contar que “la filmación se realizó en Eslovenia y llevó una semana”.

La fama no la desenfocó. Es más, Robledo estuvo a la altura de las expectativas en el clasificatorio para la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Costa Rica Panamá 2020: con 5 goles, lideró a Colombia hasta la fase final, que cuando se reanude pondrá en juego dos plazas mundialistas.

“Cumplimos el primer objetivo que buscábamos en Argentina, pero debemos mejorar para clasificarnos al Mundial. Si algo aprendimos, es que debemos tomar cada partido como una final, sino volveremos a sufrir”.

¿A qué se refiere? Tras jugar sus cuatro partidos, Colombia necesitaba que Argentina no le ganara a Bolivia en el cierre del Grupo A para colarse entre los mejores cuatro. La anfitriona era amplia favorita, ya que su rival no tenía ni puntos ni goles. Pero el duelo terminó 1-1 y las cafeteras festejaron.

“Cuando Argentina empezó ganando temprano, algunas pensaron que ya estábamos afuera, pero yo soy muy creyente en Dios y jamás perdí fe. El empate sobre le final del primer tiempo nos dio ánimo, y ahí empezamos a jugar nuestra parte”, explica

“Alentamos a las bolivianas todo el segundo tiempo, y creo que las ayudó en el final, cuando ya no tenían piernas. Después del partido nos dieron las gracias y dijeron que merecíamos la clasificación. ¡Llegamos al hotel sin voz, aunque felices!”.

Pero el fútbol siempre ha sido mucho más que una cuestión de fe para Gisela. Si algo tuvo cuando empezó en Guacarí, a los 4 años, fue resiliencia.

“En el barrio rodaba siempre a la pelota y a mi me encantaba, aunque mi mamá no quería que jugara. Me decía que era deporte de varones, que eligiera otro… Pero a mi hermano le sorprendía cómo jugaba y pateaba, y a los 5 me llevó al fútbol de salón”.

Entre la calle, los potreros y el parqué, Robledo pulió su habilidad para llevar la pelota pegada al pie, encarar a rivales más grandes y patear al arco. Y a los 11 pasó a jugar fútbol de 11 a una hora de su casa. Ahí ya contaba con el apoyo de su mamá, pero la ayudó una tía que “me pagaba los guayos (botas) y el pasaje para ir a entrenar”.

Tenía 14 cuando llegó las juveniles de Colombia, y rápidamente se hizo un lugar en el seleccionado sub-17 que fue subcampeón sudamericano en 2018. Confirmó lo que se esperaba de ella ese año en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA de Uruguay: marcó los dos goles colombianos del torneo y resultó la mejor jugadora del partido ante España, luego campeona.

Si bien Colombia no pasó la fase de grupos, allí surgió la base del equipo que busca la clasificación al Mundial Sub-20.

“Aquella experiencia ha sido útil, pero para clasificar al Mundial deberemos hacer lo que pide el profesor: perder el miedo a coger el balón y hacer correr el rival, sin importar si es Brasil o cualquier. Esto intentaremos”.