martes 23 agosto 2016, 02:23

Iwabuchi, dispuesta para dar el relevo

La Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA nació con un objetivo principal: descubrir a la próxima generación de estrellas. Y vaya si lo logró. Desde la mismísima edición inaugural que se celebró en Nueva Zelanda en 2008

Allí, una tímida y diminuta futbolista de 15 años, nacida en Tokio y llamada Mana Iwabuchi, destacó sobre todas las demás, incluidas jugadoras de la talla de Dzsenifer Marozsan, Morgan Brian y Lucy Bronze.

Dotada de una capacidad innata para leer el juego, además de una habilidad y una técnica extraordinarias, Iwabuchi se convirtió en el gran atractivo del certamen pese a que la selección japonesa cayó eliminada en cuartos de final.

Lo habitual en el fútbol femenino es que las internacionales den el salto a la selección absoluta antes que sus homólogos del balompié masculino, así que todo parecía indicar que la joven futbolista nipona estaría pronto con las 'mayores'.

Sin embargo, aunque formó parte del combinado nipón que conquistó la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011 y la medalla de plata en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino 2012, Iwabuchi no desempeñó un papel protagonista en ninguno de esos dos triunfos.

Es ahora, cuando muchas de las integrantes de esa generación dorada de Japón están a punto de colgar las botas o afrontan el ocaso de sus carreras, cuando esta joya de las Nadeshiko está, por fin, preparada para alcanzar su plenitud en el escenario internacional.

Las cuatro temporadas que nuestra protagonista lleva en la Bundelisga femenina alemana, las dos últimas en el Bayern de Múnich, actual campeón de la competición, han contribuido a modelar una nueva Iwabuchi, tanto en el aspecto personal como en el profesional.

“El estilo del fútbol que se juega aquí es totalmente diferente”, explica Iwabuchi a FIFA.com cuando le pedimos que compare el balompié alemán con el japonés. “En Alemania se juega a más velocidad y las rivales son más altas. Sin lugar a dudas, la experiencia está resultando muy positiva para mí”, confiesa.

“Ahora tengo más hambre y más ambición frente a la portería rival, y me siento más cómoda sobre el césped cuando juego con Japón, porque siempre me mido a jugadoras más fuertes que yo físicamente. Fuera del campo, esta etapa me está sirviendo para crecer como persona, porque vivo en un entorno con una cultura y una lengua completamente diferentes a las de Japón”, explica.

De promesa a realidad En cierta forma, el proceso de integración en un nuevo entorno futbolístico que Iwabuchi ha vivido en Alemania recuerda al que experimentó hace ocho años cuando irrumpió en el escenario internacional con ocasión de la Copa Mundial Femenina Sub-17.

“Tener la oportunidad de jugar un certamen mundialista cuando eres joven es algo valioso e importante”, comenta Iwabuchi. “Una vez que te mides a las mejores jugadoras del mundo en las grandes competiciones internacionales, lo que quieres es seguir mejorando cada vez más”, explica.

“Una de las directrices que teníamos en la selección japonesa sub-17 era disfrutar el partido y jugar con libertad, así que yo me lo pasé muy bien en aquel Mundial. Los combinados rivales también se preocupaban más del juego y las habilidades individuales que de atacar o defender en equipo”, añade.

Entonces, ¿qué diferencias existen entre un Mundial absoluto y uno de categorías inferiores? “En un Mundial absoluto, el nivel individual de las jugadoras es mucho mayor”, asegura Iwabuchi. “Además, se juega más en equipo y las distintas selecciones están mejor organizadas que en las categorías inferiores”, añade.

En la actualidad, Iwabuchi, que tiene sólo 23 años, parece preparada para llevar la batuta de una selección japonesa que busca alcanzar su tercera final mundialista consecutiva en la edición de 2019, que se celebrará un año antes de que Japón albergue el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino.

En la Copa Mundial Femenina de la FIFA del año pasado, Iwabuchi contribuyó considerablemente a que Japón volviese a brillar con luz propia. En cuartos de final, contra Australia, la joven internacional nipona marcó el gol de la victoria de su equipo en los últimos minutos de un emocionante partido, un momento que describe como el más especial de su carrera hasta la fecha.

“Marcar en un Mundial fue algo muy grande para mí. En lo que a mi juego se refiere, hoy tengo claro que irme a Alemania ha sido la mejor decisión que podía haber tomado. En cualquier caso, creo que Japón necesita seguir mejorando en muchos aspectos, tanto colectiva como individualmente”, concluye.