sábado 07 marzo 2020, 07:51

Las Matildas se conectan a la sala sensorial

  • Se habilitó una sala sensorial para el clasificatorio olímpico de Australia

  • Es un espacio adecuado para niños con discapacidades sensoriales y cognitivas

  • El sobrino de la estrella Kyah Simon disfrutó de la experiencia

Este viernes, Australia puso pie y medio en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino Tokio 2020 con una aplastante victoria por 5-0 sobre Vietnam en la ida de la eliminatoria decisiva.

Después de que la selección masculina sellase su billete a Tokio en enero, si las Matildas no sufren una catástrofe el próximo miércoles en el choque de vuelta en Vietnam, será la primera vez que Australia clasifica a sus dos selecciones de fútbol para los Juegos Olímpicos desde que se incorporó a la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) en 2006.

En todo caso, este viernes ya se hizo historia de otro tipo en el fútbol australiano. En lo alto de las gradas del estadio de Newcastle, una sala de estimulación sensorial permitió a un nutrido grupo de aficionados con dificultades cognitivas vivir el partido en un ambiente seguro y feliz.

Si bien ya se han ido abriendo salas similares en los últimos años por distintas partes del mundo, incluido el Estadio Internacional Khalifa, sede de la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, podría tratarse de un hito para el fútbol internacional femenino.

Una sala de estimulación sensorial es, por lo general, una zona tranquila y sin ruidos llena de juguetes, equipamientos sensoriales y elementos decorativos y mobiliarios ligeros y agradables al tacto. Tales elementos están diseñados para gestionar la ansiedad y permitir que los niños que sufren de autismo, así como sus familiares y amigos, vean los partidos en un ambiente acogedor y tranquilizante.

La sala sensorial del estadio de Newcastle, que ya ha estado en funcionamiento esta temporada para los partidos en casa del Newcastle Jets, fue muy bien recibida por Kyah Simon, estrella de las Matildas que ha visto puerta en dos Copas Mundiales Femeninas de la FIFA™. Trey, sobrino de la delantera australiana, tiene autismo, pero aun así asistió a la eliminatoria de clasificación olímpica.

De hecho, Trey, de 8 años, acude a todos los partidos que puede para ver jugar a su famosa tía, pero siempre tiene que marcharse pronto porque le agobian los intensos colores y ruidos dentro del estadio.

“Obviamente, mis familiares son mis principales seguidores, y mi hermana Sarah y Trey intentan venir a todos los partidos que pueden”, explicó Simon.

“Sé cómo cambiará la cosa al tener una sala sensorial donde se siente adaptado y puede permanecer los 90 minutos, porque el ambiente no es demasiado agobiante. Para mí es algo especial saber que, cuando Trey viene a mis partidos, se encuentra en un entorno seguro y no se siente agobiado”, añadió.

La innovación para este partido estuvo inspirada por la labor local que realiza el delantero del Newcastle Jets Kaine Sheppard, cuyo hermano mayor Jake es autista. La KS Foundation consiguió llenar de niños con dificultades cognitivas el espacio asignado en cuestión de horas.

“Es grandioso tener ayudándonos [a la KS Foundation] a alguien como Kyah y contar con su muestra de apoyo, y ser algo que le llega al corazón es también formidable”, declaró Sheppard. “Es una jugadora magnífica y tiene una gran repercusión, así que ojalá juntos podamos concienciar a más gente sobre el autismo”.