domingo 06 octubre 2019, 06:55

Las pioneras australianas que hicieron historia

  • La selección de fútbol de Australia celebra su 40º aniversario

  • Fueron las propias jugadoras quienes promocionaron su debut en 1979

  • “Es importante valorar la historia”

Cuando saltó al terreno de juego en la pasada Copa Mundial Femenina de la FIFA™, el combinado australiano contaba con el respaldo de un amplio cuerpo técnico, del aliento de todo un país y de unas audiencias televisivas prácticamente inimaginables.

De hecho, sus partidos llegaron a desbancar al críquet como las retransmisiones más vistas, algo impensable hace apenas cuatro décadas, cuando nació la selección femenina de fútbol de Australia. Fue un 6 de octubre de 1979.

Decir que aquella selección lo tuvo complicado sería quedarse muy cortos. El Sutherland Sharks, un pequeño club del sur de Sídney, albergó en el estadio Seymour Shaw el primer partido de las australianas.

Nueva Zelanda fue su rival. Se improvisó una grada con un par de hileras de planchas metálicas que servían de asiento, y el césped presentaba un aspecto bastante áspero después de un largo invierno de fútbol.

El encuentro pasó prácticamente desapercibido para los medios de comunicación. De hecho, fueron las propias futbolistas quienes se encargaron de promocionarlo, de organizarlo e incluso de conseguir las equipaciones.

Algunas jugadoras se pasaron la semana previa al choque dejando folletos en los buzones o repartiéndolos en clubes locales. Finalmente, apenas unos centenares de personas —principalmente amigos y familiares— presenciaron en directo el nacimiento de algo muy especial.

Las jugadoras se cosieron el escudo nacional en sus camisetas, y una de ellas acudió a su puesto de trabajo en el supermercado aquel mismo sábado por la mañana, horas antes del pitido inicial.

Sandra Brentnall anotó el primer gol de la historia de las australianas, que acabaron empatando a dos contra las Kiwis. Aquel día nació una rivalidad histórica entre ambas selecciones.

Julie Dolan, capitana de Australia aquel día, no recuerda que hubiera ninguna sensación especial entre las componentes del equipo por estar haciendo algo extraordinario. Simplemente, se preparaban para su primer encuentro con los colores de su selección.

“Me esforcé más que nada en intentar darle algo de publicidad al partido y al fútbol femenino”, asegura Dolan. “Después, llegó el día del partido y jugamos. Fue tan sencillo como eso”.

“Sin embargo, aquello no nos quitó ni un poquito la ilusión, porque íbamos a jugar por nuestro país. Eso sí, a ojos del público, no tenía ninguna relevancia”.

“A nuestro primer partido internacional vinieron mi madre, mi padre, un puñado de amigos y unos cuantos espectadores”.

La primera capitana de Australia ha visto reconocida su condición: la W-League y la antigua National Women’s Soccer League reconocen a la mejor jugadora del año en su honor.

“Sin la historia no eres nada”, señala. “Es importante valorarla, que se conozca”.

Dolan y su generación del 79 están encantadas con el éxito actual de las Matildas, un apodo que no se acuñó hasta la década de 1990. En los últimos años, la selección ha experimentado un crecimiento exponencial en todas las facetas, sus jugadoras gozan de un importante reconocimiento social, los aficionados acuden en masa a ver sus partidos y, por si fuera poco, en su palmarés luce un trofeo de campeonas de Asia.

“La selección fue creciendo y creciendo [ndlr: a lo largo de varias décadas] y, de repente, ¡pum!”, cuenta Dolan. “Los últimos años han sido como una gran explosión”.

“El perfil de la selección es muy positivo para el fútbol y para el deporte femenino. Ahora son personas famosas. ¿Quién se iba a imaginar que acabaría siendo algo así?”.

Y todo nació prácticamente de la nada, pero con mucho corazón y mucho orgullo.