viernes 22 julio 2016, 06:35

Tailandia busca crecer a partir de su estreno mundialista

Tailandia sorprendió con su presencia en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015™. Era el debut en la cita mundialista de la nación del sudeste de Asia, que, aunque sufrió dos derrotas abultadas contra Alemania y Noruega, conquistó el corazón de muchos aficionados imponiéndose por 3-2 a Costa de Marfil tras una apasionante remontada.

Ahora, tras haber dado ese gran salto a la palestra mundial, Tailandia pretende seguir adquiriendo impulso. Desde este martes, por fin tendrá la oportunidad de probarse de nuevo en una competición internacional: el Campeonato Femenino de la AFF, que se disputa en Mandalay (Myanmar).

Tailandia encara como vigente campeona el certamen octogonal de 10 días de duración, pero sus vecinas del sudeste de Asia no se lo piensan poner nada fácil. Las tailandesas compartirán grupo con Vietnam, Singapur y una Filipinas que progresa rápidamente. El otro cuarteto incluye a Timor Oriental, Malasia y al combinado sub-20 de Australia, con unas jóvenes Matildas concentradas en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2018. El Grupo B lo completa la anfitriona Myanmar, entrenada por el ex seleccionador femenino holandés Roger Reijners.

Gestionar las expectativas En este torneo, Tailandia jugará sus primeros partidos oficiales desde Canadá 2015. Spencer Prior, que como jugador disputó más de 500 encuentros ligueros en el fútbol inglés, tomó las riendas de la selección tailandesa hace dos meses y, enseguida, puso sus miras en recuperar el tiempo perdido. Previamente, Prior ejerció como seleccionador sub-20 de Australia, tras haber sido el segundo entrenador de la absoluta en el Mundial Femenino de 2011.

Ahora ha firmado un contrato de dos años para hacer crecer a largo plazo el fútbol femenino en el País de las Sonrisas, aunque el reto inmediato es el campeonato regional. “Estará complicado, aunque soy optimista”, afirma Prior a FIFA.com al respecto. “Ante todo, quiero concentrarme en el proceso del ‘cómo jugamos’, lo cual nos permitirá ganar partidos, en vez de centrarnos en ‘cómo vamos a ganar el campeonato’. No podemos fijarnos sólo en el objetivo último”.

“Y también es importante gestionar las expectativas interna y externamente”, continúa el técnico inglés. “Ser la selección mejor clasificada en la región del sureste de Asia acarrea unas expectativas, pero no deberían recaer sobre las jugadoras; me corresponde a mí gestionarlas”.

“Creo que las chicas serán capaces de aprovechar la experiencia que adquirieron en el Mundial para poder manejar mejor los campeonatos futbolísticos. Ahora conocen de qué va el reto, y el nivel que necesitarán cuando afrontemos la próxima fase de clasificación mundialista. Asia es una confederación durísima para lograr el billete, pero las jugadoras ahora tienen mucha más fe. Sin duda, esa experiencia estimuló su apetito de volver a clasificarse”, asevera.

Despertar al gigante dormido Hay numerosos indicios que apuntan a que el sudeste de Asia –una región con muchísima población– podría ser una importante potencia futbolística. El reciente amistoso de Tailandia contra Myanmar tuvo medio millón de visitas en Facebook, mientras que su eliminatoria de repesca para Canadá 2015 la presenciaron 18.000 apasionados espectadores en Ho Chi Minh (Vietnam). “El éxito de clasificarse para el Mundial las hizo muy populares, y espero que esa popularidad se haya ido filtrando hacia el fútbol base”, apunta Prior.

Pero al no haber una liga femenina tailandesa en los últimos años, la mayoría de jugadoras militan actualmente en equipos universitarios. Prior considera que el potencial latente en Tailandia es enorme: “Aquí hay una base magnífica para volver a crear una liga, y eso es crucial. Los clubes de la primera división tailandesa tienen bastantes recursos. Sería estupendo que los clubes de fútbol adoptasen un enfoque global y desarrollasen un proyecto femenino. Ya se está trabajando en ese modelo. Simplemente necesita ser sostenible y que se mantengan ciertos niveles”.

“Una estrategia más a largo plazo consiste en fomentar el fútbol base, y tener programas a tiempo completo para jugadoras talentosas. Las futbolistas tailandesas tienen buena técnica y saben jugar con inteligencia; simplemente necesitan tener esa oportunidad, con mayor presencia mediática”, concluye.