viernes 24 julio 2020, 06:06

Velaj, de refugiada de guerra a trotamundos del fútbol

  • Furtuna Velaj tuvo que huir de su país a los siete años

  • La internacional albana encontró en Estados Unidos su nuevo hogar

  • "En Finlandia aprendí a ser más tranquila"

En las crónicas de los partidos de fútbol es habitual encontrar frases del tipo "fue un choque muy disputado" o "los dos equipos pelearon por cada balón". Afortunadamente, la mayoría de jugadores y jugadoras nunca han tenido que sufrir en sus propias carnes lo que significa una guerra de verdad.

Furtuna Velaj, en cambio, no tuvo esa suerte. El conflicto entre Kosovo y Serbia la obligó, con apenas siete años, a huir de su país natal con su familia, que decidió instalarse en Estados Unidos. "Yo era muy pequeña cuando estalló la guerra de Kosovo y nos vimos obligados a huir. Estados Unidos nos recibió con los brazos abiertos a mi familia y a mí, y aquí construimos nuestro nuevo hogar", cuenta Velaj en su charla con FIFA.com.

"Nos sentimos muy orgullosos de nuestra cultura y del origen de nuestro idioma. Mis padres siempre han querido asegurarse de que no se nos olvide de dónde venimos. Yo era pequeña, pero me acuerdo de muchos sitios en los que crecí. Diría que sí, que Estados Unidos es mi casa, porque mi familia está aquí y es aquí donde me he criado. Pero, al mismo tiempo, nací en Kosovo. Es mi cultura y mi lugar de origen. En cualquier caso, y para ser sincera, estoy muy contenta de que mi familia se mudara aquí. Si hubiera crecido en Kosovo, no sé si habría podido jugar al fútbol. Es más, ni siquiera sé si habría aspirado a hacerlo", continúa.

Velaj, de 30 años, es consciente de las oportunidades que le ha brindado y que le sigue brindando el país de las infinitas posibilidades. Gracias al fútbol pudo ir al colegio, formarse en la universidad y adquirir nuevas experiencias en multitud de países.

Trotamundos del fútbol

Su carrera comenzó en el Connecticut FC, club con el que ganó la Copa Estatal de Connecticut, entre otros títulos. Posteriormente, jugó en otros equipos de Estados Unidos, en Islandia (UMF Afturelding), Canadá (Toronto Lady Lynx), Finlandia (PK 35 Vantaa), Noruega (Kolbotn IL) y Alemania (SC Sand).

"Yo siempre le digo a todo el mundo que he aprendido algo en cada país. En Estados Unidos aprendí a no tirar nunca la toalla, a esforzarme al máximo hasta el final y a dar siempre el cien por cien. Los canadienses son parecidos, pero tienen una mentalidad más europea en cuanto al fútbol se refiere. Solo pasé allí un verano, y jugué en Toronto. Algunas de mis excompañeras de entonces juegan ahora en la selección canadiense, como Ashley Lawrence o Kadeisha Buchanan. Es increíble que todas esas chicas con las que jugué hayan acabado en la selección y pudiera verlas en el pasado Mundial", cuenta la delantera, actualmente en las filas del Bridgeport United.

"El país que más me ha marcado es Noruega. Allí, todas están muy en forma, y aprendí muchas cosas sobre cómo alimentarme mejor y cómo llegar a ser una futbolista profesional. En Finlandia aprendí a ser más tranquila, y en Noruega aprendí a llevar mi forma física a otro nivel. Eso sí, donde más aprendí y dónde más evolucioné fue en Alemania. Aprendí mucho sobre tácticas y mejoré mi técnica. Las alemanas no corren tanto como las estadounidenses, pero saben leer mejor el juego y dónde posicionarse en el momento oportuno. A mí me resultaba más difícil jugar contra las alemanas que contra las estadounidenses".

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Mentalidad ganadora para la selección albanesa

Sin duda, unos conocimientos muy valiosos que Velaj —nacida en la localidad de Peje— puede transmitir a sus compañeras de la selección albana. En 2011 debutó con el combinado nacional, al que ayudó en dos ocasiones consecutivas a superar la ronda previa de la fase de clasificación para las ediciones de 2015 y 2019 de la Copa Mundial Femenina de la FIFA y alcanzar la ronda principal del clasificatorio.

"Al criarme aquí, en Estados Unidos, me enseñaron a esforzarme mucho y a no bajar nunca los brazos, pase lo que pase. Creo que esa es un poco la mentalidad estadounidense. Se anima a las niñas a que tengan confianza y crean en sí mismas. A mí me enseñaron a perseguir mis objetivos, a ser agresiva, a no tener miedo, a ser yo misma y a tener confianza. La mayoría de mis compañeras de la selección albana son de Kosovo, aunque todas tenemos raíces albanas, y creo que su mentalidad es un poco distinta. No son tan agresivas ni toman tanto la iniciativa".

No obstante, la selección albana no se beneficia solamente de la mentalidad estadounidense: "Albania es un país pequeño y el ejemplo perfecto. Económicamente no es tan potente como Noruega, pero, desde mi punto de vista, los países escandinavos son los mejores ejemplos para un país como Albania. Solo hay que ver lo que ha conseguido la selección masculina de Islandia. Un país con 300.000 habitantes que se clasificó para el Mundial. Nosotros somos un país con algo más de dos millones de habitantes, más las futbolistas que viven en el extranjero. Por lo tanto, hay mucho donde elegir. Es pura cuestión de mentalidad".

Y también de creer siempre en una misma, de luchar por alcanzar los objetivos y dar el cien por cien. Si Velaj, con toda su energía, consigue transmitir esa mentalidad a la siguiente generación, habrá que seguir muy de cerca a Albania en el futuro.

Fotografías de Afrim Peposhi / Asociación Albanesa de Fútbol (AFA)