viernes 05 agosto 2016, 22:10

Australia quiere aprovechar el momento al máximo

Lisa De Vanna se estrenó en las Olimpiadas con apenas 19 años, en Atenas 2004. Entonces imaginaba que disputar el torneo sería algo recurrente. No fue así. Su país se quedó fuera del certamen en las dos ediciones siguientes, y ha tenido que esperar a Río 2016 para regresar a la prueba.

En doce años pueden cambiar muchas cosas. No sólo en la vida de una persona —también en la de una atacante de innegable talento, que ha vivido muchos episodios hasta convertirse en una referencia—, sino para todo un programa: Australia cuenta con un plantel bastante renovado, en el que únicamente otras tres jugadoras nacieron en la década de 1980: la guardameta Lydia Williams y la delantera Michelle Heyman, de 28 años, y la defensora Laura Alleway, de 26.

Ese largo intervalo significa muchas cosas para De Vanna. Por encima de todo, demuestra lo especial que es participar en los Juegos Olímpicos, con un mensaje que recalca para sus compañeras más jóvenes.

“Mi primer gran torneo fue una Olimpiada. Entonces pensaba que Australia iba a participar en todas las ediciones de los Juegos, pero no fue así. Y eso hace que esta edición sea más especial todavía”, explica a FIFA.com la delantera, que, casualmente, es de madre portuguesa y nieta de un brasileño.

La juventud del cuadro australiano permite aventurar un futuro prometedor para la selección, aunque plantea asimismo algunos retos más inmediatos. “Podemos ser bastante irregulares. Ellas conocen lo básico, obviamente, pero aún tienen que aprender algo más, también a través de la experiencia, contra jugadoras del más alto nivel. Requiere algo de tiempo”.

Experiencias invalorables Entre tantas revelaciones, destaca la única millennial del equipo, Ellie Carpenter, que ha tenido el honor de ser convocada a sus 16 años. La benjamina no actuó en la dura derrota sufrida ante Canadá, en su estreno en el Grupo A, aunque no hace falta decir lo que representa para ella figurar en la lista definitiva del seleccionador, Alen Stajcice.

Sin embargo, el desafío consiste en concienciar tanto a la “pequeña Ellie” como a las demás chicas para que valoren la experiencia y busquen algo más. “Nunca se sabe. Para ella este podría no ser más que el primer torneo olímpico de muchos, o también el último”, dice De Vanna.

De Vanna sabe perfectamente lo que puede pensar y vivir una muchacha tan joven, puesto que ella sólo tenía tres años más cuando debutó con la selección. “Hay que reconocerle el mérito a Ellie, porque no es nada fácil, para alguien de 16 años, dejar la escuela y despedirse de la familia para ir detrás de su sueño”.

Ahora Australia tratará de reaccionar y reponerse del revés ante las canadienses, que se produjo a pesar de jugar buena parte del choque en superioridad numérica. Fue duro, pero no hay tiempo para las lamentaciones, puesto que este sábado le espera nada menos que Alemania, en São Paulo.

Una nueva derrota dejaría a las australianas en una situación muy complicada en la pugna por acceder a cuartos, y la veterana es muy consciente de la relevancia que tienen los Juegos Olímpicos para el combinado nacional. “Para nuestro país, es el mayor evento. Cuanto más éxito tengamos como equipo, mejor será para el fútbol. Es algo de enorme importancia”.

De Vanna sólo espera ahora que la selección no tenga que esperar tanto para regresar a una cita olímpica. Pero antes de pensar en el futuro lejano, y en el desarrollo de un núcleo joven y talentoso, quiere que el equipo se concentre exclusivamente en sus dos próximos compromisos, para sacar el máximo provecho a Río 2016.