Aunque 2020 fue un año complicado, Barbra Banda lo recordará con cariño en el plano futbolístico. La joven delantera cerró con buena nota una exitosa estancia en la primera división española, se erigió en la máxima artillera de la liga china y, sobre todo, ayudó a Zambia a clasificarse para el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino.

Gracias a su victoria por el mayor valor de los goles en campo contrario sobre una potencia tradicional como Camerún (4-4 en el global de la final a doble partido del preolímpico africano), las Reinas de Cobre sellaron en marzo su primer billete para una gran competición planetaria; y la joven capitana dio la asistencia del gol decisivo. Y Banda también terminó el año a lo grande, ya que, al marcar un tanto y servir el otro, protagonizó la remontada con la que Zambia se convirtió en noviembre en la primera selección africana en derrotar a Chile (1-2).

“Ha sido un gran año, y estoy muy feliz por lo que he conseguido hasta ahora”, cuenta a FIFA.com la delantera. “Creo que he mejorado mi capacidad de definición y he marcado más goles. Por supuesto, mis compañeras y el cuerpo técnico me han ayudado mucho y me han estimulado para hacerlo lo mejor posible”.

“Y además de todo eso, estoy contenta con lo que hemos hecho con la selección. Antes de la final, todas hablamos de la posibilidad de hacer historia para nuestro país, y así lo hicimos. Nos sentimos orgullosas de haber hecho historia”, añade.

Banda, nacida en la capital zambiana, Lusaka, empezó a jugar al fútbol con 6 años inspirada por su padre. “Mi papá fue mi mentor en el tramo inicial de mi carrera”, explica.

El excepcional talento futbolístico de Banda no pasó desapercibido, y pronto ingresó en la Bauleni United Sports Academy. En 2014 se incorporó a la selección nacional sub-17, donde hizo rápidos progresos a las órdenes de Kaluba Kangwa. “El seleccionador Kangwa desempeñó un papel importante a la hora de ayudarme a desarrollar al máximo mi potencial. Creyó en mí, y me ayudó a convertirme en una auténtica futbolista”.

Con su excepcional rapidez y su fino olfato de gol, Banda se erigió en una de las mayores promesas de Zambia. Su talento llamó la atención en el extranjero y, en 2018, se marchó a España para fichar por el EDF Logroño español. Con ello, se convirtió en la primera zambiana en jugar en Europa. Y en sus dos temporadas en el conjunto riojano, Banda marcó 16 goles en 28 partidos.

“Fue una magnífica experiencia la vivida en España. Teníamos un gran equipo, y tenía unas compañeras increíbles. Aprendí mucho allí: nuevas tácticas, sistemas y estilos de juego. Mejoré mucho y aprendí cómo comprender el juego”.

A principios de 2020, Banda puso rumbo a nuevos horizontes, recalando en el Shanghai Agricultural & Commercial Bank. Y al hacer balance, se muestra satisfecha con su primera temporada en la liga china, donde se erigió en la máxima goleadora con 18 dianas y ayudó a su equipo a quedar tercero.

“Fue duro dejar Logroño, pero yo siempre quiero probar algo nuevo. Estoy contenta con mi rendimiento con el Shanghai. Hay que elogiar a los organizadores de la Chinese Women’s Super League. La competición estuvo perfectamente organizada”.

En su tiempo libre, Banda ha probado el boxeo: “Me ayuda a mantenerme alerta. Me ayuda a pensar deprisa y a aprender a comprender la importancia de mantener un equilibrio entre ataque y defensa, que también es clave en el fútbol”.

De cara al futuro, Banda insiste en que Zambia será una selección a tener en cuenta en los próximos Juegos Olímpicos.

“Puede que sea la primera vez que disputamos los Juegos Olímpicos, pero no vamos simplemente a hacer bulto”, precisa. “Es un nuevo reto para nosotras, y lo afrontaremos según vaya viniendo. Iremos partido a partido”.

“Si las cosas nos son favorables y yo meto goles como acostumbro a hacer, tenemos esperanzas de firmar algunos logros importantes”, afirma. "Quiero ayudar a Zambia a hacerlo mucho mejor en el Campeonato de África Femenino. Espero que podamos ganar el título africano más de una vez. Y sobre todo, espero que podamos clasificarnos para el Mundial Femenino”, concluye.