viernes 30 noviembre 2018, 07:25

Maren Mjelde y las esperanzas renovadas de Noruega

  • Maren Mjelde es la capitana de la selección femenina noruega

  • Las nórdicas estarán en Francia 2019 tras vencer a los Países Bajos

  • Habla de sus esperanzas y de sus recuerdos agridulces del Mundial

“Aún ahora, sigo emocionándome al hablar de ello”.

Maren Mjelde ofrece una entrevista a FIFA.com, y la conversación llega al maravilloso lanzamiento de falta que ejecutó en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2015™. La capitana de la selección noruega se ríe al admitir que ha intentado repetirlo muchas veces, siempre infructuosamente, en los tres años y medio transcurridos desde entonces.

Pero el nudo en la garganta que se le hace al recordarlo no se debe a la calidad del tanto, ni a su relevancia en el empate 1-1 con Alemania que propició, sino por el contexto en el que se produjo, con su madre —que estaba luchando contra el cáncer en aquel momento, y a quien se lo dedicó— presente en las gradas para ver cómo el balón traspasaba la línea de meta.

Ahora, después de que su progenitora ganase esa batalla particular y Noruega vaya a disputar de nuevo el Mundial Femenino, aquellas emociones agridulces se han convertido en la más pura alegría. Mjelde también tiene muchas razones para sonreír, puesto que ella y sus compañeras vencieron a los Países Bajos en una última jornada de la competición preliminar vibrante, en la que arrebataron la clasificación automática a las campeonas de Europa.

La centrocampista del Chelsea se proyecta ya con esperanza y entusiasmo hacia la aventura francesa que espera a su selección, pero todavía tiene muy presente lo ocurrido entonces.

Maren, enhorabuena por la clasificación para el Mundial Femenino. La forma en que se logró, con una victoria sobre las campeonas de Europa, ¿hizo que fuese aún más satisfactoria?

Sin duda. Por la Eurocopa, ya sabíamos que las holandesas iban a ser un rival muy correoso, y la República de Irlanda no deja de ir a más, así que la liguilla se presentaba muy complicada. Y también por cómo empezamos, perdiendo 1-0 en el tiempo añadido en los Países Bajos, que lo dificultó todavía más. Éramos conscientes de que teníamos que ganar todos los partidos que nos quedaban, pero supimos adaptarnos a ese reto para que cuando volviésemos a jugar contra los Países Bajos fuese como una final. Y así resultó ser: cuando llegó aquel partido, todo el mundo estaba preparado. No creo que las holandesas estuviesen preparadas para lo que les esperaba, ¡la prueba fue que nos pusimos con un 2-0 a favor a los seis minutos! Fue una gran actuación, y probablemente uno de los momentos más importantes de mi carrera, de los mejores.

Usted es la capitana del equipo, por supuesto. ¿Adoptar ese papel de liderazgo fue algo natural?

Lo asumí como algo natural, sí. No diría que es un trabajo sencillo, pero estoy muy orgullosa de hacerlo. También tengo la sensación de contar con mucho apoyo de mis compañeras y de los técnicos, eso hace que sea mucho más fácil.

¿Qué tipo de capitana es usted? ¿Es de las que gritan instrucciones o prefiere predicar más con el ejemplo?

Yo no soy de gritar mucho, aunque no me importa hacerlo cuando hace falta. Y como no ocurre mucho, creo que las demás jugadoras se dan cuenta cuando tengo que hacerlo. Pero en general intento guiar a las compañeras de forma tranquila y animarlas a que crean en sí mismas. Soy exigente, pero prefiero hablarles a las personas de forma constructiva siempre que puedo.

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Y Noruega, por supuesto, forma parte del selecto grupo de naciones que han ganado el Mundial Femenino. ¿Considera que el legado de 1995 sirve de inspiración a la generación actual, o puede llegar a ser un peso por momentos?

Todas las jugadoras saben que en Noruega hay una tradición muy potente, y haber ganado el Mundial es un motivo de gran orgullo para todas nosotras. Pero también nos damos cuenta de que 1995 fue hace mucho tiempo, y desde entonces han cambiado muchas cosas en el fútbol femenino. Por ejemplo, fijándonos ya en el Mundial del año que viene, no tengo ni idea de quién va a ganar, porque en estos momentos hay muchísimos equipos de primer nivel.

Tenemos grandes tradiciones y queremos estar a su altura, claro, pero no cabe duda de que es más difícil, porque hay selecciones que en los 90 prácticamente no existían y que ahora son pesos pesados. Pero nos sentimos muy positivas después de la campaña clasificatoria, y la sensación que hay es que podemos hacer algo especial. Las diferencias en lo más alto son mínimas, tanto que cualquiera puede ganarle a cualquiera. Pudo verse perfectamente en la Eurocopa. Esa imprevisibilidad es algo fantástico para el fútbol femenino, hace que sea muy emocionante.

Hablando de la Eurocopa, tuvieron una campaña decepcionante, al despedirse sin puntos y sin goles. ¿Podemos esperar algo mejor de Noruega en Francia?

Estoy convencida. Perder todos los partidos y marcharnos con cero puntos y cero goles fue una de las cosas más duras que he vivido como futbolista. Pero creo que después de eso ahora estamos más fuertes que nunca. Hemos estudiado lo que ocurrió y aprendido de los errores, y lo más importante es que hemos hecho lo necesario para corregir los fallos. Hemos mejorado mucho.

En el último Mundial hicieron una gran fase de grupos, con dos victorias y un empate contra Alemania, aunque después quedaron eliminadas frente a Inglaterra en octavos de final. Con perspectiva, ¿qué piensa de aquel torneo?

Hay recuerdos buenos y no tan buenos. Lo que más dolió fue que debimos haber ganado contra Inglaterra. Es algo que no me quito de la cabeza, todavía sigue irritándome. Pero ojalá sea una lección que podamos llevarnos a Francia, como la Eurocopa. Los Mundiales son especiales. Son los mayores torneos en los que puede participar un futbolista, y hay que aprovecharlos al máximo cuando llegan. Quiero llegar más lejos que la última vez, eso seguro.

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¿Puede hablarnos del gol que marcó contra Alemania en Canadá, y de las emociones que lo rodearon?

Recuerdo que durante todo el mes anterior al Mundial estuve practicando lanzamientos de falta, y que no pude haber ejecutado mejor aquel tiro. Desde entonces no he dejado de intentarlo y nunca me ha salido otro lanzamiento tan perfecto. Así que, para haberlo hecho en un Mundial, en un partido como aquel, no se puede mejorar mucho. Y sí, fue muy emotivo para mí, porque en el año previo al Mundial a mi madre le habían diagnosticado un cáncer. Por suerte ahora vuelve a estar sana, pero en aquella época estuvimos muy preocupados. Aún ahora, sigo emocionándome al hablar de ello, aunque por lo menos ya son emociones positivas. Mis padres estaban en las gradas, vieron el gol, eso lo convirtió en algo más especial todavía, porque habíamos vivido muchas cosas juntos durante ese periodo.

Es estupendo saber que su madre se ha curado. ¿Volveremos a verla en el Mundial el año que viene, animándola con el resto de la familia?

¡Por supuesto! Mi familia casi se entusiasmó más que yo por la clasificación de Noruega. En cuanto veamos el sorteo y conozcamos los grupos y las ciudades en las que vamos a jugar, mis padres serán los primeros en hacer una reserva. Y llevarán a sus amigos. Ya están deseando que llegue el momento. ¡Y yo también!