Inglaterra y Japón tratarán de seguir ofreciendo partidos memorables en la Copa Mundial Femenina de la FIFA este miércoles, día en el que se enfrentarán por cuarta edición consecutiva.

Del partidazo que protagonizaron Kelly Smith y Aya Miyama en 2007, pasando por el dramatismo y la emoción del gol en propia puerta de Laura Bassett en las semifinales de hace cuatro años, el nivel de sus duelos es altísimo. En esta ocasión, ambas selecciones se miden con el pase a la siguiente ronda en el bolsillo, pero con el liderato del grupo en juego.

Así como Japón necesita la victoria para desbancar a las inglesas, los tres puntos serán igualmente vitales para Argentina y Escocia en el Parque de los Príncipes. Un triunfo clasificaría al combinado sudamericano para octavos de final, mientras que a las escocesas les daría opciones de pasar como una de las cuatro mejores terceras. Ambas selecciones son conscientes de que, cualquier otro resultado, significará su adiós al torneo.

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Tras la frustración por empatar el primer partido contra Argentina, Japón supo generar un vistoso fútbol ofensivo en su triunfo sobre Escocia. Los resultados que se han dado desde entonces han garantizado, además, su presencia en octavos de final. Con todo, las niponas están totalmente decididas a derrotar a Inglaterra, un rival al que conocen bien, y arrebatarle el primer puesto del Grupo D.

Inglaterra sufrió una dolorosa derrota a manos de Japón en 2015, pero el equipo ha evolucionado mucho en estos años: está preparado mentalmente, en óptimas condiciones físicas y tiene confianza. Además, a principios de este año ya venció a las Nadeshiko en la Copa SheBelieves. Phil Neville ha declarado que dará minutos a las futbolistas que todavía no han jugado. En cualquier caso, alineará un once tremendamente experimentado. Y es que Inglaterra, que ya está clasificada, quiere conservar a toda costa el liderato del Grupo D.

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Escocia, todavía sin puntos, necesita ganar a Argentina para tener opciones de clasificarse. Pero será un partido muy complicado. La seleccionadora Shelley Kerr ha elogiado el extraordinario rendimiento defensivo de Argentina, y es consciente de que las suyas tendrán que estar en plena forma si quieren derribar el muro de las sudamericanas. Es probable que siga apostando por alinear a Erin Cuthbert al lado de una delantera pura para intentar maximizar sus ocasiones de gol. No obstante, está por ver si Jane Ross —máxima goleadora adjunta de las suyas en los clasificatorios— vuelve a ser titular o si Lana Clelland, suplente de lujo, entra en el once.

Argentina depende de sí misma, algo muy difícil de imaginar en la antesala del torneo. Y, ahora que se ha ganado estar ante esta oportunidad histórica, la Albiceleste irá con optimismo a por la victoria que necesita para acceder a octavos de final. Tal objetivo requiere un equipo más ofensivo, por lo que es probable que Carlos Borrello vuelva al sistema 4-2-3-1 que tan buenos resultados le dio en los clasificatorios. El espíritu y el corazón de este equipo se mantienen intactos. Argentina peleará hasta el final.