Algunas de las mejores lecciones que aprendemos en la vida provienen de nuestros mayores fracasos.

Si bien la selección femenina de Estados Unidos posee la mentalidad de mirar siempre hacia delante, sus jugadoras también retienen imágenes de anteriores derrotas, porque las emociones que provocan esas imágenes les sirven de estímulo.

La única vez que las vigentes campeonas mundiales han caído eliminadas antes de las semifinales en cualquier gran campeonato fue en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde cayeron en la tanda de penales ante Suecia. Esa derrota conmocionó al mundo, ya que se produjo sólo un año después de que las estadounidenses se llevasen a casa su tercera Copa Mundial Femenina de la FIFA.

Este método de motivación no es nada nuevo para Estados Unidos. Su legendaria ex delantera Abby Wambach publicó un libro este año titulado Wolfpack (“Manada de lobos”). En un capítulo titulado Make Failure Your Fuel (“Haz del fracaso tu estímulo”), Wambach habla de su periodo de formación en la selección nacional y de cómo las jugadoras más veteranas en la plantilla de 1996 la iniciaron en este concepto.

Esa foto era de Noruega celebrando su victoria sobre Estados Unidos el año anterior, en el Mundial de 1995. Era la última vez que habían perdido las Barras y Estrellas. Al año siguiente, ese mismo equipo conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de 1996.

En 2011, cuando Estados Unidos perdió ante Japón en la final, el equipo empezó a mirar hacia el próximo Mundial con una sensación de tener asuntos pendientes, como explica la defensa Kelley O’Hara a FIFA.com: “En 2015 estábamos totalmente resueltas a terminar lo que habíamos empezado”.

Por tanto, no debería sorprender que, tras la derrota de Estados Unidos en Río ante Suecia, la defensa reconvertida a centrocampista Julie Ertz conserve una foto de ese partido… como salvapantallas en su teléfono.

Long, que fue titular contra Suecia en los JJ.OO. de Río, describe las emociones y pensamientos posteriores a ese encuentro como un ‘¿y si…?’ en loop; porque todo el equipo se quedó preguntándose cómo podría haber sido diferente el resultado.

“Aunque fuese un sentimiento tan traumático, me parece que este equipo lo necesitaba”, concluye Long. “Vas a aprender más de tus fracasos que de tus éxitos, y creo que lo necesitábamos un poco para que llegásemos a formar este equipo poderoso y unido”.