lunes 05 octubre 2020, 01:58

Las Matildas, reunidas en Europa por la ruta canguro

  • Todas las internacionales australianas compiten ahora en Europa

  • Un gran cambio para la coanfitriona de la Copa Mundial Femenina de 2023

  • Ocho integrantes de la absoluta han recalado en Inglaterra en este último año

Uno de los aspectos más fascinantes del fútbol femenino en los últimos años ha sido comprobar lo rápido que puede cambiar el panorama, ya sea por el creciente número de aficionados que acuden a los estadios, el aumento del nivel en el terreno de juego o el interés mediático. La declaración de intenciones colectiva que hizo Europa en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ del año pasado, así como las inversiones generalizadas en su dinámico fútbol de clubes, son otros ejemplos destacados de lo que está ocurriendo en el continente.

Y el crecimiento que se está produciendo en países como España, Italia, Países Bajos y, especialmente, Inglaterra, ha cambiado la manera de pensar de Australia, coanfitriona de la Copa Mundial Femenina de 2023, y de todas las estrellas que componen su plantel.

En la selección australiana que participó en la Copa Asiática Femenina de la AFC 2018, solamente dos de sus 23 integrantes militaban en clubes europeos. Poco más de dos años después, el combinado al completo que disputó en marzo la eliminatoria decisiva del Torneo Olímpico de Fútbol de la AFC compite en el Viejo Continente.

Futbolistas como Elise Kellond-Knight, Tameka Yallop y Aivi Luik ya habían pasado anteriormente largas etapas en Europa. Pero entonces ocurrió algo inesperado y, cómo no, Sam Kerr ejerció nuevamente de pionera. A finales del año pasado, la prolífica delantera puso fin a un ciclo muy productivo en la NWSL estadounidense y aceptó la oferta del Chelsea. Apenas unos meses más tarde, otras tres jugadoras claves —Caitlin Foord, Hayley Raso y Chloe Logarzo— abandonaron el campeonato australiano a mitad de temporada para seguir sus pasos.

De la noche a la mañana, ese goteo de jugadoras australianas se convirtió en una marea. La ruta canguro, el puente aéreo que conectaba antiguamente Australia y Europa, pasó a tener un contexto deportivo.

Nada menos que trece internacionales australianas compitieron en la pasada temporada de la NWSL, pero el motivo de este cambio de rumbo en 2020 tiene muchos matices. “Noté un impulso en las jugadoras por ir a Europa”, explica a FIFA.com la centrocampista zurda Elise Kellond-Knight, que ha jugado en Europa gran parte de la última década.

“El cuerpo técnico de la selección australiana detectó que no habíamos rendido bien ante nuestras rivales europeas ni el año pasado ni en años anteriores, y ese es nuestro punto débil. Es cierto que el factor más importante es la COVID. El hecho de que la liga estadounidense no se pudiera disputar también influyó. Fueron varios factores”.

“Algunas de nuestras futbolistas no han jugado nunca en Europa, de modo que será muy beneficioso para ellas”, señala Kellond-Knight, que vivió una exitosa etapa en el Turbine Potsdam y actualmente es jugadora del Kristianstads sueco. Su hogar actual no podría distar más, tanto en sentido literal como figurado, de Gold Coast, su ciudad de origen. Y el surf, su otra gran pasión, es un deporte que ni siquiera puede plantearse practicar en estos momentos, pero la recompensa está mereciendo la pena.

“Personalmente, prefiero el fútbol europeo, y me gustan muchas de las características de este estilo de vida”, asegura. “Y ahora que hay tantas futbolistas de primer nivel que vienen a jugar a Europa, todas nos beneficiaremos de entrenar a diario en este ambiente”.

Internacionales australianas claves en Europa

España: Alex Chidiac (Atlético de Madrid), Aivi Luik (Sevilla FC), Jenna McCormick (Real Betis)

Francia: Laura Brock (Guingamp), Ellie Carpenter (Lyon), Mary Fowler (Montpellier)

Inglaterra: Steph Catley, Caitlin Foord, Lydia Williams (todas en el Arsenal), Alanna Kennedy (Tottenham), Sam Kerr (Chelsea), Chloe Logarzo (Bristol City), Hayley Raso (Everton), Emily van Egmond (West Ham)

Noruega: Katrina Gorry, Clare Polkinghorne (ambas en el Avaldsnes), Karly Roestbakken (LSK Kvinner), Tameka Yallop (Klepp)

Países Bajos: Amy Harrison y Kyah Simon (PSV Eindhoven)

Suecia: Emily Gielnik (Vittsjo), Elise Kellond-Knight (Kristianstads)

Australia ha cosechado buenos resultados contra selecciones europeas en la Copa Algarve, así como en otros encuentros internacionales, pero solamente ha logrado una victoria contra rivales del Viejo Continente en la Copa Mundial Femenina. La derrota ante Italia en Francia 2019 y su eliminación en la tanda de penales contra Noruega prolongaron su sequía.

“Mostramos debilidad cuando nos enfrentamos a rivales europeas, y existe una brecha con respecto a nuestro estilo de juego y a nuestros conocimientos”, indica Kellond-Knight, que habla con la seriedad que cabe esperar de una persona titulada en farmacia y en periodo de prácticas voluntarias a distancia en una empresa.

“Lo que están haciendo en Inglaterra es fantástico. Además, todo se ha intensificado en los últimos 12 o 18 meses, y las futbolistas ven que se ha invertido mucho”.

“Los recursos, el apoyo a las jugadoras, la publicidad, las infraestructuras que ofrecen los equipos femeninos ligados a los grandes clubes... El producto completo que ofrece la liga es atractivo, y creo que Inglaterra es quien mejor lo está haciendo últimamente”.