En Francia 2019, los caminos de Australia y Brasil se cruzaron por cuarta Copa Mundial Femenina de la FIFA™ consecutiva. Las oceánicas llegaron al torneo en un muy buen momento, mientras que Brasil lo hizo con una racha de nueve derrotas seguidas.

No obstante, fueron las Matildas quienes cayeron de manera sorprendente en la primera jornada contra Italia (1-2). La Canarinha, en cambio, sumó un triunfo incontestable por 3-0 sobre Jamaica.

A la cita tampoco faltaron las superestrellas. Marta, una de las mejores de todos los tiempos, se perdió el primer partido de Brasil. ¿Podría recuperarse de su lesión y dejar su huella en el encuentro, o sería la goleadora Sam Kerr, que había estrenado su casillero goleador en la Copa Mundial unos días antes, la que acaparara los focos?

En caso de perder, Australia iba a complicarse mucho la vida en un Mundial al que llegaba con grandes expectativas.

Brasil, por su parte, quería desquitarse de su eliminación en octavos de final a manos de las oceánicas cuatro años antes en Canadá.

Eso sí, las brasileñas habían superado a Australia en penales en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río 2016. A continuación, las Matildas encadenaron cuatro victorias seguidas sobre Brasil, que recibió nada menos que 14 goles en esos encuentros.

Era un choque con muchos ingredientes y mucho en juego. ¿Estaría a la altura de lo que se esperaba de él? Desde luego que sí, e incluso superó las expectativas, porque enseguida se convirtió en uno de los partidos clásicos de la fase de grupos de la Copa Mundial Femenina.

Brasil marcó dos goles en once minutos gracias a la habilidad de Marta y al poderío aéreo de Cristiane, que fue la autora del tanto de la victoria contra Australia en China 2007.

De pronto, las australianas estaban al borde del abismo. Solamente había un precedente mundialista de una selección que hubiera ganado después de remontar dos goles en contra.

Australia empezó a darle la vuelta al partido gracias a un gol vital que llegó justo antes del descanso. Marta fue sustituida en el entretiempo, igual que su veterana compañera Formiga, batuta incansable de las suyas. Mediada la segunda parte, las Matildas consiguieron ponerse por delante.

Pese a las continuas ocasiones en ambas porterías, la balanza acabó cayendo por la mínima del lado de las oceánicas, que salieron victoriosas de un choque vibrante.

Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019 – Grupo C 13 de junio

Australia 3 (Caitlin Foord, 45+1’; Chloe Logarzo, 58’; Monica, GPM, 66’) Brasil 2 (Marta, GP, 27’; Cristiane, 38’) Stade de la Mosson, Montpellier

Ambas selecciones estaban plagadas de estrellas, y la mayoría se había visto las caras en el césped cuatro años antes en Canadá 2015. Sin embargo, una de las futbolistas que no estuvo en aquella ocasión acabó convirtiéndose en la mejor jugadora del encuentro.

La trayectoria de Chloe Logarzo apenas podía compararse con la de la mayor parte de las futbolistas que había ese día en la cancha, muchas de las cuales poseían una década o más de experiencia internacional.

De hecho, Logarzo vio desde un bar de Grecia el primer triunfo de las australianas sobre Brasil, ya que en aquel entonces se encontraba de viaje por Europa.

Cuatro años después, suyas fueron la diana del empate y una asistencia decisiva en un triunfo clave.

“En ningún momento pensé que íbamos a perder ese partido”, señala Logarzo a FIFA.com, dejando claro su carácter indomable.

“Creo que es el espíritu australiano, y el seleccionador Ante Milicic entró al descanso y dijo exactamente lo mismo. Sacamos todas nuestras fuerzas cuando estamos contra las cuerdas. La carga emotiva que pusimos ese día en la cancha fue increíble”.

La centrocampista es el sueño de cualquier entrenador, y es que la discreta estatura de Logarzo esconde un corazón inmenso. Pese a ser el metrónomo en el centro del campo australiano y cubrir buena parte de la cancha, Logarzo apenas da muestras de cansancio.

“Al ver a las chicas en Canadá 2015 casi lloré de la emoción, por eso no sabría describir lo que significa marcar un gol. Es un sueño hecho realidad, y hacerlo delante de mis amigos y mi familia fue aún más especial”.