En 45 minutos contra Australia, Marta mostró por qué había tantas expectativas en torno a su presencia dentro de la cancha. La actual poseedora del Premio The Best a la Jugadora de la FIFA había llegado a Francia convaleciente de una lesión muscular y su titularidad no se decidió hasta el propio día del partido.

Ayudó a articular el juego de la Seleção durante un excelente primer tiempo y tuvo una gran sangre fría a la hora de lanzar un penal, para permitir a las suyas situarse con un 2-0 a favor e igualar de paso a Miroslav Klose en la lista de máximos realizadores de los Mundiales, ambos con 16 dianas.

Sin embargo, la remontada de las australianas impediría celebrar esa gesta. Fue algo frustrante para el equipo, aunque el estado de ánimo del plantel demuestra que ya ha quedado atrás. El objetivo ahora es buscar la clasificación contra Italia. “Vamos a conseguirlo”, asegura.

El legado de Marta todavía está en construcción, en un torneo que se perfila como un hito. La Reina pretende llegar lejos con la selección brasileña para poder disfrutar un poco más de este ambiente.

Creo que la mayor lección, en realidad, es que no supimos administrar la ventaja que llegamos a tener en el marcador. El equipo no consiguió reaccionar de manera que nos llevase a un resultado positivo al final. Es un aspecto que hay que trabajar. Todas las jugadoras tienen que estar en sintonía.

Para nosotras es a vida o muerte. Queremos ganar para conseguir la clasificación. Tenemos un equipo competitivo. Si logramos crear oportunidades, hay que resolver, hacer gol en el último toque.

Me pongo muy nerviosa, es algo absurdo. Voy muchas veces al baño. ¡Dios mío! (risas). Pero no es nada. Es más bien para estar entretenida (risas). No consigo comer bien. También tengo un momento solo para mí, de hablar con Dios. Siempre que subo al autocar, tiene que ser por la puerta de delante, y para salir también. Parece una locura, pero es algo que tengo que hacer. Cuando el balón empieza a rodar, todo queda atrás, ahí consigo concentrarme en el trabajo.

Es toda una felicidad, aunque obedece a un trabajo en equipo. Marta no conseguiría igualar al máximo goleador de todos los Mundiales sin la ayuda de sus compañeras y de todo el cuerpo técnico. Me entusiasma y también motiva. Sin duda es algo que trasladaré al terreno de juego.

Sí. Es una conquista para el fútbol femenino. Siempre pedimos más apoyo, que haya desarrollo. Es el reconocimiento a algo que llevamos haciendo muchos años. Es importante y pedimos que no sea pasajero. Nuestra generación, no solo la de Brasil, sino la de otros países, va a pasar, y esperamos que las próximas puedan aprovecharlo.

Amén (risas).

Ah, pienso en los partidos, en los goles que he marcado. En los títulos. Pero creo que sería más importante ser recordada por el hecho de haber buscado —junto a muchas otras deportistas— mejoras para esta disciplina, haber dejado un legado para las próximas jugadoras que vengan.