jueves 18 junio 2020, 23:35

Menéndez, la chispa de la memorable resurrección argentina 

  • Se cumple un año de su gol a Escocia en Francia 2019

  • El tanto inició la espectacular remontada albiceleste

  • “Adentro no ganamos nada, pero afuera mucho”, dice

Argentina y Escocia protagonizaron uno de los mejores partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019, aquel que, por la última jornada del Grupo D, empataron 3-3 en París.

Argentina llegó al duelo con 1 punto y dos chances de clasificación a octavos: si ganaba podía ser segunda (necesitaba una derrota de Japón con Inglaterra) o una de las mejores terceras; si empataba, iba a depender de otros resultados, pero siempre como tercera.

Escocia, en cambio, llegó sin puntos, por lo que debía ganar, y por una buena diferencia, para aspirar a ser una de las mejores terceras. Las europeas parecían cerca del objetivo a 17’ del final, pues Japón perdía y ellas ganaban 3-0. Sin embargo, todo cambió cuando una delantera de 22 años, que hasta esa jornada no había jugado en el Mundial, dio el puntapié para la resurrección argentina

“Mi gol a Escocia es como el momento en que mi hermana me dijo que iba a ser tía, un instante que me quedará para toda la vida”, dice a FIFA.com Milagros Menéndez, autora del primer descuento albiceleste, quien se reconoce “nostálgica estos días”.

Mili, que había ingresado a los 60’, tiene recuerdos vívidos. “No merecíamos estar 0-3, y parecía liquidado. Pero al llamarme Carlos (Borrello), sólo pensé en cómo aprovechar lo que Sole (Jaimes) había desgastado a las escocesas. Eso sí, al pisar el pasto me temblaron las piernas”, confiesa.

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Menéndez detalla la jugada clave. “Cometti se la pasa Correa, que saca largo. La pelota pica, me la peina Bonsegundo, yo cuerpeo a una escocesa y le queda a Ippolito. Cuando la Enana encara, Bonse va para la derecha, yo a la izquierda. Al verme libre se la pido a Dalila, y el pase es buenísimo…”.

Ahí apareció su frialdad de goleadora. “La clave fue orientar el control y que me quede para la derecha. Cuando la arquera me dio el primer palo, abrí el pie y listo. Al pasarle entre las piernas supe que era gol”. El festejo fue medido. “No lo podía creer, pero solo quería sacar el medio. Grité ‘dale que se puede’ como mil veces... Era el impulso que necesitábamos, porque sabíamos que Japón perdía y que debíamos ganar para clasificarnos”.

Luego llegó el segundo, que fue en contra de la arquera tras un tiro de Bonsegundo, y la secuencia del penal que sellaría el 3-3. Secuencia que inicia la propia Menéndez con un pase a Cometti, la zaguera devenida en atacante que recibe la falta.

“Intuí que era penal, pero corrí hasta el VAR y al ver la imagen, y chau dudas. Ahí le dije a Bonse que se preparara”, sigue Mili, a quién no se le ocurrió pedir el penal, ni en primera ni en segunda instancia, “por respeto a la pateadora designada”.

Menéndez todavía lamenta que la árbitra no diera unos minutos más tras el 3-3, “porque lo ganábamos seguro. Después, no sabíamos si estar contentas por el partidazo que habíamos hecho o tristes, porque no dependíamos de nosotras”.

Más allá de un resultado

La eliminación se produjo el día siguiente, cuando Camerún le ganó a Nueva Zelanda sobre la hora, frustrando el primero de los dos resultados que necesitaba Argentina.

“No ganamos nada adentro, pero afuera ganamos mucho”, afirma la delantera de Racing Club con futuro europeo. “El Mundial marcó un antes y un después para nuestro fútbol femenino. Al llegar al aeropuerto y ver tantas nenas con la camiseta argentina, entendimos que algo habíamos hecho bien”.

El análisis de Menéndez va más allá. “Sabemos que las potencias todavía nos quedan lejos, pero en lo táctico y técnico, con la pelota en los pies, no les envidio nada”, exclama.

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“La diferencia lo hacen en lo físico y en todo lo que rodea a la profesionalización de la actividad, pero ambas cosas están conectadas. Las futbolistas de las potencias solo piensan en fútbol, y en Argentina, sobre todo a nivel clubes, falta mucho”, recalca.

Para seguir creciendo, explica, “hay que competir y trabajar”. Y ejemplifica: “En medio de la cuarentena, unas 25 jugadoras nos reunimos una vez por semana con todo el cuerpo técnico por teleconferencia, repasando errores por zona”.

Tras el Mundial, Argentina obtuvo la medalla plateada en los Juegos Panamericanos, con Menéndez en el plantel.

“Siento que aquel gol a Escocia me dio más confianza, pero no me considero indiscutible ni líder. Soy una jugadora mundialista que, a lo sumo, puede dar ejemplos a las más chicas”, dice Milagros, quien se tatuó "Diecinueve de junio, minuto 73" y la bandera argentina en el brazo derecho.

Su objetivo, claro está, es ser parte del proceso que espera deposite a Argentina en el Mundial 2023. “Fuimos a Francia casi sin nada y nos trajimos mucho. Va a ser difícil, pero cada vez tenemos menos imposibles”.