Por primera vez en una Copa Mundial Femenina de la FIFA™, la cobertura de Francia 2019 por parte de la FIFA correrá a cargo de un equipo de 24 reporteros que producirán para los aficionados contenidos digitales pormenorizados, con opiniones e informaciones expertas desde dentro, tan solo posibles gracias a su acceso privilegiado a cada una de las selecciones participantes.

Desde ahora y hasta la inauguración de la competición, varios integrantes de este equipo de reporteros compartirán sus historias y expectativas de cara al inminente torneo. Hoy es el turno de Mona Yeganegi, una veterana de las grandes citas que seguirá paso a paso la aventura de Canadá en pos de la gloria .

"No es lo que el mundo te aporta, sino lo que tú aportas al mundo", he intentado vivir toda mi vida de acuerdo con esas palabras.

Crecí en una familia llena de amor. Mi padre y mi hermano fueron los primeros que me alentaron a jugar al fútbol a una edad muy temprana, mientras mi madre y mi hermana me animaban. Me enamoré del fútbol de manera orgánica. Corría detrás de un balón como si me fuera en ello la vida, y en la vida perseguía mis sueños con la misma tenacidad.

Dado que mi familia tiene formación médica, a mí también me encantaba la ciencia. Pero sabía que necesitaba integrar el deporte en mi vida para sentirme totalmente realizada. Así que cuando terminé psicología clínica infantil, especializándome en trabajo humanitario, seguí mis estudios con un posgrado en periodismo de difusión para programas televisivos de noticias y deportes.

Durante la última década he trabajado en 16 eventos deportivos internacionales, incluyendo cinco Juegos Olímpicos, varios campeonatos mundiales de la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo, Juegos Panamericanos y la reciente Copa Mundial de la FIFA 2018™. Cada uno de ellos me aportó experiencias que me permitieron perfeccionar mis destrezas y que me sirvieron de guía en el camino que elegí.

También he tenido la suerte de vivir en distintas partes del mundo, y una pasión que he visto compartir constantemente ha sido el amor por el fútbol.

Cuando trabajaba en un hospital en una zona remota del sudeste asiático, veía a chavales jugando con una pelota hecha con trozos de papel, mientras los niños enfermos miraban con envidia. Desarrollé un programa para incorporar el fútbol como parte de la terapia y durante esos minutos, los niños olvidaban su enfermedad. La alegría compartida era palpable.

Después, la vida me llevó a otro rincón del mundo y jugué con aficionados de todo el planeta en las calles de San Petersburgo, donde estuve en calidad de voluntaria para la Copa Mundial 2018. Nunca olvidaré el momento en el que, con lágrimas en los ojos, salté al campo trabajando en mi primer torneo de la FIFA. Trabajar para la FIFA se convirtió en un objetivo y aquí estoy ahora.

El fútbol se ha convertido en un idioma en sí mismo, creando puentes entre la gente. No está limitado geográficamente, no distingue raza, edad, religión, género u orientación sexual. Pero claro, siempre queda trabajo por hacer.

Como mujer en el mundillo del deporte, a menudo he tenido que lidiar con el hecho de ser una de las pocas mujeres en una sala llena de hombres. He hecho frente a muchas dificultades, pero también he tenido apoyo. Me contrató personal de la FIFA que reconoció mi pasión y confió en mi capacidad, y por eso les estaré eternamente agradecida. Me recibieron con los brazos abiertos y eso fue en sí mismo una increíble fuente de motivación.

Como canadiense, estoy orgullosa de haber sido elegida miembro del equipo oficial de la FIFA de productores de contenido digital para cubrir a la selección de mi país en Francia 2019.

Canadá, quinta en la clasificación mundial, dejó huella con podios consecutivos en los Juegos Olímpicos 2012 y 2016. Además, tuvo un rendimiento muy respetable en la Copa Mundial Femenina 2015, de la que fue anfitriona.

Y dentro de poco, seguro que la capitana de Canadá, la legendaria Christine Sinclair, romperá el récord absoluto de goles internacionales. No hay duda de que la actuación de las canucks tendrá su impacto en el futuro de esta disciplina en el país y allanará el camino para la próxima generación de jugadoras.

En el fútbol, como en muchas otras áreas, a las mujeres aún nos queda camino por recorrer. Sin embargo, hemos vivido un gran impulso, tanto dentro como fuera de la cancha. Soy una de las primeras mujeres de origen iraní contratadas por la FIFA, y para mí es un gran honor tener este puesto, pero conlleva un elevado sentido de la responsabilidad y una oportunidad para servir de inspiración.

Todos provenimos de caminos diferentes, pero lo más importante es lo que nos une: nuestra humanidad compartida y nuestro amor por el deporte rey. Mi historia está lejos de acabar, y no solo estoy agradecida por este trabajo con la FIFA, estoy entusiasmada por todo lo que está por venir.

Cuando sigues tu pasión, la vida se convierte en una aventura. Independientemente de dónde me lleve esta pasión, siempre recordaré su bonito comienzo y cómo empezó todo.

¡Nos vemos en Francia!