Hace poco más de un año, Phil Neville se presentaba como nuevo seleccionador de las Lionesses. Había escepticismo entre los periodistas, que le hicieron muchas preguntas difíciles. Una de ellas: ¿Por qué Neville, sin ningún historial con equipos de mujeres, había aceptado uno de los principales cargos en el mundo del fútbol femenino?

Hoy, Neville responde con determinación en esta entrevista exclusiva con FIFA.com. El ex jugador del Manchester United y la selección inglesa se refiere a esas dudas iniciales, a las lecciones que aprendió en su etapa de jugador, y a lo que domina sus pensamientos en este momento: la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™.

Desde un punto de vista personal, me ha encantado cada minuto de esta experiencia. En cuanto a resultados, creo que lo hemos hecho bien, pero todavía hay margen de mejora. Los primeros seis meses fueron un torbellino para poner en práctica lo que quería; mi filosofía, mis valores.

En los segundos seis meses ha sido donde realmente he sentido que las jugadoras han asimilado algunas de las cosas que quiero. Hay una relación muy buena entre mi cuerpo técnico, mis jugadoras y yo. La última concentración en Qatar fue probablemente la mejor en la que he participado, porque me pareció que todo estaba tomando forma. Si tuviera que poner una nota como en el colegio, sería un notable hasta ahora.

Creo que el principal reto era convencer a todos de por qué acepté el puesto. Había muchas críticas y escepticismo. Predominantemente había estado en el fútbol masculino toda mi vida, por lo que dar el salto al fútbol femenino dejó sorprendida a mucha gente. Pero creo que antes de acabar mi primer mes ya había demostrado mi compromiso, el trabajo que iba a hacer.

Fui a un montón de partidos –lo sigo haciendo ahora, por supuesto– y conocí a mucha gente en la Women’s Super League inglesa (WSL) y en el fútbol femenino en general; a técnicos, jugadoras, etc. Pero te juzgan por tus resultados y, hasta que ganamos a Francia por 4-1 en mi primer encuentro, sentí como si la gente hubiera estado esperando que yo fracasara.

Vencimos a Francia –con el estilo de fútbol que jugábamos– y, de pronto, casi se había zanjado el problema. A partir de ahí, parecía que podía empezar a relajarme un poco y no tener que demostrar a la gente cada minuto de cada día que sé de fútbol femenino.

Creo que es el grupo más fascinante y, probablemente, el más complicado. Shelley [Kerr, seleccionadora escocesa] y yo somos buenos amigos. He visto partidos con ella; es una entrenadora fantástica y Escocia es una buena selección. Uno piensa en esa hora de comienzo del partido, a las 17:00 en Niza contra Escocia, y piensa: “No querría estar en ningún otro lugar”. Les dije a mis jugadoras: “Si no queréis jugar este partido, iros a casa, relajaros y disfrutad del verano”. Estos son los encuentros en los que siempre quieres participar.

Es un derbi. Hay una rivalidad importante. Pero a la larga no deja de ser un partido de fútbol, y eso es lo que les diré a las jugadoras. Si nos dejamos llevar por la emoción del acontecimiento, Escocia ganará el partido fácilmente.

Escocia tiene buenas jugadoras, que podrían recalar en los mejores equipos del mundo. Y es una nación cada vez mejor en el fútbol femenino. Tiene una gran seleccionadora que tácticamente es astuta. Tenemos que respetarlas al máximo.

¡Tenemos que ganar el encuentro! Es lo mejor para nuestro equipo. Ganar el partido y dejar una señal ante Japón. Porque luego, cuando llegue junio y nos enfrentemos a ellas en el tercer partido, tendrán esa señal marcada en sus cabezas de lo que les hicimos en marzo.

La Copa SheBelieves es un ensayo general realmente magnífico, al tratarse de tres partidos en poco tiempo; tres encuentros con presión en estadios buenos contra las selecciones punteras. Así que casi es como unos cuartos y semifinales mundialistas, porque juegas contra las mejores selecciones del mundo.

Estados Unidos es la favorita número uno. Tienes que decir que Francia es la número dos, porque es el país anfitrión... Nunca se puede descartar a Alemania; nos enfrentamos a ella en la SheBelieves el año pasado y, físicamente, era un equipo fantástico. Así que tenemos que estar al 100%. Pero también tienen que estarlo Estados Unidos, Francia y Alemania.

Va a ser probablemente el Mundial más abierto en cuanto a quién puede ganarlo. Y nos estamos preparando para garantizar que estaremos a nuestro mejor nivel.

Desde el primer día dije que quiero ganar el Mundial. No es que fuera prepotente o engreído; era el reto que me fijé para mí y mi grupo de jugadoras. En Canadá 2015, Inglaterra quedó tercera. Así que para progresar hay que pasar a la final, mejorar ese tercer puesto.

Mi ayudante (Bev Priestman) ha estado en Mundiales y Juegos Olímpicos. Incluso en las jugadoras más jóvenes, tenemos a un par que acudieron al Mundial Femenino Sub-20. En nuestra concentración más reciente, pregunté “¿quién ha estado en un Mundial?”, y casi toda la plantilla levantó la mano.

Los campeonatos de categorías menores son increíblemente vitales para la progresión de una jugadora más joven. Allí han sufrido y han vivido éxitos, por lo que no va a haber ningún secreto. Lo más importante de ir a estos campeonatos, probablemente, no es lo que pasa en el campo. Es el entrenamiento, el convivir, lo que haces en los tiempos muertos, los viajes. Son 40 días lejos de tus padres, tu pareja, tus hijos. Esa es la parte dura de ir a un gran campeonato; especialmente a un Mundial.

Gente como Lucy Bronze, Jill Scott, Steph Houghton, Karen Carney, son jugadoras que han vivido esa experiencia y saben lo que se espera. Tenemos que conseguir el equilibrio adecuado entre experiencia y juventud.

23. Desde el primer día quise que esa puerta estuviese abierta. Depende de la forma, del estado físico, de cómo se comportan, su carácter. ¿Son capaces de irse fuera 40 días y gestionar bien un Mundial?

Ese haber abierto las puertas para todas ha aumentado la competencia y el rendimiento; ha hecho que todas se sientan un poco vulnerables y nerviosas, lo cual no es malo. Nadie tiene su puesto asegurado, tienen que rendir una semana sí y otra también.

Todo el mundo es igual: ahí radica la belleza de nuestra plantilla. Todas tienen una oportunidad de acudir al Mundial. Es como yo lo quería. Así es como fue en mi carrera. En cualquier momento, si mereces estar en ese equipo, en esa plantilla, yo te seleccionaré.