martes 27 octubre 2020, 09:34

Simon: "El éxito de Cathy Freeman me sigue calando hondo"

  • Kyah Simon es una de las jugadoras más experimentadas y prolíficas de Australia

  • Ha sido protagonista en algunos de los grandes momentos de las Matildas

  • Simon nos habla, entre otras cosas, del Mundial de 2023 y de su principal inspiración

El mes pasado se cumplieron veinte años de uno de los momentos cumbre del deporte australiano. Cathy Freeman unió a toda la nación al convertirse en la primera indígena australiana en conquistar un oro olímpico individual, el de los 400 metros lisos en los Juegos de Sídney.

No lejos de allí, en la zona oeste de la ciudad, Kyah Simon, que entonces tenía nueve años, vio, fascinada la prueba por televisión. Ese triunfo le inspiró, y casualidad o no, desde entonces cada vez que las Matildas alcanzan un nuevo hito en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™, Kyah Simon forma parte de la ecuación.

Suyo fue el solitario gol que permitió a Australia derrotar a Brasil en Canadá 2015 en su primera, y única, victoria en la fase eliminatoria de un Mundial. Cuatro años antes se había convertido en la primera indígena australiana en marcar en un Mundial, en un partido que además fue el primer, y único, triunfo de las Matildas ante un rival europeo en la gran cita del fútbol.

Simon es una jugadora que se crece en los momentos importantes, cualidad que no se puede aprender y que el exseleccionador australiano Tom Sermanni denominó un "sentido innato". Con 18 años sorprendió dando un paso al frente y transformando el decisivo penal que otorgó a las suyas su primera corona de la Copa Asiática de la AFC.

Tras casi una década alternando entre la NWSL estadounidense y la W-League australiana, Simon vive una nueva aventura en el PSV Eindhoven holandés. Hablamos con ella de esta experiencia europea, el dolor de perderse el Mundial de Francia por lesión, la emoción por la celebración del Mundial 2023 en casa y sus recuerdos de los Juegos Olímpicos de Sídney.

Echemos primero la vista atrás. ¿Qué recuerda de cuando Cathy Freeman ganó el oro en Sídney 2000?

Estaba en casa viéndolo con toda la familia (en la zona oeste de Sídney). Estábamos pegados a la televisión y nos emocionamos mucho cuando Cathy cruzó la línea de meta. Para nosotros, las Olimpiadas estaban ahí, pero el foco de atención siempre estuvo únicamente en su carrera, dada la enorme expectación que había generado. Solo de pensar en ello ahora se me pone la carne de gallina, lo recuerdo claro como el agua. Fue un momento excepcional para el deporte en Australia, para la población indígena de Australia y para el país en general.

¿Su triunfo le sirvió de inspiración y sigue haciéndolo hoy, como atleta indígena?

Ella es para mí ese tipo de ídolo: se trata de una deportista que me inspiró como heroína de la infancia. El hecho de tener una cultura compartida y de ser una orgullosa mujer aborigen es lo que me caló más hondo. Me mostró que las mujeres aborígenes pueden tener éxito, así que fue un momento muy importante en términos de inspiración y confianza a mis nueve años.

El fútbol femenino ha vivido una revolución Países Bajos en los últimos años. ¿Nota también cambios positivos en la Eredivisie Vrouwen?

Tengo la impresión de que han realizado progresos enormes. Hablando con algunas de las chicas, se han dado pasos de gigante con algunos de los cambios llevados a cabo. Algunas de las jugadoras que llevan seis o siete años dicen que los cambios en ese tiempo han sido inmensos. Sin duda están progresando y se están esforzando para hacer que la calidad de la liga sea la mejor posible, y eso se ve al traer de vuelta a la liga a algunas internacionales. [El PSV] es un club de estilo europeo, gestionado de una manera muy profesional. Me recuerda al Melbourne City, con magníficas instalaciones.

¿Cómo está siendo esta primera aventura en el fútbol de clubes europeo y la cultura del fútbol allí?

Me encanta. Ahora creo que debería haber dado el paso un poco antes, pero más vale tarde que nunca. Probablemente me quede en Europa los próximos años. He recibido con los brazos abiertos el cambio que me ofrece jugar y vivir en Europa. El calendario futbolístico que supone estar en un mismo equipo todo el año es un punto muy positivo, y es la primera vez en la vida que he realizado una pretemporada propiamente dicha, más o menos. Cuidar de tu cuerpo y de tu salud es una de las cosas más importantes como futbolista, y este tipo de calendario me permite hacerlo.

Aquí dan mucho fútbol por televisión, y no a horas intempestivas, así que siento que estoy inmersa en el fútbol desde que llegué, y también estoy disfrutando mucho ese aspecto.

¿Qué sintió cuando se enteró de que el Mundial de 2023 se va a celebrar en Australia y Nueva Zelanda?

Estaba en Sídney para el anuncio y fue una locura. Fue una sensación de pura euforia. Después de haber participado en Mundiales anteriores, sé lo increíbles que son, pero tener esa experiencia en casa, con la atención de todo el país puesta en el torneo, como pasó en las Olimpiadas en 2000, será algo de por sí enorme, y ya no digamos ser parte integrante. Ha sido emocionante y será emocionante ver qué pasa en los próximos años, conforme se vaya acercando la fecha.

¿Cómo lidió con la experiencia de perderse Francia 2019?

Fue duro. Todo en la vida sucede por una razón. Me ha hecho ser más decidida de cara a los grandes torneos en el futuro y hacer todo lo posible, en la medida de mi fuerza y facultades, para asegurarme de estar ahí.

¿Qué le inspira más, que Australia albergue el certamen o haberse perdido la edición de 2019?

Creo que se trata de intentar centrarme en el presente y de mejorar día a día, y no de centrarme demasiado en el futuro y anticiparme. Obviamente, hay otras metas en el horizonte: las Olimpiadas de 2021, la Copa Asiática, después la Copa Mundial y otras Olimpiadas. Está claro que todas son metas para mí y algo por lo que estoy trabajando. Siempre intento superarme a mí misma, día a día, y trabajar para estar en plena forma cuando lleguen esos grandes torneos.