martes 04 agosto 2020, 01:54

Stott: "Nunca pensé que viviría un Mundial como anfitriona"

  • Rebekah Stott será importante para las Kiwis en 2023

  • La defensa creció en Nueva Zelanda y en Australia

  • El deseo: superar la fase de grupos por primera vez

Los referentes femeninos eran tan escasos durante su infancia que la neozelandesa Rebekah Stott soñaba con jugar en las selecciones de Estados Unidos o China.

Aunque ya han cambiado muchas cosas desde que Stott empezó su formación futbolística a principios del presente siglo, la celebración en Australia y Nueva Zelanda de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ traerá consigo enormes transformaciones para la juventud de ambas naciones.

A finales de junio, la noticia del triunfo de la candidatura conjunta proporcionó un espaldarazo increíble a muchísimos miembros de la familia futbolística de la región. No obstante, pocos poseen la perspectiva singular que tiene Stott.

Esta futbolista de 27 años nacida en Nueva Zelanda pasó su infancia en los dos países y representó a Australia en las categorías juveniles, antes de disfrutar de una carrera fructífera con la selección de Nueva Zelanda en dos ediciones de la Copa Mundial Femenina y en dos Torneos Olímpicos de Fútbol Femenino.

No es de extrañar, así, que Stott se convirtiera en la embajadora de la candidatura para el Mundial de 2023.

“¡Es tan especial! Estoy deseando que llegue”, ha declarado Stott a FIFA.com sobre el Mundial femenino de 2023. “Amo los dos países. Tengo muchas amigas en la selección de Australia, y lógicamente adoro a mis chicas kiwi”.

“Falta todavía algún tiempo para su celebración, pero estamos entusiasmadas. No veo la hora de que empiece. Nunca pensé que esto pasaría en mi vida”.

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Stott pronostica que la edición de 2023 se convertirá en un éxito clamoroso y menciona a modo de ejemplo la magnífica Copa Mundial Sub-20 de la FIFA celebrada en Nueva Zelanda en 2015.

“A todos los neozelandeses nos encantan los deportes”, manifiesta Stott, oriunda de Papamoa, una ciudad costera situada a unos 200 kilómetros de Auckland. “El fútbol no es el más importante en nuestro país, pero a partir de ahora solo puede seguir creciendo. A los kiwis nos gusta mucho disfrutar del deporte, sea el que sea”.

Sobre las ventajas que esta celebración aportará al fútbol nacional, la defensa comenta: “Hará que el fútbol crezca enormemente y le brindará una publicidad increíble”.

“Involucrará a todo el país y mostrará a las niñas que esta es realmente una profesión a la que pueden aspirar. Espero que motive a la juventud. No pude disfrutar de nada de todo esto cuando era joven; tanto es así que incluso deseaba jugar con Estados Unidos o China porque eran los mejores equipos femeninos en aquella época”.

La polifacética defensa es una presencia discreta pero enormemente solvente en la zaga neozelandesa, donde se ha convertido en habitual en buena parte de la última década.

Durante este tiempo, precisamente en Canadá 2015, Nueva Zelanda estuvo a tan solo un gol de avanzar por primera vez en su historia a la fase eliminatoria. Aquel mismo año, en la Copa Mundial Sub-20, el combinado masculino neozelandés superó la liguilla de grupos en su propia nación.

Stott afirma tajante que se trata de un objetivo fundamental para las Football Ferns. La meta resulta más que alcanzable ahora que el equipo cuenta con el veterano entrenador Tom Sermanni en el cargo de seleccionador nacional y con un puñado de jugadoras de la generación dorada que aspiran a terminar sus carreras con un triunfo en 2023 (Ali Riley y Abby Erceg por mencionar solo a dos de ellas).

Las complicaciones surgidas durante los preparativos para Francia 2019 fueron probablemente las culpables de que las kiwis no lograran mejorar la magnífica trayectoria que ofrecieron en Canadá 2015. Sin embargo, tienen muchas razones para el optimismo durante la cuenta atrás de 2023.

“(Tom Sermanni) ha creado el mejor ambiente para que rindamos al máximo sobre el terreno de juego”, explica Stott. “Nos hará mejores y nos ayudará a seguir creciendo todo el tiempo que estemos juntas como equipo. Sermanni aporta su enorme experiencia al combinado. Por eso es magnífico tenerlo aquí”.

“Nuestros juveniles, tanto las chicas como los chicos, lo han conseguido (pasar a las fases eliminatorias) en los Mundiales de sus categorías. Nosotras no lo hemos hecho nunca en el Mundial absoluto, por lo que lograrlo como anfitrionas sería impresionante. Es nuestro objetivo”.