Quienes estuvieron este fin de semana en Le Havre, sede de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ y escenario el sábado de un amistoso Francia-Estados Unidos, pudieron empaparse de la historia de la selección femenina francesa con la exposición Il était une fois les Bleues (“Érase una vez las Bleues”), inaugurada el propio día del partido con la presencia de un nutrido público.

En ella se presenta cronológicamente cada época —acompañada de piezas únicas—, desde la aparición de la disciplina durante la I Guerra Mundial hasta la situación del combinado nacional de hoy en día, pasando por el reconocimiento oficial del fútbol femenino por parte de la Federación Francesa (FFF) en 1970.

“La exposición va a viajar por toda Francia hasta el saque inicial del Mundial, y luego seguirá a la selección francesa”, explica Elisabeth Bougeard Tournon, Directora de Promoción del Fútbol Amateur de la FFF y comisaria de la exposición.

“Las jugadoras nos han cedido objetos personales suyos que les devolveremos cuando termine el Mundial. Tenemos el Balón de Oro de Griedge Mbock (Azerbaiyán 2012), el Balón de Plata de Amandine Henry (Canadá 2015)… Nos han confiado nada menos que sus tesoros. Y también el trofeo del Mundial Sub-17 de 2012, único título mundialista que se ha conseguido en las categorías femeninas hasta la fecha. Francia también ha sido cuatro veces campeona de Europa sub-19... Pero son los únicos grandes trofeos, a pesar de haber disputado 14 finales en 18 años en los niveles inferiores. ¡El próximo será el de las absolutas en julio!”.

Eso es lo que espera también Laura Georges, reconocida en el “Hall of Femmes” (“Hall of Féminas”), un gran tablón que distingue a las 23 leyendas de la historia de las Bleues y presentado ante numerosas exinternacionales y otras personalidades. “Es algo fantástico”, señaló en declaraciones a FIFA.com la antigua central, ahora Secretaria General de la FFF.

“Gracias a esto podemos resaltar a jugadoras que no conocíamos o que habíamos olvidado, repasar la historia del fútbol femenino en Francia y mostrar que antes del Mundial de 2011 y del de 2019 hubo chicas que allanaron el camino para que las jugadoras actuales puedan estar en las mejores condiciones”.

Y el apoyo cada vez mayor del público acompaña este movimiento. “Yo soy un apasionado del fútbol desde siempre, y fue mi padre quien me transmitió la afición por el fútbol femenino”, afirma Christophe, que acudió con su familia al museo antes de ir al partido.

“Se aprenden muchas cosas y se ve lo largo que ha sido este trayecto para las jugadoras. Se percibe una verdadera pasión por el fútbol”, sonríe el aficionado, antes de alcanzar a su hija, que se había escapado hasta un puesto de realidad virtual que permite sumergirse, con una visión de 360°, en el día a día de las actuales Bleues.

Entre el partido Francia-Estados Unidos disputado con un lleno hasta la bandera y el numerosísimo público que visitó la exposición este fin de semana, Le Havre marcó la tónica de lo que promete ser una gran fiesta popular y familiar el próximo mes de junio.