Por sus 19 años, Gloriana Villalobos debería estar pensando en destacar en las selecciones menores de Costa Rica y en el fútbol universitario en Florida State. Sin embargo, su trayectoria y logros hacen que muchos la pongan como uno de los referentes de la absoluta de cara al clasificatorio de CONCACAF rumbo a la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019.

¿Presión? “No, al contrario. Es una motivación poder representar a Costa Rica. Uno siempre trata de hacer lo mejor por el país y eso me ha llevado a lugares donde no pensé en estar”, confiesa a FIFA.com.

Y es que su andar en el balompié comenzó a muy temprana edad, cuando brilló con luz propia en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Costa Rica 2014. “Jamás pensé que iba a ser así mi debut. Yo era una niña de 14 años. Poco después estaba en el Mundial Sub-20 y en 2015 en el Mundial absoluto compartiendo vestuario con jugadoras a las que admiro mucho”

“Fue verdaderamente una gran experiencia estar con ellas. Me hizo ver lo lindo que es el ambiente en el fútbol y cómo se pueden convertir en una familia. Lo que hicimos fue muy bueno y ahora nos motiva de cara al clasificatorio rumbo a Francia”.

Porque Villalobos está consciente de que aún le queda mucho camino por recorrer en el mundo del fútbol. Y el clasificatorio de la Zona Norte, Centroamérica y Caribe es su siguiente obstáculo a sortear. ¿Cómo ha cambiado ella desde Canadá 2015?

“Muchas cosas han cambiado, no tanto en mis habilidades en la cancha, sino en la maduración como persona y jugadora. En Estados Unidos he mejorado mucho físicamente; es un fútbol más inteligente y se juega más rápido en estas grandes ligas”.

Toda esa visión evolucionada la pondrá ahora al servicio de Costa Rica, un equipo cuyas virtudes principales están en la unión y el sacrificio.

“Una de las fortalezas que siempre le he visto al equipo es que hemos estado juntas mucho tiempo, algunas tienen trayectorias de más de 10 años. Somos una familia. Hay gente que no cree que eso sea una fortaleza, pero yo sí. Un equipo unido así es un equipo más difícil de vencer que otro donde solo son compañeras. Muchas también han crecido en hogares donde ha faltado hasta qué comer, entonces saben lo que cuestan las cosas y lo que es luchar por lo que quieres”.

Mucha gente va a apoyar a Costa Rica en la búsqueda del ansiado boleto a Francia. Entre todos ellos estará Deyna Castellanos, gran amiga de Villalobos y quien quedó eliminada del clasificatorio sudamericano con Venezuela.

“Siempre se le desea lo mejor a la gente que uno quiere. Tanto ella como nosotros sabemos que a veces las cosas no salen como uno desea. Tuvo mi apoyo porque es duro quedar fuera de un Mundial; ahora ella me ha hecho saber que nosotros en Costa Rica tenemos su apoyo”.

Todo está listo para iniciar el camino el próximo 4 de octubre. Y Villalobos y sus compañeras van por todo. “La ilusión es la misma, sigue intacta. Siempre que se enfrenta una clasificación uno se juega un sueño. Este equipo tiene una generación que ha sido la base durante años y puede ser la última para muchas. Así que sería un honor llegar a otro mundial con este equipo”, finaliza.

Gloriana Villalobos