A Ellen White nunca le ha faltado la inspiración, empezando por su familia, a la que atribuye su éxito, y siguiendo con el fútbol alemán, de donde proviene su ya característica celebración.

La delantera inglesa, conocida por su impresionante ritmo de trabajo y su instinto depredador, recompensó la confianza que había depositado en ella Phil Neville al ofrecerle la titularidad frente a Escocia, con un gol en la victoria por 2-1 del pasado domingo en Niza.

White ayudó a comandar la línea de ataque con confianza, después de resultar elegida por delante de Jodie Taylor, Bota de Oro en la Eurocopa 2017.

Sin embargo, la artillera de 30 años, que fichó recientemente por el Manchester City, insistió en que no ansía premios personales en esta Copa Mundial Femenina de la FIFA™.

"No me he fijado ninguna meta para este torneo", explicó a FIFA.com. "Para mí se trata de si puedo contribuir al equipo, de cualquier manera, dentro o fuera de la cancha. Ese es mi único objetivo. No estoy buscando metas individuales para mí misma, se trata del equipo".

Puede que así sea, pero la diana de White, que puso a Inglaterra con 2-0, fue en última instancia la de la victoria, ya que Claire Emslie acortó distancias para Escocia en la segunda mitad.

"Me encantó marcar y contribuir al triunfo del equipo", declaró. "Fue un partido difícil, Escocia jugó muy bien. Y de parte de todas nosotras, les deseamos toda la suerte del mundo en los dos próximos encuentros del grupo. De verdad esperamos que les vaya bien".

En cuanto a White, pues ya se sabe que cada vez que anota saca las gafas. ¿Pero cuál es el origen de tan curiosa celebración? Todo empezó con una escapada a Colonia con su marido, Calum. El viaje incluyó un partido de la Bundesliga y cuando Anthony Modeste hizo el gesto, White tomó nota.

"Mi marido dijo, '¿Por qué no haces eso?', así que es principalmente por él", apuntó. "Lo que pasa es que he empezado algo que ahora ya no puedo parar. Sencillamente nos encanta el fútbol alemán. Fuimos en una escapada y nos encantó el ambiente".

White cuenta en Francia con el respaldo de su familia, que ha alentado su floreciente carrera futbolística desde una edad muy temprana.

"Cuando tenía cinco años formaba parte de un minicentro de fútbol que sacó adelante mi padre, se llamaba Mini Ducks", rememoró. "Básicamente, no había equipo femenino en la zona, así que jugaba con los chicos y con mi hermano en el jardín de casa".

"Mi madre y mi padre hicieron muchos sacrificios para viajar por todo el país y por todo el mundo para animarme. Invertían mucho de su propio tiempo para llevarme a los entrenamientos y siempre me han demostrado mucho amor. Estoy muy contenta de que estén aquí apoyándome y disfrutando también del torneo".