domingo 07 abril 2019, 07:28

Wilkinson: "La motivación del Mundial me ayudó en la recuperación"

  • La neozelandesa se rompió el ligamento cruzado por segunda vez

  • Asegura que el nuevo entrenador ha estado en contacto permanente

  • Ahora sueña con la #FIFAWWC Francia 2019

El pasado mes de octubre, la delantera neozelandesa Hannah Wilkinson se quedó tendida en el suelo y agarrándose la rodilla durante un partido de Copa con su club, el Vittsjo GIK sueco. Supo su diagnóstico incluso antes de que le confirmaran la lesión.

No en vano, era la segunda vez que la internacional kiwi, de 26 años, se rompía el ligamento cruzado anterior. En 2015, la lesión le mantuvo siete meses alejada de los terrenos de juego.

Esta vez, Wilkinson está acortando los plazos de su rehabilitación, y reconoce que tener la Copa Mundial en el horizonte le supone una gran motivación para recuperarse.

“Fue en lo primero que pensé cuando me pasó”, afirma. “Como ya había sufrido antes la misma lesión, sabía lo que me esperaba. Por eso apreté los dientes desde el primer momento. Me lo tomé como un trabajo diario. ‘Cada día cuenta’, me repetía como un mantra. Lo que he notado desde que me lesioné hasta ahora es del poder que tiene la mente, porque es verdad que, si estás motivada, puedes conseguir lo que te propongas”.

Wilkinson asegura que sus padres son unos de los grandes responsables de que haya mantenido una actitud positiva, y confiesa que, de no ser por ellos, tampoco estaría jugando con la selección de Nueva Zelanda.

Asimismo, ha elogiado la influencia que ha tenido en ella el técnico escocés Tom Sermanni, que tomó las riendas de las Football Ferns el pasado mes de octubre y que ha estado en contacto permanente con ella, interesándose por la evolución de su recuperación.

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“Tom se ha portado de maravilla. Me ha llamado muchas veces durante este tiempo de recuperación, lo que demuestra que se preocupa de verdad”, señala. “Nos ha devuelto nuestra filosofía, que era justo lo que necesitábamos. Tiene una estupenda relación con sus futbolistas, es muy cercano y un entrenador fantástico. Su comportamiento conmigo ha sido reconfortante y me ha ayudado mucho”.

Gracias al crecimiento del fútbol femenino, hay muchas jugadoras que ahora reciben el apoyo que necesitan para recuperarse de una lesión como la que sufrió Wilkinson. Licenciada por la Universidad de Tennessee, la artillera neozelandesa cuenta con su propio equipo, compuesto por un entrenador personal, fisioterapeuta, masajista y preparador físico, así como un psicólogo deportivo. Wilkinson alaba la labor de la Federación Neozelandesa de Fútbol, que le ha proporcionado un equipo humano sin el cual “no estaría aquí ahora mismo”.

“Ves que te valoran. Cuando te lesionas, sientes que te devalúas. Eso hace mella en el carácter y te sientes un poco perdida”, sostiene Wilkinson. “Empiezas a tener dudas, pero es mejor no darle muchas vueltas. Repaso lo que he ido publicando mes a mes en Instagram y veo los progresos que he hecho. Cuando cuentas con ese respaldo, sientes que no caes en el olvido. Y es una sensación magnífica”.

Ahora que Wilkinson tiene opciones de llegar a la Copa Mundial, su atención se centra cada vez más en la fase de grupos de Francia 2019. Allí, su selección se enfrentará a dos viejas conocidas, ya que Canadá y Países Bajos también fueron sus rivales en la última cita planetaria. Camerún completa el grupo, un combinado al que las neozelandesas se enfrentaron en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino 2012.

Después de que Nueva Zelanda haya “redescubierto su filosofía”, Wilkinson confía en que su selección pueda aprovechar en Francia la mentalidad ganadora que traen de sus clubes muchas de sus internacionales, así como de la experiencia de algunas de ellas en el campeonato universitario estadounidense.

“Representar a Nueva Zelanda es un inmenso honor. Cuando representas a las Ferns, estás representando a un país pequeño, pero muy, muy especial. Y ahí es donde nuestra cultura sale a relucir. Nuestra filosofía es ‘por las Ferns’, lo que significa jugar por nosotras, por nuestras compañeras y por nuestro país”.

“Esa mentalidad ganadora nunca abandona al equipo, tampoco a las futbolistas con las que juego”, añade. “Esa una competitividad se ve hasta en los entrenamientos, y así es como debe ser. Hace cuatro años estuvimos a punto de superar la fase de grupos, algo que me sigue frustrando a día de hoy. Me gusta que volvamos a vernos las caras con Canadá y Países Bajos, porque así sabemos lo que nos espera. Esa experiencia nos da opciones”.