viernes 06 julio 2018, 19:25

La importancia de dos detalles

  • Dos detalles inclinan la balanza del choque

  • Varane se consolida como líder de la retaguardia

  • Deschamps no lo duda: “Tengo un equipo de calidad”

Por Adrien Gingold, con Francia​

Este 6 de julio, en el Uruguay-Francia de cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™ se esperaba a un conjunto sudamericano intratable atrás y mortífero en ataque.

Sin embargo, esa definición resultó más apropiada para un cuadro francés muy correoso y que supo aprovechar a la perfección sus oportunidades en ataque, mientras que la Celeste se mostró incapaz de abrir brecha en la muralla de su rival. Porque la zaga de los Bleus fue un baluarte inexpugnable, protegido por Raphael Varane y Hugo Lloris, impecables ambos.

Muchas veces, la victoria o la derrota pueden decidirse por un mínimo detalle. En el estadio de Nizhni Nóvgorod, fue más bien a raíz de dos acciones decisivas, la primera protagonizada por Hugo Lloris, quien salvó a Francia en un remate de cabeza que ya se veía entre los tres palos, y la segunda por un fallo casi inverosímil de Fernando Muslera que permitió a los europeos distanciarse en el marcador.

“En este nivel, todo se decide por la concentración”, explicó el portero tricolor. “Hemos hecho un grandísimo partido en el aspecto psicológico. Alguien tenía que empezar adelantándose y fuimos nosotros".

"El segundo gol fue cosa de suerte, es algo terrible para Muslera, me sabe mal por él porque es un arquero que me encanta, uno de los más grandes de la historia de Uruguay. La lección con la que hay que quedarse es que cada partido es un reto, y que cuanto más lejos se llega menos margen hay. Todo se decide por detalles”.

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Detalles en el caso de los guardametas y constancia para un defensa. Los hinchas franceses temían que su equipo se estrellase contra el tándem Diego Godín-José Giménez, pero tuvieron la tranquilidad de ver a un Varane imperioso al frente de una zaga totalmente estanca, que se enfundó también el traje de goleador para poner a los suyos con ventaja en el minuto 40.

Fue su tercer gol con la selección, y el tercero de cabeza. “Sabíamos que las jugadas a balón parado eran su punto fuerte, pero esta vez fueron el nuestro”, se congratuló el defensor del Real Madrid, que reveló el secreto de su éxito en esa acción. “Le había dicho a Antoine [Griezmann] que hiciese un pequeño amago y después pusiese el balón en el punto penal. ¡Era algo ensayado!”, confesó.

Francia, invicta, continúa pues su trayectoria impecable y cosecha los frutos del trabajo largo y duro de Didier Deschamps, el seleccionador que más partidos ha dirigido a Francia desde el duelo contra Argentina, un registro que ha ampliado ahora ante Uruguay (81 encuentros).

El técnico no ocultó su satisfacción por el pase a semifinales. “No tengo convencimientos, pero hay cosas que para mí siempre han estado muy claras. Tengo un equipo de calidad. Estoy orgullosísimo de mis jugadores, porque son los protagonistas. Y esta victoria es mérito suyo”, señaló.

Aunque sin duda también habrá tenido mucho que ver en ella el entrenador, al lograr que sus hombres transformasen un partido en el que esperaban sufrir sin garantías de ganar, en un duelo ganado sin llegar a sufrir.