Por Adrien Gingold, con Francia

A sus 31 años, Olivier Giroud está realizando una Copa Mundial de la FIFA™ plena. Y aunque el máximo anotador en activo de Francia, con 31 goles en su haber, aún no ha visto puerta en Rusia, él se muestra sereno, relajado y seguro de sí mismo.

Comienza siempre el entrenamiento calentando solo y no es porque se sienta fuera de lugar en medio de una formación tan joven. "Tampoco es que me vayan a ver jugando a la Playstation con ellos, pero me siento como una especie de hermano mayor. Tengo ganas de acompañar a esta joven generación lo más lejos y el mayor tiempo posible", reveló a FIFA uno de los decanos de los Bleus.

Con 79 internacionalidades a sus espaldas, empezó su camino en Rusia en el banquillo porque no se encontraba al 100% tras sufrir un encontronazo en un amistoso que le dejó una hermosa cicatriz. Didier Deschamps aprovechó la ocasión para alinear a un trío inédito compuesto por Kylian Mbappé, Antoine Griezmann y Ousmane Dembele.

El veredicto del seleccionador fue: "Cuando Olivier Giroud no está es cuando más se siente su importancia". Volvió para el duelo con Perú y su protección del balón, su juego de cabeza y su disponibilidad aportaron mucho a los suyos.

Sin embargo, el jugador del Chelsea no solo derrocha inteligencia sobre la cancha. Si hablamos de sus otras cualidades, todos coinciden: "Me encanta su garra", afirmó Benjamin Pavard. "Nos motiva, antes de los partidos nos dice cosas que nos llegan. Es un gran delantero que ha marcado cantidad de goles en todos los sitios donde ha estado, y además, es una persona a la que adoro. Es un gran tipo".

Este "hermano mayor" utiliza su experiencia, lo vivido en sus más de 10 años como profesional, para orientar a sus compañeros. "Para mí, ha sido una carrera de obstáculos", confesó el propio interesado.

"Mi camino es atípico, pero cada historia es hermosa y al final lo que cuenta siempre es el trabajo", explicó el ariete, que pasó por la segunda y tercera división del campeonato francés antes de eclosionar en la élite con los colores del Montpellier en 2010.

"La Copa Mundial era un sueño de la infancia. Les repito a los jóvenes que disfruten de cada instante", remarcó antes de afirmar que se siente "quizás en el mejor momento" de su carrera.

Un momento que podría prolongarse si Francia supera el escollo belga en semifinales: "No tenemos más que una cosa en mente: ganar a Bélgica y llegar a la final. Será un partido muy bonito", anunció el artillero de los Bleus y de los Blues del Chelsea, donde comparte vestuario con Eden Hazard, "un genio que forma parte de los tres mejores con los que he jugado" y Thibault Courtois, "un gran guardameta con una envergadura impresionante".

Frente a sus compañeros de club, Giroud espera encontrar una fisura que le permita marcar su primer gol en Rusia. Pero tampoco es algo que le obsesione: "Si ganamos la Copa Mundial y no marco, ¡no me supondría ningún problema!", concluyó.