jueves 12 julio 2018, 13:56

Los puñales inesperados de Francia

  • Hernández y Pavard son las revelaciones de los Bleus

  • Presentan similitudes y ambos prometen mucho

  • Están muy unidos a Didier Deschamps

Por Adrien Gingold, con Francia

Los laterales Benjamin Pavard y Lucas Hernández, insospechados titulares en el once de Didier Deschamps desde el comienzo de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™, no tardaron en imponerse como elementos esenciales y decisivos de la selección francesa.

Se esperaba a Djibril Sidibé y Benjamin Mendy por las bandas, pero en su lugar hemos visto a Benjamin Pavard y Lucas Hernández, dos defensas de 22 años prácticamente desconocidos para el gran público francés hace apenas siete meses.

En unos cuantos partidos, estos dos infatigables trabajadores de los carriles tricolores lograron la proeza no solo de consolidarse en el equipo, sino también de confirmar las esperanzas que había depositadas en ambos.

Presentan un perfil similar —edad y complexión física, rigor defensivo y aportación ofensiva— y comparten asimismo la particularidad de haberse dado a conocer en campeonatos extranjeros: la Bundesliga el primero y la liga española el segundo.

Pavard, titular en el Stuttgart, y Hernández, que se ganó el puesto en el Atlético de Madrid tras la lesión del brasileño Filipe Luís, llegaban a Rusia con solo cinco internacionalidades cada uno. “Al principio, pensaba que iba a ser suplente”, nos confiesa el lateral izquierdo. “Pero he tenido la suerte de jugar, ¡aún no me lo creo! El trabajo tiene su recompensa: no soy una persona que hable mucho, sino de los que sudan la camiseta”.

Y su compañero del carril derecho coincide. “Hace seis meses, ni me imaginaba recibir la convocatoria de la selección, ¡y ahora estoy a dos pasos de jugar una final del Mundial! Voy a disfrutarlo al máximo, no tengo claro que vaya a repetirse”, afirma.

Sin embargo, en vista de sus prestaciones y regularidad, su trayectoria con el combinado nacional puede tener aún mucho recorrido. En un sector del conjunto francés que ha carecido de estabilidad durante años, ambos se perfilan como la respuesta que tanto tiempo se llevaba buscando. Y la grandísima jugada que protagonizaron frente a Argentina —centro de Hernández, remate extraordinario de Pavard— no hizo más que avalarlo.

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Estos “gemelos” comparten, por último, otra cosa: el respeto, la complicidad y la gratitud hacia Didier Deschamps. El seleccionador demostró tener un enorme olfato —y bastante audacia— al apostar por los dos jóvenes.

“Didier fue futbolista y nos entiende, sabe cómo funcionamos. Es un grandísimo entrenador, yo ya he aprendido mucho con él”, confiesa Hernández. Pavard incide en lo mismo: “Jugar a sus órdenes es algo excepcional. Nos da muchos consejos, tenemos mucha suerte de estar con él. ¡Y también es el capitán de la selección campeona del mundo!”.

Y ellos empiezan a creer a su vez en el nuevo sueño francés. Ahora no faltan más que 90 minutos para hacerlo realidad, demasiado para el jugador que ha firmado uno de los mejores goles del torneo. “Creo que todavía no lo he asumido. Me daré cuenta de verdad de que he jugado el Mundial cuando termine”, concluye.

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