Hay pocos jugadores tan decisivos para un equipo de la Liga española como Iago Aspas para el Celta de Vigo. Por eso el club se ha resentido, y de qué manera, de su baja por lesión. El balance en sus tres meses de ausencia es de 10 derrotas y una victoria en 12 encuentros, y la caída a puestos de descenso de un equipo que hace apenas dos años acarició la final de la Europa League.

“Desde afuera es mayor la frustración por no poder ayudar a tu equipo”, reconoce el delantero en su entrevista con FIFA. “Pero hay que tener calma, una victoria te hace ver las cosas de manera diferente. Y ya hay que mirar al siguiente partido. Somos una plantilla joven y la inexperiencia pesa, pero debemos estar muy unidos para salir adelante”.

Volvió, marcó y lloró. Regresó para la primera ‘final’ por la permanencia, y con un 0-2 en contra ante el Villarreal, Aspas inició la remontada con una falta magistral y selló la victoria desde el punto de penal. Un guión épico para el regreso del héroe, que terminó deshecho en lágrimas tras la ovación de su afición.

El lema del Celta es “afouteza e corazón”. Afouteza, una palabra gallega definida como “la disposición de quien actúa sin temor a las dificultades”. Aspas, en estado puro.

Lo demostró en su debut con la selección, nada menos que en Wembley y ante Inglaterra, anotando un golazo. Lo recordó en su primer Mundial: salió como solución de emergencia en el último partido de grupo y anotó de tacón, con su pierna mala, el angustioso gol del empate ante Marruecos que aseguraba a España la clasificación. Y no se achicó para levantar la mano y lanzar el penal decisivo ante la anfitriona rusa en octavos.

“He repasado muchas veces ese penal”, reconoce con gesto resignado. “Pero ya pasó un tiempo. Yo quería tirarlo. Tienes que tomar muchas decisiones en décimas de segundo. Opté por tirarlo ahí y lo paró el portero. No te queda otra que seguir adelante. En esos momentos buscas el apoyo de tus amigos y tu familia para seguir”.

Aspas se quedó fuera de la primera lista del nuevo seleccionador Luis Enrique. Otro revés en el camino. Para el delantero de un equipo modesto no es fácil meterse en la selección. Él apoyó su candidatura siendo el máximo goleador español de la Liga la dos últimas temporadas. Vuelve a pelear este año por ese título.

La baja por paternidad de Diego Costa en aquella lista le dio una segunda oportunidad. Y solo necesito un entrenamiento para que el seleccionador lo hiciese titular en el siguiente partido. “Simplemente entrené y jugué como venía haciéndolo con el Celta”, comenta Aspas sobre aquel momento. “Después del partido, el míster me pidió que siguiera trabajando igual para seguir teniendo oportunidades”.

Tras no clasificar para la fase final de la Nations League, la selección española arrancó el camino a la Euro 2020 con muchos cambios en la convocatoria e incertidumbres respecto al estilo.

“Estamos en una época de cambio, como ya dijo el seleccionador cuando llegó. Se han ido grandes jugadores con muchísima experiencia y está entrando gente joven. Pero hay un gran grupo”, comenta el delantero.

Aspas es uno de esos jugadores que no se cansa de ver fútbol. Admirador confeso de Pep Guardiola, el gallego comparte su análisis sobre el estilo de la Roja: ¿Seguir con el juego de toque o llegó la hora del cambio?

“Creo que, en parte, hay que olvidar el tiqui-taca, que perteneció a otra generación, y redefinir nuestro estilo. Lo que está buscando el míster es mantener ese estilo que todos conocemos de posesión y combinarlo con un fútbol más directo y conceptos nuevos que él aporta, adaptados a la gente que trae”, opina.

Tras caer en Rusia, él siguió enganchado al Mundial. “Me gustó mucho cómo jugó Bélgica con tres centrales y carrileros, y Croacia, a la que nadie daba por favorita y llegó a la final paso a paso. En los dos últimos años, cada vez se ven más las defensas de cinco. En este Mundial ya se vio el cambio de estilo, y los partidos se decidieron más por penales y jugadas de estrategia”, analiza.

En junio se cumplirán 10 años de su debut en Balaídos, su estadio. El partido más especial de su vida, según confiesa. Entonces, como ahora, el Celta se jugaba la permanencia y a tres jornadas del final se enfrentaba a un rival directo, el Alavés. A la hora de juego, con 0-0, el entrenador buscó en el banquillo y le dio la alternativa al canterano Aspas. Entonces, como ahora, anotó dos goles que le dieron la angustiosa victoria a su equipo. El Celta se salvó. Entonces, ¿como ahora?